Sánchez sopesa movilizar al Rey para solucionar la crisis de Marruecos

Casa Real sigue a la espera de las instrucciones de Pedro Sánchez para mediar en el conflicto mediante una llamada a Mohamed VI.

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El Ejecutivo busca un acercamiento con el gobierno de Marruecos que sirva para destensar la crisis diplomática entre los dos países. Moncloa sopesa movilizar por fin al Rey Felipe VI para que Rabat entierre el hacha de guerra. Según ha podido saber Economía Digital, Casa Real sigue a la espera de las instrucciones de Pedro Sánchez para mediar en el conflicto mediante una llamada a Mohamed VI.

El silencio de Marruecos tras la salida del líder del frente polisario, Brahim Ghali, de España preocupa al Gobierno de Pedro Sánchez, más si cabe cuando Rabat no contesta a las llamadas de las autoridades españolas que buscan resolver la situación de los menores en Ceuta.

Tal y como explicaron fuentes diplomáticas a Economía Digital, existen tres cauces por los que regirse en este tipo de situaciones para tratar de encauzar el conflicto entre los dos países. El primero se centra en el contacto entre los dos Ministerios de Exteriores. En este caso, Marruecos señala a la titular de Exteriores, Arancha González Laya, como el foco de todos los problemas y asegura que la ministra «pone en cuestión el respeto mutuo».

La última decisión de acoger a Ghali en un hospital español fue de Laya, pese a la advertencia del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska. La ministra de Exteriores que llevaba semanas prodigándose en la prensa, suspendió el pasado miércoles la comparecencia con su homóloga belga evitando tener que explicar la marcha de Ghali. La debilidad de Laya en estos momentos no ayuda para encauzar el conflicto desde los Ministerios, por lo que el Gobierno sigue intentándolo pero ya medita otros planes.

La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya. Foto: EFE

La segunda solución que exponen fuentes diplomáticas es el contacto entre embajadores, pero Marruecos llamó a consultas a Karima Benyaich y desde Rabat se ha vuelto una ferviente enemiga de Laya, hasta el punto de llamar «torpeza personal» a sus declaraciones. La embajadora de Marruecos en España tampoco quiere saber nada con su homólogo español en Rabat.

Tal y como publicó ED, el gobierno marroquí habló de «repercusiones» contra España si Ghali salía de la misma manera clandestina que había entrado y, de ahí, que el Gobierno de Pedro Sánchez se pudiera en contacto con Rabat para informar sobre su salida a Argelia. Moncloa temió esta semana que el gobierno marroquí expulsase al embajador español.

Con las dos primeras vías de resolución de conflictos agotadas, los diplomáticos aún tienen un as en la manga para aquellos casos que, como es este conflicto, se enquisten a largo plazo y es la intercesión mediante la Casas Reales. El Rey Felipe VI lleva tres semanas esperando a que Pedro Sánchez le dé instrucciones para mediar con una llamada a Mohamed VI. Cabe recordar que el monarca necesita que el presidente se lo pida y desde Casa Real confirman siempre «estar dispuestos».

Ya en los primeros días de esta crisis y con la llegada masiva de inmigrantes a las costas de Ceuta y Melilla, Sánchez se puso en contacto telefónico con el Rey para analizar las «líneas generales». Después, Felipe VI se puso en contacto con el presidente de Ceuta para trasladarle su «solidaridad».

El Rey Felipe VI mantiene una relación privilegiada con la Casa Real marroquí al heredar de su padre los lazos de amistad con Hasán II y después con Mohamed VI. Don Felipe viajó con Doña Letizia dos meses después de su proclamación. Ya en 2019, los monarcas suscribieron en un viaje de Felipe VI a Rabat hasta diez acuerdos bilaterales entre los dos países.

La prioridad del Gobierno español es volver cuanto antes a la normalidad. Desde el Gobierno se guardan la llamada del Rey como una baza final para resolver el conflicto. De hecho y según ha podido saber ED, la intervención de Felipe VI se ha puesto sobre la mesa de Moncloa en varias ocasiones desde el inicio de la crisis.

Pero siempre han esperado a conseguir avances mediante el cauce diplomático hasta ahora. Desde el Gobierno sopesan estos días si una llamada del Rey en estos momentos ayudaría o sería mejor reservarla para más adelante.

La estrategia de Sánchez pasa por “intentar rebajar la tensión, tender puentes y continuar destacando que Marruecos es un socio estratégico”, señalan las fuentes consultadas. 

Expertos diplomáticos ya advierten de que una crisis de tal envergadura no se resuelve de la noche a la mañana, pero en el Gobierno son conscientes de que este conflicto también desgasta la figura de Pedro Sánchez. “Hay contactos y esperamos que esta situación se resuelva cuanto antes”, señalan desde el Ministerio de Exteriores.

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