Puigdemont se lo juega todo a dividir al partido de Colau

El presidente catalán necesita que una parte dels Comuns apueste por el referéndum y se movilice para poder plantar cara al Gobierno

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Fin de trayecto. Todo a una carta. El presidente catalán, Carles Puigdemont, se lo juega todo a dividir al partido de Ada Colau, Els Comuns, para que una parte, por lo menos, apueste por el referéndum unilateral, dada la imposibilidad de acordarlo con el Gobierno. Sólo ampliando la base de los favorables al referéndum, Puigdemont podrá plantar cara al Ejecutivo de Mariano Rajoy, exhibiendo músculo, sin que el independentismo se quede en su rincón.

El presidente fía ahora su estrategia en el Pacto Nacional para el Referéndum, que se reúne este próximo martes, y que preside el ex socialista Joan Ignasi Elena. Se trata de un último intento de debatir la necesidad convocar ya el referéndum, de forma unilateral, y tratar de celebrarlo, pese a la rotunda oposición del Gobierno del PP y a la maquinaria del estado que se pondrá en marcha.

El problema es que Junts pel Sí, donde se integran el Pdecat y ERC, y con el apoyo de la CUP, necesitan a los partidarios del referéndum, aunque quieran votar en contra de la independencia. Sólo de esa manera, el soberanismo ganaría una cierta legitimidad y transversalidad, y podría animar a un porcentaje de la población catalana suficiente como para inquietar seriamente al Gobierno español.

El debate en Els Comuns es intenso, y la decisión se decanta hacia un acto de protesta utilizando el referéndum

Els Comuns vive un intenso debate interno. No la alcaldesa Ada Colau, o su mano derecha, Xavier Domènech, que han jugado con Puigdemont utilizando toda la ambigüedad del mundo. Ahora sí, ahora no, ahora falta el informe de la Comisión de Venecia, que depende del Consejo Europeo y que vela por la legalidad de esas consultas, ahora esperamos…..Sin embargo, la pluralidad en el seno de Els Comuns es la tónica, y en las últimas horas han surgido voces que van en la línea que espera Puigdemont. Pero ese debate sí existe entre otros dirigentes y entre las bases.

La alcaldesa de Badalona, Dolors Sabater, que dirige la confluencia de izquierdas Guanyem Badalona en Comú, y que forma parte, por tanto, de ese movimiento, ha dado el paso.

Asegura que la fase para acordar el referéndum con el Gobierno ya ha pasado, que “se niega una vez tras otra”, y que lo que debe hacer els Comuns es buscar “un acuerdo entre las fuerzas soberanistas”. Una primera idea que ha surgido es apoyar el referéndum, y participar en él, como una forma de protesta, siempre que se admita, posteriormente, que no será vinculante, algo que sí desea Puigdemont.

La alcaldesa de Badalona, Dolors Sabater, pide que se una todo el soberanismo para realizar el referéndum

Esa cuestión, en todo caso, se podría dejar de lado, como apuntó hace unas semanas el ex diputado del Pdecat, Francesc Homs, quien defiende que no se debe despreciar algo parecido al 9N de 2014, porque supondría un peldaño más para lograr a corto o medio plazo un referéndum pacto y vinculante.

El posicionamiento de Sabater es claro y ofrece esperanzas a Puigdemont. Según la alcaldesa de Badalona, el marco del Pacto Nacional por el Referéndum, es el idóneo: “Es una buena noticia porque es un espacio en el que todas las fuerzas soberanistas se sienten cómodas y se puede avanzar conjuntamente en la pluralidad comprometida por el derecho indiscutible de hacer un referéndum”, defendió este jueves. Su idea es que en Els Comuns, “no hay que perderse, porque hay un compromiso claro por la democracia y el referéndum”.

Esa idea, la de poder participar como un elemento de protesta, la defiende el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Podemos en Cataluña, representado por Dante Fachín, podría acabar coincidiendo, por tanto, con la estrategia de Els Comuns, el partido de Colau.

Puigdemont quiere evitar como sea que el independentismo quede arrinconado, sin más apoyos

En esa reunión del próximo martes, Els Comuns podrían reflejar sus diferencias internas. Para Puigdemont es positivo, porque lo que busca es ganar apoyos, algunos apoyos, los imprescindibles para hacer ver que el independentismo no está solo, y que su causa se puede barnizar de elementos de reivindicación ‘democrática’.

En función de ese encuentro, con partidos y entidades que apoyan un referéndum acordado, Puigdemont prevé ofrecer la fecha y la pregunta del referéndum el jueves 8 de junio. Lo haría junto al vicepresidente Oriol Junqueras y los consejeros de la Generalitat. Pero no es seguro. Dependerá de Els Comuns, que podrían dilatar las cosas y someter cualquier decisión a la votación interna de su militancia.

Es, en todo caso, el clavo ardiendo al que se agarra Puigdemont antes de convocar un referéndum en el que el independentismo podría quedar arrinconado, en función de las acciones que tome el Gobierno central.

 

 

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