El Reina Sofía invita a viajar por el arte y la magia del siglo XVI

Hasta el siglo XVI, la magia, la filosofía y la ciencia tenían mucho en común. Esa centuria fue el punto de quiebre donde cada una tomó un camino separado, con la llegada del Renacimiento y siglos más tarde con el desarrollo de la Ilustración.

Pero hasta ese entonces había un campo que esas tres ramas compartían en campos que iban desde la alquimia a la astrología, donde la Iglesia ejercía una fuerte influencia.

En recuerdo a aquel siglo en que todo cambió el Museo Reina Sofía presenta la exposición Magia Natural, donde la artista malagueña Leonor Serrano Rivas invita al espectador a convertirse en parte del proceso creativo.

Serrano Rivas, en ‘Magia Natural’, recurre a varios trucos usados por los antiguos ilusionistas

Para ello recurre a varios trucos usados por los antiguos ilusionistas, en una experiencia que oscila entre lo performativo y lo teatral, y que pertenece al programa Fisuras del museo.

Tres espacios para recrear ilusiones

Dividido en tres espacios, Serrano Rivas describe que los visitantes pueden ver “los objetos situados en la línea del horizonte en el Espacio 1, los que están por encima de esa línea en la Sala de Bóvedas y los que se encuentran por debajo de la línea de la mirada, en la Sala de Protocolo, con esos telares en los que te puedes tumbar o pisar”.

En el Espacio 1 hay un truco escenográfico dividido en dos actos. Allí hay unas piezas metálicas giratorias con pinturas engarzadas en estaño, que parecen “nebulosas de color atravesada por un aire celeste”.

En su espacio interior se proyecta la película El Sol está contando las rotaciones de la Tierra, donde un mundo imaginario se contrapone al real, y con los muros curvos de la proyección que sobrepasan la pantalla.

Trucos e ilusiones de la luz

La experiencia continúa en la Sala de Bóvedas, donde el haz de luz de una proyección de 16 mm se pliega para atravesar el muro, y tras un juego de reflejos, aparece al otro lado sobre una pantalla suspendida.

En este experimento “casi científico” se percibe cómo el sonido se reorganiza como un polvo por la vibración, o sea, que se convierte en imagen.

Los trucos de luces, con sonidos y estructuras metálicas, recuerdan a los experimentos de alquimistas y científicos renacentistas

Allí se proyecta la película Oír formas, que es como una performance frente a la cámara, una ilusión de los sentidos que recuerda al truco ilusionista conocido como Pepper’s Ghost, muy usado en teatro.

Esta combinación de arte y engaño visual recuerda al desarrollo del telescopio, el periscopio y la cámara oscura, entre otros, que fue evolucionando en el Renacimiento como una ‘magia natural’ que se contraponía al ocultismo.

Los sonidos que se convierten en imágenes

El último espacio es la Sala de Protocolo, donde la banda sonora de la película El Sol está contando… se materializa en imagen

Para ello la música se replica en una partitura para cajas de música, que se convierte en tarjetas perforadas usadas para producir unos tapices que cubren el suelo.

“Accedemos a un doble dispositivo: uno el del telar de Jaquard que funciona como traducción fosilizada de un canto; el otro, de tipo dinámico, con las cajas de música amplificadas mediante platillos de percusión suspendidos, que replican fragmentos de la banda sonora”, detalla el museo.

Con esta última experiencia artística Magia Natural despide al visitante en esta sala con un canto que se apaga lentamente, como un truco circular. “La magia deviene telar sobre el que caminamos y sobre el que se materializan notas invisibles”, describen.