El top manta genera un impacto negativo de 130 millones en Barcelona

Pimec calcula que el Ayuntamiento de Ada Colau ingresaría 1,2 millones de euros si cobrase la licencia por el espacio que los manteros ocupan en la calle

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La actividad del top manta en Barcelona genera pérdidas de más de 130 millones de euros anuales a los comerciantes de la ciudad y las industrias afectadas por los productos falsificados, según un estudio elaborado por la patronal PimeComerç.

De este impacto negativo de más de 130 millones de euros, 65 millones corresponden al perjuicio directo que la venta ambulante ilegal causa en el comercio de proximidad y otros 69 millones a las pérdidas de la industria a causa de la comercialización de falsificaciones.

La patronal del comercio vinculada a Pimec constata que no hay “ninguna voluntad política” para acabar con un problema que ha tenido un crecimiento “exponencial” en los últimos años. Atribuyen el aumento del top manta a la “permisividad” de las autoridades. Aunque en el estudio no se menciona a la alcaldesa de Barcelona, los dardos van dirigidos a Ada Colau.

El top manta también perjudica a la hacienda municipal porque no ingresa los derechos de ocupación de la vía pública. El estudio calcula que en Barcelona opera una media de 875 manteros diarios, que debería pagar como mínimo 1.400 euros por el espacio que ocupan, con lo que el Ayuntamiento de Barcelona ingresaría más de 1,2 millones de euros. Sin embargo, la alcaldesa nunca les pasó la factura.

PimeComerç recuerda que el top manta supone una competencia desleal porque no afrontan sus obligaciones tributarias, no pagan licencias de actividad, ni siquiera cumplen las limitaciones horarias.

Constatan que el Ayuntamiento controla de forma “exhaustiva” el espacio público de las terrazas de bares y restaurantes, de las floristerías y otros comercios, a los que exige la correspondiente licencia, mientras no actúa de la misma manera con el top manta.

Una media de 875 manteros

Pese a que no hay ningún censo oficial de manteros, calculan que en Barcelona opera una media de 875 vendedores ilegales. Obtienen esta cifra a partir de los datos de los servicios sociales del Ayuntamiento y de las intervenciones de la Guardia Urbana.

En pasado mes de abril, PimeComerç realizó una observación de la actividad del top manta en el Paseo de Borbón, en el tramo situado entre el Museo de Historia de Cataluña y la plaza del Mar. Contabilizaron un mínimo de 680 manteros tan solo en este tramo.

Indican que el número de manteros en Barcelona puede llegar a más de 1.000 o, incluso, a 2.000 en temporadas de máxima afluencia de turistas. Precisan que los 875 manteros son una media, sin tener en cuenta la estacionalidad de este fenómeno.

Para calcular el impacto en el comercio de proximidad, el estudio analiza el número de vendedores, su mercancía y los precios que cobran a los clientes (entre 10 y 30 euros). Sitúan las pérdidas que ocasionan a los comerciantes en 65.663.360 euros anuales.

Negocios perdidos

PimeComerç recuerda que “todo producto que se pone a la venta sobre una manta es un negocio perdido para el comerciante barcelonés”.

Para calcular lo que deja de ingresar el Ayuntamiento por la ocupación del espacio, incluso tienen en cuenta las medidas de la manta. Las más habituales son de 2 metros por dos metros. O sea, cuatro metros cuadrados en total.

La Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) publicó en 2016 un informe en el que elevó a 2.063 millones de euros el importe que supone la vulneración de los derechos de la propiedad industrial en España en el sector de la ropa y el calzado. Este importe equivale a 42,9 euros por habitante.

A partir de estos datos, el estudio del Observatorio de PimeComerç establece que el impacto de la comercialización de falsificaciones en Barcelona causa pérdidas de 69.512.714 euros anuales. No todas son atribuibles al top manta, porque hay otras plataformas de venta ilegal, aunque la primera es la más destacada.

Menos denuncias, pero más productos incautados

Curiosamente, el número de denuncias interpuestas por la Guardia Urbana de Barcelona a vendedores del top manta ha ido en descenso en los tres últimos años: 79.221 en 2016; 63.921, en 2017; y 54.626, en 2018. Sin embargo, sus acciones han sido más efectivas en el decomiso de productos. Se pasó de poco más de un millón de productos en 2016 a 1,13 millones en 2018.

El presidente de PimeComerç, Àlex Goñi, advierte que el comercio pierde millones de euros por la competencia desleal de la venta ambulante ilegal. Subraya que “ya es hora” que las administraciones “asuman el reto con responsabilidad y deber público” para acabar con el problema. Insiste en que es necesario acabar con “la permisividad y la impunidad”.

Otro estudio, elaborado por la patronal madrileña CEIM, calculó que los comercios de la capital española pierden 157 millones de euros por la venta ambulante ilegal, incluso más que en Barcelona.

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