Facebook se arriesga a obtener las mismas pérdidas que Google cuando cambió de nombre

Google cambió de nombre en 2015 para invertir en proyectos ambiciosos como Loon, Nest, y Waymo

Facebook enfrenta la amenaza de obtener las mismas pérdidas que Google cuando cambió de nombre. EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS

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Meta, antes conocida como Facebook, está apostando fuerte por el metaverso. Por eso ha cambiado de nombre, para reflejar su objetivo de expandirse en lo que será el internet moderno.

Zuckerberg ha dicho, además, que de todas maneras, nunca tuvo sentido que una empresa que alberga múltiples proyectos y aplicaciones llevara el nombre de una de sus aplicaciones (Facebook).

Si el movimiento de Meta suena familiar, no obstante, es porque sigue los pasos de Google, que se reestructuró de forma parecida en 2015 para permitir que cada uno de sus negocios operara de forma más eficiente.

Cuando Alphabet se puso en marcha, Google y sus «otras apuestas» emprendedoras —dedicadas a la tecnología futurista— se dividieron en dos ramas distintas que se alojaron bajo ese paraguas.

La rama emprendedora de Alphabet incluye iniciativas como los coches de autoconducción de Waymo, o Loon, un proyecto fracasado que buscaba transformar la banda ancha con globos aerostáticos alimentados con energía solar.

Pero en los seis años transcurridos desde la creación de Alphabet, Google se ha movido a un ritmo frenético para llevar algunos de sus «proyectos más desorbitados» al público general, como indicaba recientemente la CNBC.

Un móvil con varias aplicaciones, como Facebook o Signal, abiertas / EFE

Pese a que algunos de estos proyectos han demostrado ser prometedores, otros han sido reabsorbidos por Google, han perdido mucho dinero, se han escindido como entidades separadas o se han cerrado por completo.

Y mientras Meta se prepara para invertir miles de millones en su misión de creación de un metaverso a lo largo de los años, hay miradas escépticas sobre su futuro.

«Estamos viendo cómo se repite la historia», indica a Business Insider Whitney Tilson, ex gestor de hedge funds y director general de Empire Financial Research.

El flujo de caja puede impedir que los proyectos ambiciosos crezcan de verdad

Tilson afirma que uno de los principales puntos débiles de Google fue la creación de un marco general en Alphabet. La empresa debería haber separado sus ambiciosos proyectos en lugar de mantenerlos bajo una empresa matriz, donde estaban aislados del mercado y protegidos con el dinero inyectado por Alphabet, considera Tilson.

«Como tenía acceso a un capital ilimitado con muy poca supervisión, no ha logrado lo que podría haber conseguido como empresa independiente con su propio consejo de administración, donde tenía que volver al mercado para obtener más capital mostrando hitos», explica Tilson.

Por ejemplo, el proyecto de cometa eléctrico de Alphabet, Makani, buscaba aprovechar una fuente de energía eólica más sostenible. Pero la empresa lo cerró a principios de 2020 porque «el camino hacia la viabilidad comercial es mucho más largo y arriesgado» de lo esperado.

Loon se cerró a principios de este año, y Waymo —en su día filial de Google, ahora de Alphabet— ha visto recientemente cómo su director general, su director financiero y otros altos cargos abandonaban la empresa al sentirse frustrados por la lentitud con la que la tecnología autónoma avanza hacia la adopción masiva, ha informado Bloomberg.

Otros proyectos han sido transferidos desde la división «de otras apuestas» de Alphabet a la división de Google, donde se encuentra su motor de búsqueda.

Ha ocurrido con Jigsaw -una incubadora tecnológica dedicada a resolver la desinformación y otros problemas en línea- a principios de 2020, y también en 2018 con Nest, el proyecto de hogar inteligente. Chronicle, un proyecto dedicado a la ciberseguridad, siguió el mismo camino en 2019. 

Estos proyectos desorbitados, además, han consumido una gran cantidad de dinero. Las apuestas de Alphabet han engullido 2.700 millones de euros en capital y unos 21.000 millones de euros en pérdidas operativas desde que Google cambió de nombre, según informó Bloomberg en mayo.

Deepmind, la compañía de inteligencia artificial propiedad de Alphabet, reportó 560 millones de euros en pérdidas en 2019, con la mayoría de los costos destinados al personal y otros elementos, ha asegurado CNBC.

Los inversores del grupo, sin embargo, se han encogido de hombros ante las pérdidas. El valor de mercado de Google se ha disparado desde la reorganización, doblando al índice de referencia S&P 500 desde 2015.

Facebook seguirá la misma trayectoria, independientemente de los resultados de su proyecto de metaverso, sostiene Tilson, porque los negocios principales de las dos empresas y sus posiciones en el espacio de los anuncios digitales son así de fuertes.

Zuckerberg y otros ejecutivos de la compañía han reconocido que pasarán años antes de que el metaverso se materialice, al menos 10 años para ser exactos

Pero Tilson cree que Facebook debería hacer lo mismo que Google: centrarse en sus negocios de gran éxito, lidiar con los problemas de alto perfil asociados a ellos y «no desperdiciar 9.000 millones de euros al año en el metaverso».

«Tanto Google como Facebook son ejemplos de los mejores negocios del mundo, pero también de cómo los mejores negocios del mundo conducen a tanto flujo de caja que lleva a la complacencia y a errores de asignación de capital y a la construcción de imperios», considera Tilson.

Noticia original: Business Insider

Autora: Katie Canales

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