Sánchez y Torra enmudecen mientras el Mobile entra en la UCI

Gobierno y Generalitat dan perfil bajo a la crisis del MWC pese a que las bajas se duplican día a día. Pactan una coordinación limitada al ámbito sanitario

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El lunes eran una decena las empresas que se habían dado de baja del Mobile World Congress (MWC). El martes ya eran una veintena. El goteo no ha acabado. El lunes salió ante los medios un conseller de la Generalitat a garantizar que «en ningún caso» se iba a cancelar el MWC. El martes, en cambio, la portavoz del gobierno catalán dijo que la decisión es de los organizadores.

El gran congreso tecnológico que debe celebrarse en Barcelona entre el 24 y el 27 de febrero está herido de muerte, pero ni el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ni el presidente de la Generalitat, Quim Torra, han dado un paso al frente para liderar esta crisis. Al contrario. Han enmudecido.

Ambos presidentes se han mantenido en segundo plano respecto al Mobile y han dejado a sus portavoces y a sus responsables de Sanidad el asunto.

Enfrentados de lunes a domingo sin apenas excepción, Sánchez y Torra han dispuesto que lo conveniente en este caso era dar  mensajes coordinados y de perfil bajo amparándose en la Organización Mundial de la Salud (OMS) tales como: «estamos siguiendo las recomendaciones de la OMS» y «no hay ninguna restricción de la OMS al tráfico y viaje de personas y mercancías y, por lo tanto, los eventos internacionales se pueden celebrarse con normalidad». Misma partitura, misma letra y mismo tono.

De Torra se sabe a través de su equipo de comunicación que ha contactado con el consejero delegado del GSMA (organizador del MWC), John Hoffman, para trasladarle su apoyo. No se sabe, sin embargo, en qué consiste ese apoyo.

Gobierno y Generalitat, casi siempre a la greña, han decidido que lo mejor en este caso era retroceder y no cruzar acusaciones. Este miércoles habrá más explicaciones sanitarias por parte de la consellera de Salud, Alba Vergès, y del ministro de Sanidad, Salvador Illa. Las darán conjuntamente desde el Hospital Clínic de Barcelona. No habrá en cambio grandes mensajes con carga política.

La percepción: «No todo está controlado»

La gestión comunicativa de la amenaza del coronavirus sobre el Mobile no ha pasado inadvertida para expertos como Ferran Lalueza, profesor de comunicación de crisis de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que, en declaraciones a Economía Digital, apunta que “algunas cosas se han hecho muy bien y otras no tanto”.

Percibe coordinación entre gobiernos, pero señala que se ha reaccionado tarde y con frecuencia “a rebufo” de las informaciones que iban apareciendo. Las primeras medidas fueron «demasiado tímidas», dice, como la recomendación de no darse la mano para evitar contagios­ cuando, posteriormente, se ha sabido que el período de incubación del virus no es de 14 días como se creía, sino que puede llegar a 24.

Según este experto, esto ha provocado que se proyecte una imagen de poca seriedad en las medidas propuestas y, en consecuencia, se ha creado la “percepción de que no todo está controlado”.

Lalueza subraya que el goteo de empresas que se dan de baja del Mobile confirma que las medidas de seguridad anunciadas no han sido convincentes.

Para estas empresas, no estar en el Mobile también les supone una decisión de riesgo en términos de imagen o de negocio. Sin embargo, primaron la seguridad de los empleados y visitantes. las primeras corporaciones que anunciaron que no estarán, empezando por la coreana LG, lanzaron un mensaje “potente”, que facilitó que otras dieran el mismo paso.

“Cada empresa que se da de baja, refuerza su posición” y la hace “más confortable”, concluye. Además, las consecuencias negativas que supone no estar en el Mobile se reducen porque muchas han tomado la misma decisión. Y así el MWC ha acabado entrando en la uci a la espera de un milagro improbable.

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