González Pons, fuera de foco: trabajo interno para Feijóo pero sin cámaras ni más polémicas

Desde la llegada de Borja Sémper, Esteban González Pons ha perdido parte de la influencia y representación que ejercía sobre el líder del PP

El vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons. Foto: David Mudarra (PP)

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El desembarco de Alberto Núñez Feijóo en Madrid, cuando llegó para acceder a la presidencia del Partido Popular, contó con un cicerone de excepción: Esteban González Pons. En ese periodo de inestabilidad, Feijóo apostó por el valenciano Pons para calmar las aguas e ir preparando la nueva etapa del partido, de la mano de su enlace con el anterior equipo, Cuca Gamarra. Era su hombre de confianza, en el que incluso había pensado para ser su secretario general si hubiera dado el paso para suceder a Mariano Rajoy. Así, en la circunstancia actual, lo quería cerca.

Pero un año después, Pons está fuera del foco. Ni ruedas de prensa -la última, hace casi medio año-, ni perfil externo. El eurodiputado y vicesecretario de Institucional del PP -enlace ante las instituciones europeas e internacionales y de puente con el Partido Popular Europeo (PPE), es decir: ser la voz de Feijóo ante Europa- no ha conseguido hacer brillar ninguna de las iniciativas que ha encabezado en estos trece meses. Y sobre todo, desde la llegada de Borja Sémper, que vino a ocupar la portavocía y ese rol público, Esteban González Pons ha perdido parte de la influencia y representación ejercía sobre el líder del PP, explican compañeros de la dirección nacional del partido a Economía Digital.

«En los comités es de los que más informes lleva al presidente», apuntan en privado tres fuentes distintas. Pero sí que reconocen ese paso atrás en su vertiente pública. Las distintas voces consultadas por este periódico lo achacan a la «delicadeza» de sus carteras, ya sea por lo que toca a la Justicia o la visión europea. Pons defendió mucho el acuerdo con Sánchez por el Consejo General del Poder Judicial, rememoran. Finalmente, no llegó a puerto y el órgano de gobierno de los jueces sigue bloqueado y sin renovar cuatro años después. El desgaste entonces fue notorio e, insisten en Génova, ahora en campaña «hay otros temas» más importantes.

El CGPJ o la Regeneración Institucional

Pero ha habido otras polémicas, como la reciente cena de Alberto Núñez Feijóo del pasado 18 de abril con fiscales miembros de la asociación mayoritaria en la Fiscalía, de corte conservador. Ante la avalancha de críticas por el contenido de las conversaciones del encuentro, desvelado por El Mundo y después ahondado por El País, donde los fiscales reclamaban la derogación de las leyes promovidas por el Gobierno de Pedro Sánchez y en la que Feijóo dio por hecho que ya no se renovaría el CGPJ en esta legislatura, Pons también ha jugado un papel. Compañeros de dirección insisten en que «seguro, Feijóo consultó su postura con él», aunque no saben decir si le acompañó.

Su última gran participación pública con el presidente del PP fue en la presentación del Plan de Regeneración Institucional en Cádiz, a principios de año, y ahí en el acto Pons se dejó ver. Algo ya nada común, donde es muy extraño poder ver al vicesecretario de Institucional más allá de desayunos informativos o intervenciones, muy, muy medidas, en televisión o radio. «Estamos o no presentes si el área que está en el foco público en el momento te afecta o no», explican desde dentro de la dirección. Pero lo cierto es que en su negociado se acumulan las noticias, y no precisamente buenas.

De hecho, la cruzada que Feijóo emprendió con la medida estrella de ese Plan de Regeneración, que gobierne la lista más votada, no caló. Génova lo achacó en ese momento a que no se había explicado debidamente. Y, aunque no fuera incluida en el programa marco de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, el presidente popular lo ha recuperado en las últimas horas. E incluso lo ha ampliado a las comunidades autónomas, cuando hasta este momento la oferta se circunscribía a las instituciones locales.

Feijóo y Bruselas

Sin embargo, la tarea principal de Pons es llevar toda la posición europea y agenda internacional del PP nacional. «Destacar la importancia de Europa, de Bruselas», explican sus compañeros en privado. Pero también ahí se han acumulado los titulares: Pons, que además de eurodiputado es uno de los vicepresidentes del PPE, asesora a Feijóo sobre el funcionamiento de las instituciones comunitarias y los disensos con el parecer de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, también miembro del PP europeo, se suceden. El último, el caso de Doñana, donde la UE ha respaldado la posición del Gobierno socialista y de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.

También cabe resaltar la estructura actual de la dirección de Génova con la que Feijóo piensa propulsarse hasta las elecciones generales de fin de año para, si todo va bien, acabar el año instalado en Moncloa. En el PP de Feijóo se impuso desde el primer momento la colegiación, a diferencia de otros modelos que se han vivido previamente en Génova, o en las baronías regionales, como la andaluza, donde Juanma Moreno convirtió a Elías Bendodo en su delfín, en su segundo para todo, con mayores poderes que cualquier otro miembro de su Gobierno.

Aquí, explican miembros de la dirección del partido en privado, hay temas que se solapan y papeles muy repartidos. De hecho, señalan como «muy importante» tener en cuenta la estructura que ha impulsado Feijóo, con ese reparto de papeles total y todo el foco público para el elegido del presidente: Borja Sémper. Un fichaje expreso para ese rol y que el líder del PP deseó durante meses y al que tardó casi un año en convencer. Así, Sémper, Gamarra o Bendodo tienen papeles expresos y una misión más completa. No es el caso de Esteban u otros vicesecretarios, deja caer un colaborador.

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