El padre de la Web crea una plataforma para proteger los datos personales

Solid es la plataforma de Sir Tim Berners-Lee en la cual los usuarios controlan cómo las empresas de internet hacen uso de sus datos personales

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Sir Tim Berners-Lee, uno de los inventores de la ‘World Wide Web’, ha estado trabajando con expertos del MIT para lanzar Solid, una plataforma en la que el usuario tiene el control directo de sus datos, y no las empresas.

Según Berners-Lee uno de los graves problemas de la web actual es que el usuario ha perdido todo control sobre cómo se usan sus datos personales, ahora en manos de grandes empresas de publicidad como Facebook y Google.

A diferencia de otros proyectos que intentan devolver el control de los datos al usuario Solid aspira a que sea posible usar la web sin necesidad de crear una nueva, por lo que funcionará con cualquier sitio actual de World Wide Web, además de aquellos sitios nuevos que se creen pensando en la plataforma.

Los datos personales bajo control (en teoría)

Solid permitirá a los usuarios almacenar sus datos personales en un servicio llamado “pod”. Estos datos no se suben a un servidor en algún centro de datos perdido por el mundo, sino que se almacenan localmente en el ordenador o móvil del usuario.

Los datos almacenado incluyen información como nombre, fecha de nacimiento, localización o incluso fotos y vídeos. Es decir, cualquier información que el usuario genere se almacena en estos “pods”.

Cuando un usuario se conecta mediante Solid a la web este puede elegir qué datos quiere compartir. Por ejemplo, una aplicación o una web de viajes puede pedir que comparta el nombre, correo electrónico, localización o alergias del cliente para encontrar vuelos o estancias, pero no podrá acceder a información como actividad física, lugar de residencia o los sitios web que se han visitado, información que las empresas de publicidad pueden comercializar.

En esencia Solid aísla todos los datos que ya tienen empresas como Google o Facebook para que sean ellas las que pidan permiso para acceder y no al revés.

Multinacionales como Facebook y Google sobreviven gracias a la recopilación y explotación de los datos personales para vender publicidad, en algunos casos de forma descontrolada. Los recientes problemas de seguridad que han dado pie a filtraciones de información personal de millones de personas, como el de Cambridge Analytica, son motivo más que suficiente para que este tipo de proyectos florezcan.

El proyecto quiere controlar algo tan importante como los datos personales, la moneda de cambio de las grandes tecnológicas de la web. Solid tiene toques de proyecto utópico que pone primero al usuario, pero será muy difícil su expansión ya que requiere que los usuarios tomen la acción de registrarse y prestar atención a sus datos en cada servicio de internet.

El futuro de una web ‘descentralizada’

Descentralizar la web quiere decir que ninguna empresa recopile, almacene, centralice y controle datos personales, sino que toda esa información esté bajo control de los usuarios y se distribuya de forma segura.

El proyecto de Bernes-Lee es uno más entre un pequeño mar de proyectos que están desarrollándose con la misión de devolver al usuario el control de su información.

Por ejemplo Mastodon es una red social al estilo Twitter descentralizada que cualquiera puede instalar en un servidor. Aunque un usuario se registre en uno de ellos siempre podrá interactuar con otros usuarios que se hayan registrado en otros servidores.

Textile es un servicio similar a Instagram –todavía en desarrollo– para almacenar fotografías de forma segura y sin que nadie pueda comercializar con los datos asociados a las cuentas. Según sus desarrolladores Textile “está diseñado en un sistema descentralizado que dure toda la vida”; al contrario que, por ejemplo, Instagram que del día a la mañana podría desaparecer sin más.

El ejemplo más conocido de una red descentralizada es Bitcoin o Ethereum, protocolos que se usan para realizar pagos o como sistema bancario. Se accede a un monedero virtual donde se almacena el dinero, cuyo saldo y transacciones son públicos aunque el usuario es anónimo.

Todos estos servicios, incluido el de Berners-Lee, tiene el problema de que por ahora son complejos y difíciles de utilizar para el usuario común, y difícilmente despegarán si no alcanzar una masa de usuarios lo suficientemente grande.

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