La coctelería de la semana: Nuts
Una coctelería como la de antes, con creaciones de autor, productos de alta gama, música en vivo y una estética donde prima la elegancia

Nuts destaca por su elegante interiorismo. Foto: Daniel Schaefer
Cuando uno abre la pesada puerta de vidrio de Nuts Indulgence Club (Muntaner 147) se tiene que acostumbrar unos segundos a decodificar todo lo que está viendo: el lugar es pequeño, sí, pero hay tantos pequeños secretos y guiños en su interiorismo que se necesita un poco para procesarlo. Estamos en Barcelona, pero tranquilamente este ambiente con mucha madera, con muebles de décadas de historia, con fotos autografiadas, vinilos y lámparas que son pequeñas obras de arte bien podría estar en Nueva York, Londres o Ámsterdam.
Abierto en septiembre de 2022, Nuts se aleja de la tendencia de las coctelerías de diseño que están revolucionando la escena en la última década, y prefiere seguir la senda de corte clásico que han trazado locales como el Boadas, el Gimlet o el Dry Martini.
Es un lugar pequeño, para 35 personas, dividido en dos salas; donde la superior se usa más como privado o para grupos. Los sillones son bajos, los taburetes de la barra bien cómodos, y en un pequeño rincón cada noche desde las 23:00 hay música en vivo, sobre todo de jazz y reversiones de temas pop.
Los creadores de Nuts
Hablar de Nuts es hablar de sus creadores: Lázaro Rosa-Violán, un reconocido arquitecto e interiorista especializado en hoteles, restaurantes y espacios comerciales; y José María Morera, una de las figuras claves del diseño, el packaging y la identidad visual de los últimos 40 años (innumerables ediciones de perfumes y bebidas como Codorniu, Juvé y Camps, Bitter Kas y Raimat, entre muchas otras, llevan su firma); una persona que vivió la efervescencia cultural de Barcelona del tardofranquismo y la Transición en primera línea, y que sentía que la capital catalana necesitaba un lugar así.
“Queríamos hacer una coctelería bien hecha, con productos de calidad. Aquí no hacemos combinados, para eso no necesitas una coctelería. Con Domenico Nicastro (bartender, que venía del Why Not Gastrobar) hemos tomado la base de la coctelería tradicional y la reinventamos”, nos explica Morera mientras los músicos afinan para su espectáculo.
Los cócteles de Nuts
Hay varias cartas en Nuts. En la de cócteles y destilados, se presentan ocho creaciones premium (30€), de las que probamos el Summer Seven (Ron 7 Villas, pomelo y ron), el Spicy Diagon (mezcal Casa Amigos, humo de chipotle y natural ginger) y el Margarita Azul (tequila Clase Azul, lima y triple sec). El equilibrio que logran con los ingredientes, y la calidad del alcohol base logran un producto sumamente acertado.
“Aquí no hacemos combinados, para eso no necesitas una coctelería”, dice José María Morera
Aquí también se encuentran el Apple Smoke Sour (Laphroaig 10 con ginger, manzana y humo), el Moretti San (Hibiki con naranja sanguina y pimienta Sichuan) o el Skull Vesper (gin Palo Seco, vodka Crystal Head y Lillet)
Luego hay una treintena de cócteles (20€) donde los clásicos como el Dry Martini, el Paloma, el Old Fashioned o el Negroni dialogan con preparaciones propias como el Moscow Nuts (vodka o mezcal con ginger beer), el Desert Storm (tequila Reposado con mezcal, agave y pomelo), el Eva (gin, Campari y Saint German) o el Romy Rose (ron blanco, fresa y coco).
Destilados y vinos de alta gama
La carta de destilados es una larga lista de productos de alta gama, muchos ya en la categoría de joyas, con gins como Hendrick’s Orbium, Plymouth gin, 209 5XD o Botanis; vodkas como Beluga, Rouge o Absolut Elyx, los whiskies Glenfiddich Fire & Cave, Chivas 18 o Michel Couvreur Unique (hay hasta un Macallan Nº 6 Lalique a 15.000 euros la botella), brandies como el Fundador Supremo 12 (y el 15, y el 18) o el Mascaró XO Cuvée Millenium. Y sin olvidar los rons, tequilas, mezcales y bourbones, que citarlos sería inabarcable.
También es sumamente extensa la carta de vinos, creada a partir de la larga relación de Morera con el mundo de las bodegas. Son cerca de un centenar de referencias de tintos, blancos, espumosos, rosados, generosos, cavas y champagnes de categoría, provenientes de diversas DO de España y Francia, que se pueden degustar por botella o por copa (siempre conviene consultar previamente). Inclusive ofrecen el servicio de solicitud de vinos, por si uno quiere darse un capricho con una variedad o una añada muy específica.
Y nos queda la carta de platillos, para darle un toque gastronómico diferente. Allí probamos un exquisito jamón ibérico de bellota y el foie gras al Pedro Ximénez, pero también se puede acompañar la velada con ostras Poget Nº 2 de Normandía, caviar Oscietra & Blinis o Imperial Beluga, el pastrami al estilo de Nueva York o el salmón ahumado, entre otras opciones.
El elegante interiorismo
El interiorismo, a cargo de Rosa Violán, se encarga de trasladar al visitante a una coctelería de los años ’20. Junto con Morera estuvieron una buena temporada aportando ideas y recolectando materiales de antiguos hoteles, casas y hasta trenes: “esas figuras (unas cariátides de madera de estilo art-decó) venían de Ámsterdam. Aquellas ventanas eran de una casa de Barcelona. Esos vitrales eran de un hotel de Carcassone. Las lámparas de Murano son de Murano, y las que están en la sala de arriba, del ferrocarril Orient Express”, describe Morera.
Incluso hay objetos familiares: “muchos muebles eran de la casa de mi madre, que cuando falleció los traje aquí. Hay cuadros míos, como esas obras gráficas de Barceló y Picasso. Aquellas fotos de artistas de varieté de los años ‘20 a ’40 estaban en lo de mi abuelo”, va señalando.
Y en esta abigarrada colección de recuerdos, nos señala un vinilo de 1972 de George Melly, cantante británico de jazz y blues, de nombre Nuts. “A finales de los ’70 le dije a mi hermana que algún día tendría un club que se llamaría Nuts. Y aquí estamos”, ríe Morera.