Cómo funciona Radar COVID, la app española de rastreo de contagios

El 15 de septiembre estará disponible en toda España. El Gobierno y las comunidades autónomas cierran ahora flecos técnicos para conseguirlo

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La app de rastreo española, Radar COVID, ya se está desplegando en algunas comunidades autónomas. La primera ha sido Canarias. Precisamente, el piloto de la aplicación se realizó en uno de sus municipios, en San Sebastián de La Gomera.

Los resultados de la prueba han animado al Gobierno a desplegar esta tecnología en varias comunidades. Aunque su lanzamiento a nivel nacional será el 15 de septiembre, algunas regiones como el archipiélago canario ya tienen la aplicación funcionando.

Todos los españoles pueden descargarse la app en la Play Store de Android o en la AppStore de iOS. Se trata de una aplicación compatible con un protocolo especial de Google y Apple muy escrupuloso con la protección de datos de los ciudadanos.

La aplicación ayudará a los sistemas de Salud Pública y rastreo de contactos a prevenir nuevos rebrotes de coronavirus. Será un complemento a la labor de los famosos rastreadores de la pandemia.

Su mecánica es muy sencilla: todos los teléfonos que tengan activado el protocolo (API) de Google y Apple emitirán unos códigos encriptados cada varios minutos. Los dispositivos con la API también podrán registrar esos códigos de terminales cercanos.

Dicho de otro modo: al salir a la calle, tu teléfono registrará todas las claves cifradas que hayan emitido móviles que hayan estado cerca de ti. Es decir, tu móvil hará un historial de personas con las que te has cruzado —aunque no sabrás quiénes son—.

Así, si alguien se contagia de Covid-19, podrá notificarlo en la app española. En caso de que estés infectado, todas las personas con las que te hayas cruzado en los últimos días recibirán una alarma, que les advertirá de que se han expuesto al riesgo de un contagio.

Pero tampoco sabrán quién les ha podido exponer a este contagio.

Si todavía tienes dudas sobre la utilidad de esta aplicación o sobre si realmente será de ayuda para frenar al Covid-19, Business Insider España responde 7 preguntas básicas sobre esta novedosa tecnología.

¿Para qué sirve?

Como se ha dicho, la app de rastreo de contactos es un complemento —nunca una alternativa— a la labor de los rastreadores profesionales. Desde que comenzó la pandemia del Covid-19, todos los países han reforzado sus servicios de vigilancia epidemiológica.

Los rastreadores son profesionales —sanitarios o no— que hacen, como su propio nombre indica, una labor de rastreo.

Cuando se diagnostica un caso de Covid-19, un rastreador tiene la obligación de contactar con esa persona para tratar de descubrir cuáles han sido los contactos estrechos que el positivo ha mantenido en las últimas semanas.

De este modo, las administraciones públicas pueden ordenar cuarentenas selectivas para evitar un segundo gran confinamiento con estado de alarma. Además, así también se previenen y cortan las cadenas de contagio y los rebrotes de coronavirus.

El problema es que, cuando un paciente es diagnosticado con Covid-19, solo podrá recordar los contactos estrechos —a menos de 1,5 metros y durante más de 15 minutos— que haya mantenido con familiares y amigos.

La app de rastreo de contactos cerrar un agujero: el que suponen todos los desconocidos con los que nos hemos cruzado por la calle —en una mesa de un restaurante, en un banco en el parque, en el transporte público, en el centro comercial, haciendo cola en el banco…—.

¿Llega tarde?

Sí y no. La app de rastreo de contactos española llega bastante más tarde que las aplicaciones de otros países como Reino Unido, Francia o Alemania, que anunciaron su desarrollo y lanzaron sus pilotos hace meses.

Sin embargo, el caso británico es paradójico. Google y Apple son las dos compañías tecnológicas propietarias de los sistemas operativos más usados en la telefonía móvil, Android e iOS. Para que estas apps funcionen correctamente, estas deben ser compatibles con estos sistemas operativos.

La app de Reino Unido, en cambio, optó por lanzar su app antes de que Google y Apple lanzaran el protocolo que haría compatibles estas apps —la famosa API—. Además, la mencionada API solo es compatible con las apps que descentralizan la gestión de los datos.

Esto provocó que Reino Unido se viese obligada a retirar su app y a estudiar cambios en la misma.

Por otro lado, el propio Gobierno de España anunció a finales de mayo que su app de rastreo utilizaría la API de estas dos compañías tecnológicas y que se realizaría un piloto en Canarias. Finalmente, esta prueba tuvo lugar en julio, aunque los resultados no se conocieron no se conocieron hasta hace unos días.

Finalmente, la app de rastreo española estará disponible en todo el país a partir del 15 de septiembre. Antes de lo previsto, según explicó la secretaria de Estado de Digitalización, Carme Artigas, en una reciente rueda de prensa. El plan era que llegara en octubre.

¿Funciona igual que en otros países?

Depende. Si se trata de apps que utilizan la API de Google y Apple, el funcionamiento es el mismo. Las dos compañías crearon este protocolo de compatibilidad basándose en la investigación de un equipo liderado por la española Carmela Troncoso, ingeniera de Telecomunicaciones por la Escuela Politécnica de Lausana (Suiza).

El equipo de Troncoso creó el DP-3T, un sistema por el que los móviles podrían intercambiar códigos encriptados. Lo hizo después de que se marcharan de un consorcio europeo llamado PEPP-PT, que a mediados de abril comenzó a investigar el desarrollo de una app de rastreo garantista con la protección de datos.

