Pérez Andújar: »Me dará vergüenza ser catalán como me va a dar vergüenza ponerme corbata»

El escritor, que pronuncia este jueves el pregón de las fiesta de la Mercè, refleja la complejidad social de la lengua catalana desde su experiencia en los barrios periféricos de Barcelona

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El escritor Javier Pérez Andújar (Sant Adrià de Besòs, 1965), protagoniza este jueves el pregón de las fiestas de la Mercè de Barcelona. Criticado por el soberanismo por su posición alejada del proceso independentista, con ironías sobre las concentraciones de la Diada, que ha comparado como un «parque temático», Pérez Andújar ha reflejado las vivencias de los barrios periféricos de la capital catalana. Y ha ofrecido un punto de vista que el soberanismo ha querido negar: la identificación entre la lengua catalana y una determinada clase social, y la propia identificación como catalán.

En su libro Paseos con mi madre (Tusquets), que para algunos escritores es una de las mejores crónicas de esa otra Barcelona, Pérez Andújar reflexiona sobre la lengua. Entiende que, por un respeto reverencial, le será complicado utilizar el catalán, que era minoritario en su barrio de Sant Adrià de Besòs.

Identificación con el catalán

La reflexión refleja la honestidad de un escritor que ha sido criticado con fiereza por personalidades del soberanismo, como la periodista Pilar Rahola. El movimiento ha organizado un pregón alternativo, con el actor Toni Albà, –independentista radical– y que contará con la presencia de concejales de Convergència.

Y al identificar la lengua con ser catalán, asegura en el libro:

«Me dará vergüenza ser catalán como me va a dar vergüenza ponerme corbata. Eso son cosas que no se hacían en mi casa. Yo no voy a ser catalán por respeto a los catalanes. En la intimidad, con los catalanes no hablaré catalán sino que les escucharé su catalán. Mi padre me sentaba con los viejos del bar y me decía: ‘Anda, acércate a ese, que te enseñe a hablar catalán’. No podré sentirme catalán porque me siento antes el que se acerca que el que está. Querré pertenecer a mi manera a San Adrián del Besòs. Antes que sentirme de ningún país, de ninguna patria o nación, voy a pertenecer a la internacional de los bloques. Allí a donde vaya, en cualquier ciudad del mundo, antes que sus museos querré visitar sus extrarradios. Subirme a los autobuses que llevan a las afueras. Comparar con los míos, con los que conozco, sus gestos, sus expresiones, sus miradas, sus hechuras».

Sin embargo, Pérez Andújar también refleja sus esfuerzos para aprender la lengua y tratar de que le sea propia. «Más tarde, empezaremos a estudiar catalán en el colegio, y yo pondré todo de mi parte para ser como piden. Hasta voy a comprarme un jersey negro con las cuatro barras. Pero lo que ocurre es que cuando hablo en cualquier idioma que no es el mío me veo en el exilio y creo que lo que digo no es tan preciso ni tan cierto como si lo dijera a mi manera».

La lengua de mi madre

Esa toma de posición no la entiende el soberanismo, que ha considerado que no había diferencias en la sociedad catalana en función de la lengua que se utilice. Sin embargo, es un claro distintivo, como muestran las diferentes encuestas sobre los partidarios de la independencia.

Pérez Andújar sostiene: «No utilizaré el catalán porque yo no quiero hablar para comunicarme, eso es lo de menos. Yo hablo para repetir las mismas palabras que le he oído a mi madre. Creeré más en el habla que en los idiomas como creo más en la gente que en los países».

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