Ignacio Aguado abandona la militancia en Ciudadanos

El exvicepresidente de la Comunidad de Madrid solicita la baja como afiliado de la formación naranja "tras nueve años de militancia"

El exvicepresidente de la Comunidad de Madrid. EFE/Archivo

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El exvicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, ha comunicado que se da de baja de Ciudadanos tras nueve años de militancia y un año y medio después de haber dejado todos los cargos en la formación naranja. «Me doy de baja como afiliado con una enorme pena, pero también con la cabeza alta», ha asegurado en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.

«Han pasado más de dos meses desde que solicitara públicamente la dimisión de toda la Ejecutiva nacional de Ciudadanos y la convocatoria de un Congreso Extraordinario», ha recordado. En este sentido, ha remarcado que el motivo de esta petición fueron los «nefastos resultados electorales cosechados en Andalucía, donde Ciudadanos pasó de 21 a 0 escaños«, pero también «los pésimos resultados ya obtenidos meses atrás en Cataluña, Madrid y Castilla y León».

Y ha insistido: «Entendía en junio y entiendo hoy que las sucesivas debacles electorales eran motivo más que suficiente para que se produjera la dimisión inmediata de toda la Ejecutiva y se diera voz a los afiliados en un Congreso Extraordinario donde se acordara un nuevo rumbo y un nuevo liderazgo». «Sin embargo, ninguna de las dos cosas se ha producido», ha lamentado.

Refundación de Ciudadanos

Así, ha reprochado a la dirección del partido que haya «decidido emprender una huida hacia adelante, disfrazada de una refundación», en la que según ha indicado, ni cree ni comparte. «El problema no son ni las ideas ni los principios fundacionales de Ciudadanos», ha destacado, sino la «ausencia total de estrategia, el desgaste de la marca y la falta de un liderazgo capaz de volver a ilusionar a los votantes».

Y ha dejado bien clara la solución: «Para poner remedio o, al menos, intentarlo, no hace falta una refundación sino un Congreso». En todo caso, ha indicado, «suponiendo que fuera necesaria una refundación, esta tendría que ser impulsada por una nueva Ejecutiva y no por la misma que lleva tres años encadenando un fracaso electoral tras otro».

Sin embargo, ha concluido: «No parece que mi petición o mis argumentos hayan tenido algún tipo de efecto sobre quienes deben tomar estas decisiones».

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