Sánchez incumple su propia ley de paridad: las mujeres no alcanzan ni el 30% en Presidencia

La cuota de paridad se agrava en su equipo más cercano. De los 9 altos cargos de Pedro Sánchez en Moncloa, tan sólo hay una mujer

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, da un discurso durante su participación en la clausura del acto de la presentación del estudio El coste de la pobreza infantil en España, este lunes en Madrid. EFE/ Javier Lizón

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Apenas faltan 24 horas para que llegue el día marcado en rojo en el calendario del Gobierno: el 8-M, día de la mujer. Los habitantes del Consejo de Ministros andan en plena batalla por una de las banderas más en liza del espectro de la izquierda, la del feminismo, y, precisamente, para dar un paso adelante y tratar de hacerse con la iniciativa, el presidente Pedro Sánchez anunció que Moncloa alumbrará una nueva ley de Paridad. De este modo consigue desviar el foco de la otra gran contienda feminista con su socio en el Ejecutivo, Unidas Podemos, en plena polémica con la reforma del sólo sí es sí.

Eso sí, esta nueva legislación que busca una representación paritaria de mujeres y hombres en órganos de decisión choca con la situación que se vive en el equipo de Sánchez, donde las mujeres, entre los 24 cargos que componen la Presidencia del Gobierno, no alcanzan ni el 30%. Según el organigrama publicado por la propia Moncloa, tan sólo hay 7 mujeres frente a los 17 hombres que integran los grupos de trabajo, aunque sí hay, bajando escalafones, estamentos en los que sí se cumple, como en la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno, dirigida por Fran Martín Aguirre.

De hecho, la situación se puede considerar aún más flagrante entre los más próximos al presidente: entre sus altos cargos, sólo hay una mujer, Aurora Mejía, que se encarga de la Oficina de Coordinación para la Presidencia Española de la Unión Europea. El resto, nueve departamentos, lo llevan hombres, desde la dirección del Gabinete de la Presidencia del Gobierno a la Secretaría de Estado de Comunicación, pasando por los dos Altos Comisionados.

Cumple con los Ministros y en la Ejecutiva del PSOE

Ese mismo dato es parte ahora del argumentario del Partido Popular, que ya sufrió las críticas del PSOE por las pocas mujeres que integran sus órganos más importantes. También es cierto que la situación que se vive en Presidencia del Gobierno no es igual a la de otros equipos dirigidos por Pedro Sánchez, como es el caso del Consejo de Ministros -con 14 mujeres frente a 8 hombres, lo que permitió en la toma de posesión a algunas titulares referirse al Consejo de Ministras o de la Ejecutiva Federal del PSOE -donde ellas son 24 y ellos 17-.

El propio líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, le pidió a Sánchez ser «consecuente» e «imponerse a sí mismo» la paridad entre los altos cargos que componen Presidencia. Así, incluso lo llegó a tildar de «organigrama machista» este lunes. No sólo se quedó ahí sino que criticó además que el Gobierno presente esta ley como una «gran novedad» cuando lo único que hace es cumplir con la obligación de trasponer una directiva europea que fue propuesta por el Partido Popular Europeo.

Al margen de ello, Feijóo sí que expresó que la paridad le gusta y que es un planteamiento «en el buen camino», aunque señaló que una vez conocido el texto de la norma se pronunciarían los suyos con mayor detalle.

El argumentario de Moncloa

Moncloa, por su parte, hace oídos sordos a las críticas. El argumentario interno, al que ha tenido acceso Economía Digital, defiende sobre la ley de Paridad que, como todas las normas «que hemos impulsado, será una referencia en Europa y lanza un mensaje claro: ni un paso atrás en la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres. Este Gobierno no dará ni un paso atrás en la defensa de la igualdad. Con valentía y determinación», reza el texto. «Este martes romperemos para siempre el techo de cristal».

En la misma línea se mostró el propio Pedro Sánchez en un acto este lunes. Incluso afirmó que si las mujeres son la mitad de la sociedad deben ser también, «por una cuestión de justicia», la mitad del poder político y también del económico. Se trata, a sus ojos, «simple y llanamente de algo justo».

«Hemos abierto camino ya en el ámbito político hasta hacer de España una de las principales referencias mundiales y lo vamos a consolidar con esta ley, queremos dar un paso más allá y hacerlo extensivo al sector privado», añadió, para preguntarse qué niveles de progreso humano y de innovación se podrían haber alcanzado si la mitad de la población no hubiera sido discriminada durante siglos.

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