La idea de una app de rastreo viene de países fuera de Europa. La idea era atractiva, pero su ejecución podía ser lesiva para la privacidad y los derechos de los europeos —en algunos casos utilizaba la geolocalización por GPS del móvil para rastrear los contactos—.

La principal diferencia que motivó la escisión entre el DP-3T y el PEPP-PT es cómo se gestionarían los datos que se generan en los contactos estrechos. Mientras que los primeros defienden que estos datos debían permanecer en los móviles, los últimos optaron por una solución que centralizara la información en servidores.

Francia o Reino Unido, por ejemplo, optaron por modelos centralizados. De este modo, podrían recabar más datos y hacer investigaciones sobre el contexto en el que se daban estos contactos estrechos.

Para activistas de la privacidad o incluso para los hackers del Computer Chaos Club alemán, tener una solución de rastreo de contacto con una gestión centralizada podría ser más lesiva para los intereses y garantías de los usuarios.

España usa la API de Google y Apple, y esta API está inspirada en el DP-3T. En el modelo descentralizado.

¿Quién la ha desarrollado?

En España la ha desarrollado Indra. La multinacional española se llevó más de 330.000 euros en un contrato público del que no ha trascendido más información. El volumen de la licitación se hizo público gracias a un comunicado del Ministerio de Asuntos Económicos, del que depende la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial.

Aunque el desarrollo es de Indra, la última palabra sobre si es compatible o no con Android o iOS la tienen Google y Apple. La app española apareció como autorizada en la lista de apps de rastreo hace ya varias semanas.

En esta lista solo aparecen las aplicaciones de las autoridades sanitarias y las administraciones públicas: Google y Apple solo permiten una app autorizada de las instituciones públicas. Las empresas no pueden hacer negocio con una herramienta sanitaria de esta índole.

De hecho, es deseable que la mayoría de usuarios utilicen la misma app para que la gestión de los datos sea lo más sencilla posible. En este sentido, se espera que todas las apps que compartan la API puedan cooperar y ser compatibles entre sí.

¿Va a poder robar alguien nuestros datos?

No. Gracias a que lo único que comparten los móviles son claves encriptadas, es muy difícil que alguien pueda descifrarlas con el fin de identificar el móvil que las emitió. Se ha optado por esta solución por ser la menos lesiva para la protección de datos y la privacidad.

Además, cuando una persona sea diagnosticada con Covid-19, tendrá que introducir un código numérico aleatorio que le proveerán las propias autoridades sanitarias de cada Comunidad Autónoma. En otras palabras, las instituciones públicas no sabrán quién contagia a quién en la app.

La app solo servirá para prevenir a alguien que se ha podido ver expuesto a un contagio y detectar posibles casos de Covid-19 antes incluso de que se aparezcan síntomas.

¿Por qué exige tener el GPS activado?

A pesar de lo anterior, muchos usuarios se han sorprendido al ver que la app de rastreo, Radar COVID, exige tener el GPS del móvil activado. Fuentes de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial ya avanzaron a Business Insider España que esto responde a Google.

La API de Google y Apple utiliza Bluetooth Low Energy, un protocolo Bluetooth con el que se retransmiten las claves cifradas temporales haciendo un consumo bajo de la batería del móvil. No se sabe por qué Google y Apple no liberaron al completo el código fuente de su API, pero lo cierto es que mantener el rastreo de contactos activado en el móvil requiere que la geolocalización también lo esté.

Eso no implica que la app española de rastreo esté haciendo uso de la geolocalización. Varios gobiernos europeos han emplazado a Google y Apple a que den una solución a esta situación.

¿Ayudará a frenar el coronavirus?

Aquí hay muchos factores en juego. Muchos expertos ya advertían hace meses de que, para que una aplicación de esta índole funcionase, debía descargársela y utilizarla un amplio porcentaje de la población.

El Gobierno estima, tras su piloto en San Sebastián de La Gomera, que la gente ha respondido. La app se la ha descargado un número suficiente y proporcional a la población del municipio.

La preocupación ahora por parte de varios expertos es que la app arroje un elevado número de falsos positivos. Las aplicaciones de rastreo, por su naturaleza tecnológica, solo alarman ante casos de contacto estrecho: a menos de 1,5 metros y durante más de 15 minutos.

Esto no es necesariamente un contacto de riesgo. Un contacto de riesgo es cuando se produce en un entorno de proximidad, sin mascarillas, por ejemplo. Si te cruzas con alguien con Covid-19 en el metro, no te has expuesto necesariamente a la enfermedad.

Aquí la diferencia la marca un rastreador profesional. De hecho, esta preocupación ya la hacía patente el Ministerio de Sanidad hace unos meses. Ahora, el Gobierno está concretando con las distintas autonomías varios flecos técnicos ante el despliegue de las apps en distintas regiones. Por ejemplo, quién dará el código para publicar el positivo de Covid-19 en la plataforma.

Mientras, el Instituto Carlos III advertía hace semanas que España es capaz de rastrear hasta 3 contactos por cada caso positivo de Covid-19. Habrá que esperar al despliegue nacional de la app, analizar cuánta gente se la descarga y sus resultados hasta qué punto es útil.

Noticia original: Business Insider

Autor: Alberto R. Aguiar

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