JxCat y ERC cierran en falso su última crisis por miedo al castigo electoral

Junts per Catalunya y Esquerra tratan de dar carpetazo a sus discrepancias sobre cómo gestionar la pandemia

Pere Aragonès (ERC) y Meritxell Budó (JxCat), en una reciente imagen en el Parlament, han discutido intensamente esta semana sobre cómo dar carpetazo a su última crisis interna

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Junts per Catalunya y ERC se detestan tanto como se necesitan. Son socios de un gobierno de coalición con fecha de caducidad y están inmersos en una larga precampaña llena de golpes bajos. «Demasiados». Tantos que han llegado a la conclusión de que es el momento de una tregua, por antinatural que sea, para no poner en riesgo la mayoría independentista en las elecciones del 14 de febrero.

El problema es que las animadversiones son las que son, y esta semana han quedado al descubierto con toda crudeza. Por excepcional y grave que sea la pandemia, la crisis sanitario-económica ha acabado siendo un terreno como cualquier otro para el navajazo político.

Acusó ERC en público a JxCat de dedicarse a «filtrar» a ciertos medios los planes que manejan de desescalada y, a continuación, optaron los republicanos por levantarse de la mesa creada para coordinar medidas contra el virus. Ocurrió este martes. Ayer, jueves, los socios se emplazaron a enterrar el hacha de guerra porque tanta batalla, opinan ambos, puede acabar perjudicando sus expectativas electorales.

Junts per Catalunya presiona con éxito a los consellers de ERC

Lo cierto es que ERC se siente con una ventaja prácticamente definitiva en las elecciones (20,5% del voto vs el 8,1% de JxCat, según el último CIS) y no cree que deba cambiar demasiado su estrategia de los últimos meses, muy centrada en explorar acuerdos con el PSOE y en dormir la situación en Cataluña. Sin promesas épicas respecto a la independencia y sin urgencias.

JxCat, por su parte, busca algún revulsivo, agitar la situación de alguna manera, pero teme que la situación se descontrole y perder el único capital a su alcance: ser el socio necesario de ERC en el próximo Govern.

Los consellers de JxCat han jugado fuerte esta semana con el apoyo a la reanudación de la actividad de la hostelería. Han izado con energía esta bandera y han presionado, con éxito, a los consellers de ERC que manejan la situación sanitaria. 

El miedo a cerrar de nuevo en enero

«Como van a perder el partido pues la única manera de perder de menos es pinchar la pelota. Ellos han jugado a hacer de lobby de la restauración porque era lo fácil y nosotros hemos flexibilizado nuestra postura», describen fuentes republicanas sobre la situación atravesada, que comportará una reapertura de bares y restaurantes hasta las 21.30 horas.

Así que la mesa de coordinación contra la pandemia se ha vuelto a poner en marcha. Existe el compromiso de no volver a volcar la mesa, pero también el temor de que no haya más remedio que hacerlo porque nadie se fía de lo que ocurre cada vez que alguien se levanta al servicio.

Ha trazado el gobierno soberanista un plan en cuatro fases para desescalar en función de los indicadores instalados en nuestro día a día (la tasa de transmisión, los ingresados en hospitales, los contagios acumulados y demás rosario de la pandemia), pero nadie se atreve a pronosticar que haya que dar marcha atrás. 

«Como vuelvan a ponerse las UCIs al límite, habrá que volver a cerrar. Y eso sí que sería terrible: volver a cerrar en enero», dicen en el Palau de la Generalitat. Y no añaden que, llegado ese escenario, apenas faltarán unas semanas para las elecciones del 14 de febrero.

ERC: «Los compañeros de viaje son los que pueden ser»

¿Querría ERC otro socio, querría desembarazarse de JxCat y fabular con otros aliados? Querría, pero saben los republicanos que es inviable hacerlo con el horizonte irrenunciable de la independencia, por mucho que lo hayan alejado y por mucho que hayan renegado de aquel fatídico eslogan de «tenim pressa«.

Tras las próximas elecciones, si no media una sorpresa impredecible en las actuales circunstancias, ERC y JxCat volverán a pactar y gobernar juntos. Lo muestran los encuestas y lo confirman sus protagonistas.

El presidente del grupo de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, una de las voces públicas más críticas de su partido con ciertas actitudes de JxCat, se refirió a ello en los micrófonos de Catalunya Ràdio: la «represión» contra el independentismo, dijo, «reduce las opciones» de acuerdos postelectorales.

Según Sabrià, «el único proyecto que puede funcionar en este país, y la pandemia lo vuelve a demostrar otra vez», es la independencia, y «las posibilidades de tirar esto adelante son las que son, los compañeros de viaje pueden ser los que pueden ser».

Y así avanza Cataluña, con favoritos electorales que son los que son, con socios que son los que son, y con una pandemia que es la que es.

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