Puigdemont se inventa un Ministerio de Exteriores «libre» para hacer propaganda independentista

El Consell per la República quiere tejer una red de voluntarios internacional para denunciar la "represión" de España, puesto que el "gobierno autonómico no tiene la libertad suficiente"

El expresidente catalán, Carles Puigdemont, en la manifestación del Consell per la República que se celebró en la ciudad francesa de Perpiñán / Julio Díaz (JxCat)

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El Consell per la República, el intento de Carles Puigdemont por construir una institucionalidad paralela a la Generalitat, ha decidido crear una suerte de Ministerio de Exteriores «libre» de la acción del Gobierno de España para hacer propaganda por la independencia y «picar puertas» para tejer una red de alianzas internacionales a favor de la secesión.

Así lo ha anunciado en rueda de prensa Adrià Alsina, junto a Carles Puigdemont. Esta suerte de organismo estará formado por «representantes» que vivan por todo el mundo y se dediquen a «picar puertas, a tejer alianzas, a buscar el reconocimiento de la causa, del conflicto que hoy tenemos abierto con el Estado Español».

Para el Consell, esta herramienta servirá para complementar el trabajo de la Consellería de Acción Exterior y Gobierno Abierto que preside Victòria Alsina, al asegurar que el «gobierno autonómico no tiene la libertad suficiente» para poder llevar a cabo esta acción ante las limitaciones que les impone el Estado.

Buscan voluntarios para su causa

La red que planea Puigdemont estará formada por voluntarios que vivan alrededor del mundo y sean simpatizantes de la causa independentista: «Si creéis que podéis ser estos representantes en el exterior, y podéis representar al Consell per la República, y también al pueblo de Cataluña, podéis entrar en este formulario».

Los objetivos de esta suerte de ministerio paralelo serían las de dar a conocer la crisis catalana al mundo desde la visión independentista, la defensa del referéndum ilegal del 1-O como una votación vinculante y las repetidas acusaciones a España de de no permitir la autodeterminación al pueblo de Cataluña.

Puigdemont, por su parte, ha asegurado que hace falta una infraestructura que esté nutrida de «colaboradores», y que tiene que estar lista para llevar a cabo un nuevo «desafío ante el Estado» cuando «se consolide el fracaso de la mencionada estrategia de la mesa de diálogo y tengamos que volver al escenario de la confrontación».

Quieren suplir las carencias de la Generalitat

El expresidente fugado insiste, igual que ha hecho su compañero Adrià Alsina, que el «gobierno interior [la Generalitat]» no tiene capacidad suficiente para internacionalizar la causa independentista, «no por falta suya, sino por la decidida represión del Estado Español».

El Consell per la República es un órgano que se creó hace unos tres años como un intento de crear una institucionalidad paralela a la Generalitat. Su papel ha sido difuso, puesto que no tiene un papel decisivo en la política catalana y su peso en la sociedad catalana es paupérrimo: poco más de 100.000 socios.

Este órgano fue uno de los escollos en las negociaciones entre Pere Aragonès y Jordi Sànchez para la investidura, puesto que Junts pretendía someter al Ejecutivo autonómico a esta estructura paralela. El acuerdo se saldó con que este órgano se reformularía para que fuera centro de acción del secesionismo, algo que todavía no está cerrado.

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