¿Es seguro hablar por el móvil? (II)

Algunos detectives privados utilizan métodos ilícitos para conseguir información confidencial

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Los límites de la legalidad de la investigación privada son difusos. Por lo general, el sector es receloso de informar sobre qué tecnología dispone. A la vez, casos de escuchas ilegales o tráfico de información confidencial con funcionarios públicos desgastan su imagen. Sin embargo, las grandes compañías no están para rumores y trabajan en mecanismos de encriptación para proteger las comunicaciones de sus directivos. ¿Hasta qué nivel de penetración llega las investigaciones de los detectives?

“Existen herramientas para controlar las comunicaciones de los objetivos”, explica un detective privado que prefiere mantener su anonimato. El profesional reconoce que estas prácticas son poco habituales y se centran en el hackeo de smartphones o ordenadores. “Se trata de colar programas en estos dispositivos como lo haría un pirata”, indica.

El teléfono

“La interceptación de llamadas telefónicas es poco habitual. El mercado de estos sistemas están controlados por los gobiernos y es difícil que una compañía privada disponga de los sistemas portátiles que van en la famosa maleta con ruedas”, dice.

En este sentido, añade que en el campo de la comunicación por voz los investigadores privados se nutren de filtraciones policiales. «Tenemos fuentes en la policía como las tiene un periodista», explica el profesional. «El caso Pitiusa es una exageración porque la mayoría sólo recurrimos a los agentes en momentos concretos. Ahí se ha atrapado a gente que sólo utilizaba métodos ilegales», añade.

El ‘pinchazo’

Por lo general, el pinchazo telefónico es monopolio del Estado y, por ello, la policía debe tener algo más que un indicio para que un juez autorice una escucha telefónica. «Es la misma filosofía que un registro. No puedes acudir al magistrado con pruebas circunstanciales, necesitas algo que fundamente la tesis de investigación», afirma un mando de CNP. El policía recuerda que, pese a que el pinchazo dé a luz a nuevos delitos, los agentes sólo pueden utilizar la información por la que habían pedido autorización al juez. «Otra cosa es que algunos policías utilicen esa información para conseguir pruebas sobre estos nuevos delitos y abrir una investigación», comenta y añade que con estas prácticas se violan los derechos de los investigados.

El periodo de vigencia de la intervención telefónica es limitado aunque se pueden pedir prorrogas. «Se intenta ser lo más breve posible por una cuestión práctica. Las intervenciones requieren un análisis y la posterior transcripción», indica.

El sistema

Las fuerzas de seguridad en España utilizan el Sistema Integrado de Interceptación Telefónica (SITEL). se trata de una estructura tecnológica que monitoriza a través de diversos puntos la información que recibe de las operadoras de teléfono. Así, cuando se da la orden, el sistema crea una copia de toda la información relevante a cualquiera de las salas que conforman el equipo.

El SITEL fue encargado por el anterior gobierno del Partido Popular a principios de la década pasada, en concreto por el aquel entonces ministro de Interior, Mariano Rajoy. Sin embargo, no se utilizo tras varios años después dada la complejidad de su instalación ya con Alfredo Pérez Rubalcaba como ministro.

Los métodos legales

Sin embargo, los detectives privados trabajan en su mayor parte dentro de la legalidad. «Existen mecanismos que están al abasto de cualquiera. Algunos son realmente simples», explica Josep Maria Oliver, socio de Oliver Detectives. En este sentido, el investigador privado recuerda que la gente es muy poco consciente de lo desprotegidos que quedan sus datos con la fiebre de dispositivos tecnológicos y redes sociales. “El acceso a nuestros datos privados es un riesgo controlado por el propio usuario que debe tomar medidas de protección como usar claves de acceso complicadas o bloqueadores y localizadores del teléfono en caso de pérdida”, explica Jose Maria Ferández de Abril Detectives.

Oliver también apunta que WhatsApp es una herramienta muy floja en cuanto a seguridad. «La foto del perfil WhatsApp. Cualquiera puede agregar un número y acto seguido visualizar la foto de esa persona. Y ese usuario no va a saber nunca que yo tengo su foto», indica. En este sentido, añade: «existen cientos de webs que explican como hackear una cuenta de esta aplicación», indica.

La fragilidad de WhatsApp

“Hay aplicaciones que interceptan todas las comunicaciones Whatsapp de un radio limitado”, explica el mando policial, quien indica que el programa es tan frágil a nivel de seguridad que cualquiera con su propia tarjeta SIM puede acceder a las conversaciones registradas en un ‘smartphone’ sin necesidad de formatearlo. Otro ejemplo lo pone Abril Detectives: “La aplicación Whatsapp Sniffer captaba toda la información que se transmitía mediante WhatsApp a través de una red Wifi. Programas como este llevaron a los responsables de la aplicación a encriptar su código. Así, actualmente este software no afecta a las comunicaciones.

Curiosamente, uno de los sistemas más seguros a la hora de enviar información es el chat interno de Blackberry. Los jóvenes que provocaron los disturbios en Londres el verano de 2011 utilizaban el sistema de mensajería de RIM ya que, al ser un operador británico, la policía inglesa no tenía posibilidad de intervenir las comunicaciones ipso facto.

Economía Digital

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