Torra cita a Catalunya en Comú para salvar los presupuestos

La Generalitat se abre a estudiar la reforma fiscal propuesta por los de Colau, pese a que el Pdecat ya ha expresado su rechazo a una subida de impuestos

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El gobierno de Quim Torra ha dado finalmente el pistoletazo de salida a la negociación de los presupuestos de la Generalitat. Y empezará por Catalunya en Comú Podem (CECP), con una primera reunión que ya ha sido agendada para este jueves por la mañana y que oficializa lo que ya era oficioso: que los comunes son ahora mismo la primera, y casi única, apuesta del Govern para poder tirar adelante sus cuentas.

De ahí que la Generalitat se muestre extremadamente cauta respecto de las peticiones de la conflluencia de izquierdas, incluida esa reforma fiscal que supondría subir el IRPF al 2% de catalanes con rentas superiores a los 90.000 euros anuales. «Nosostros no hemos puesto una revisión fiscal sobre la mesa, pero eso no significa que no estemos dispuestos a estudiarla», dijo este martes la portavoz del ejecutivo catalán, Elsa Artadi

De ese modo, Artadi sigue la línea expresada el lunes por ERC y Junts per Catalunya (JpC) e ignora la advertencia del Pdecat, cuyo presidente, David Bonvehí, consideró que una subida de impuestos sería «una línea roja» que habría que rechazar.

La portavoz evitó responder si hay discrepancias en ese punto en el seno del gobierno, y se limitó a apuntar que hay acuerdo por lo que respecta al borrador de presupuestos, que ya está prácticamente acabado salvo por algunos «flecos». Es lo mismo que el ejecutivo catalán viene diciendo desde principios de mes, pero esta vez se supone que será verdad, porque algo tendrá que presentarle negro sobre blanco a Catalunya en Comú en la reunión del jueves, la única prevista hasta el momento.

Problemas y tensiones en el seno del govern

La conselleria de Economía, en manos del vicepresidente Pere Aragonès (ERC), ha tenido problemas para cuadrar los números. Por un lado por las restricciones referentes al techo de déficit, fijado en el 0,1% —aunque el Gobierno ya ha expresado su intención de subirlo al 0,3%— y, sobre todo, al límite de gasto, establecido en el 2,7%. Pero, por otro, por tensiones entre las consellerias de ERC y las de JpC.

A ese respecto, este mismo lunes, a la vez que advertía sobre su rechazo a una eventual subida impositiva, Bonvehí lanzaba otro aviso: pedía que los presupuestos fueran «expansivos» en todos los departamentos, no solo en los que se ocupan de las políticas sociales, que son los que están en manos de Esquerra.

«Reflexión» tras el CEO

Artadi admitió también este martes que el ejecutivo tiene que hacer «una reflexión» sobre el último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), hecho público el pasado viernes y que refleja una caída de ocho puntos en el porcentaje de valoraciones positivas del govern (pasaban del 51,6 al 44%) y una subida de nueve puntos de las negativas (del 43,2 al 51,9%). «Se nos hace difícil hacer llegar una parte de nuestro mensaje a la ciudadanía, a veces generamos mucho ruido», reconocía.

La discrepancia presupuestaria entre el Pdecat y sus socios de gobierno evidenciada por Bonvehí demuestra que, incluso tras ese varapalo del CEO, actuar en función de esa reflexión que plantea la portavoz sigue siendo una asignatura pendiente.

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