Flores, bicicletas y un hotel cuatro estrellas para la mejor escapada de primavera en Girona
Flores, carreteras, pasado medieval, tiendas de diseño, bosques, mucha caminata, kilómetros de bicicleta, y un reparador descanso en un recomendado hotel de Girona

Girona explota de colores y aromas en Temps de Flors. Foto Nuria Fosas – PTCBG
Aunque el calendario diga que la primavera comienza el 21 de marzo, la mejor vivencia de la estación en Girona se vive desde este sábado 11 hasta el 19 de mayo en el festival Temps de Flors, donde las calles, templos, casonas medievales y residenciales, plazas, edificios públicos y otros espacios son conquistados por coloridas y creativas creaciones florales.
Ya van 69 ediciones de este certamen que año a año crece en magnitud. En esta ocasión se presentan 137 proyectos en 109 espacios, con un horario de visita que se extiende desde las 9:30 a las 21:00 (y hasta las 24:00 los fines de semana).
Nuevos sitios para ver creaciones florales
Es cierto que cada edición, sobre todo tras la pandemia, atraen más y más visitantes, por lo que ante el riesgo de la masificación los organizadores optaron por expandir el circuito de exposiciones, para incluir espacios que antes miraban la fiesta desde lejos.
Entre los nuevos sitios que expondrán creaciones paisajísticas se encuentran el patio de la casa Solterra, las bóvedas de la Rambla, el jardín del Casino de Girona y la Casa de la Artes de Mas Ramada; que se suman a las reaperturas de la Casa Cúndaro, la Torre Gironella, el Palacio de Caramany y la iglesia de Sant Martí Sacosta, precisa la organización.
Este año Temps de Flors presenta 137 proyectos paisajísticos en 109 espacios, donde los circuitos se amplían a 16 barrios de Girona
Además de las puestas en escena florales alrededor de la Catedral, en el Museo Judío, en los jardines que rodean las murallas, en el cauce del río Galligants, en la plaza del Vino, en la rotonda del Reloj y en los patios medievales del casco antiguo, este año Temps de Flors llega a 16 barrios de esta ciudad catalana, como son el Eixample, Carme-Vista Alegre, Devesa-Güell, Mas Ramada, Mercadal, Montilivi y Palacio-sacosta, entre otros.
Y no todo son flores: el evento coincide con la 20ª Muestra de Escaparatismo y Decoración Interior, donde 42 tiendas presumen de creatividad, para recordar el cariño que tienen en Girona por el comercio local.
Girona, meca del cicloturismo
Esta explosión floral es para recorrerla a pie, y con mucha paciencia. Pero en cualquier otra época del año, sobre todo en primavera, Girona es una meca ideal para los amantes del turismo deportivo, sobre todo el ciclístico.
Basta dar una vuelta y sorprenderá la cantidad de talleres, tiendas de alquiles, bares y hoteles adaptados para llegar con la bici.
Cabe recordar que esta capital catalana es el punto de unión de la Ruta del Carrilet, una vía verde de 110 kilómetros que se inicia en Olot, capital de la comarca volcánica de La Garrotxa, y desciende suavemente unos 40 km hasta Girona, atravesando cultivos, pueblos, zonas boscosas y algún que otro polígono industrial.
Desde esta ciudad, tras un buen descanso, el paseo se puede retomar la jornada siguiente hasta completar los 57 km a Sant Feliú de Guixols, pasando por pueblos que adaptaron las estaciones ferroviarias como bares y centros culturales, masías y paisajes rurales que culminan con las espectaculares calas frente al Mediterráneo.
Trayectos en bici por Girona y alrededores
Entre los trayectos familiares en bici, se pueden mencionar los recorridos por las Huertas de Santa Eugènia y las dehesas de Salt, viendo el recuerdo rural de estos barrios que bordean también el Ter, la ruta por el valle de Sant Daniel o el paseo por el bonito y frondoso Parque de la Devesa, con sus gigantescos plátanos a la vera de ese curso fluvial.
Ya más para especializados, Girona es una buena base para ciclistas con más resistencia y sin temor a las subidas ni las distancias, con rutas como la que rodea al lago de Banyoles (57 km), la que lleva a Brunyola (69 km), la que rodea el Vall d’en Bac (180 km), la travesía al Cap de Creus y su reino de los vientos (177 km), la dura subida a la cima de Els Ángels (63 km) o algunos de los circuitos por los pueblos medievales (25 km).
La base para disfrutar de las flores y la bici
Un lugar para hacer base y disfrutar tanto de las flores estas semanas como de las rutas ciclísticas en Girona y alrededores es el hotel Best Western Premier CMC Girona. Situado en la Avenida de Barcelona 112, aunque esté a unos 20 minutos a pie del Barri Vell su ubicación es ideal para llegar en coche con las bicis sin preocuparse por calles cortadas y colapsos de tráfico.
Este cuatro estrellas se encuentra en un proceso de reformas en el que se están invirtiendo dos millones de euros y que culminará en 2030. En su primera etapa, ya se ve la elegante renovación que han tenido el lobby, la recepción, el restaurante y la zona de desayunos, donde la interiorista Marta Estarriol le ha dado una estética más moderna y suave a la imagen clásica que tenía el establecimiento.
El Best Western Premier CMC Girona tiene un sector donde se pueden guardar, reparar y lavar las bicicletas con total comodidad y seguridad
Las 111 habitaciones todavía conservan ese aire señorial que le otorgan los muebles de madera y detalles de mármol, con un colchón y somier que logran que uno se olvide del cansancio tras las caminatas o pedaleadas.
Detalles pensados para ciclistas
Un detalle por el que atrae a tantos amantes de las dos ruedas es su infraestructura pensada para las bicicletas: en el parking hay un espacio para aparcar, lavar y reparar los rodados, y dejarla que duerman con total tranquilidad.
El hotel cuenta con un sector de spa con jacuzzi y gimnasio, sectores ideales para relajar o para mantener los músculos en activo.
El desayuno del hotel, con diferentes tipos de embutidos, quesos, panificados, zumos y mucha fruta tiene todo el aporte calórico necesario para gastar energías. Incluso el personal ofrece preparaciones a medida o para llevar (recomendado para los madrugadores)
Girona, ni hace falta discutirlo, es una de las mecas gastronómicas de Cataluña y de España, con el emporio de los hermanos Roca a la cabeza. Pero muchas veces uno no está para la alta gastronomía, y tras un día de actividad a pie o bici lo mejor es una reparadora cena de buena calidad y a precios accesibles.
Eso lo cumple el restaurante del hotel, el Práctic Café, donde hemos degustado una tarrina de foie gras con reducción de Pedro Ximénez y pan de especias y la vichyssoise, entrantes que elegimos entre otros como la tabla de quesos, el salmón marinado, los rigatoni con tomate o el carpaccio de ternera.
Entre los principales, optamos por el magret de pato a la brasa con chutney de piña y aceite de tomillo, y el rodaballo con salteado de verduras. Sin embargo, bien podríamos haber pedido otras carnes como el solomillo de ternera a la brasa o la costilla de cerdo a la barbacoa, o pescados como la suprema de corvina o el rape a la plancha.
De postres, no podía faltar la crema catalana junto con la ‘tentación’ de helados de sabores, pero que igual podrían haber sido el cremoso de queso fresco con frutos del bosque o la torrija con helado.
La carta de vinos tiene una veintena de referencias, en su mayoría de DO catalanas; y si bien su precio medio está en torno a los 30 a 35 euros, hay menú del día a solo 22 euros.
Y tras una cena así y una noche en el Best Western Premier CMC, al otro día ya se habrán recargado las baterías para emprender una nueva caminata o travesía en bici por Girona.