Más allá del realismo: una exposición desvela el Madrid de Amalia Avia

La sala Alcalá 31 de Madrid recupera el trabajo de Amalia Avia con la muestra ‘El Japón en Los Ángeles. Los archivos de Amalia Avia’ con 113 obras que muestran a una artista más allá del realismo

Puerta del Sol, 1967. Colección particular Maruja Avia Peña. Foto: Jesús Madriñán Amalia Avia © VEGAP, Madrid 2022.

¿Por qué pintar un paisaje urbano cuando puedes hacer una fotografía? Quizás para atrapar eso que una imagen revelada no puede captar: la atmósfera. Por eso, pese a ser considerada una pintora realista (y luego olvidada, pero esa es otra historia), la mayor exposición realizada en 30 años sobre Amalia Avia en Madrid indaga en su trabajo más allá de la etiqueta de realismo.

La sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid acoge, hasta el próximo 15 de enero de 2023, la muestra El Japón en Los Ángeles. Los archivos de Amalia Avia, con un total de 113 piezas, muchas de ellas centradas en Madrid, la ciudad que fue su fetiche, que revisan la obra de la pintora (Santa Cruz de la Zarza, Toledo, 1930- Madrid, 2011) desde un punto de vista que cuestiona el tradicional posicionamiento que la crítica y su encasillamiento como ‘pintora realista’.

El Madrid de Amalia Avia

La ensayista, catedrática y académica Estrella de Diego es la comisaria detrás de esta exposición, para la que ha trabajado en colaboración del hijo de la artista, Rodrigo Muñoz Avia.

El Japón en Los Ángeles, 1995. Colección Familia Muñoz Avia. Foto: Jesús Madriñán Amalia Avia © VEGAP, Madrid 2022.

De ella parte la búsqueda de otras perspectivas sobre la obra de Avia basadas, en gran parte, en el uso de la fotografía. La artista usaba la fotografía como modelo, como punto de partida para captar, después, a través de la pintura, las atmósferas en las cuales es maestra.

“¿Cómo llamar ‘realista’ a quien nunca hace copias literales, sino traducciones sentimentales que, vistas desde el nuevo orden del archivo, construyen un documento del paso del tiempo y sus estragos y sus indultos?” lanza al aire la comisaria.

Por eso ella nunca vio a Amalia como una artista realista: “Siempre he perseguido qué es lo que había detrás de su obra, y en la investigación quise entender qué pasaba con el trabajo que hacía a partir de las fotos”, explica a Efe.

La exposición incluye un total de 113 piezas que revisan la obra de Amalia Avia más allá de la etiqueta de ‘pintora realista’

Un día, su hijo Rodrigo sacó de las cajas familiares una colección extraordinaria de fotos. Allí lo vio claro.

Escaleras del Metro, 1971. Colección Familia Muñoz Avia. Foto: Jesús Madriñán Amalia Avia © VEGAP, Madrid 2022.

“Ella dice que pintaba lo que no se podía fotografiar -argumenta la comisaria- y qué es lo que no se puede fotografiar: pues la atmósfera de las cosas. Ella siempre pinta un mundo a punto de desvanecerse, casi como si fuera una archivera que quiere guardar el tiempo y las cosas como fueron y esas evidencias físicas demuestran que era más que un artista realista, muchas veces en las fotos está pintando cuadros informalistas, incluso”.

Releer a Amalia Avia

Añade la comisaria que la artista “Tenía un ojo privilegiado para ver las cosas que otros de su generación no vieron” en referencia grupo de amigos al que pertenecía con Esperanza Parada, Isabel Quintanilla, Antonio López, María Moreno, Julio López Hernández y Francisco López Hernández, todos ellos catalogados como pintores realistas.

Retrato de Amalia Avia.

De este modo, la muestra, la más grande que se hace sobre la pintora desde 1197, se presenta como un punto de partida para “releer a Amalia”, sostiene de Diego.

También por recuperar su obra del olvido. Aunque en su época Avia vendió mucho y era una pintora muy conocida, presente en todas las colecciones, privadas y públicas (la del Museo Reina Sofía, Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, Museo Artium de Vitoria, Banco de España, Círculo de Bellas Artes, BBVA, Banco de Santander, Enaire o Fundación Juan March), “pasa el tiempo y se olvida que fue una de las pintoras de su momento”.

Un doble olvido, según la comisaria, ya que a esto se añade que se la olvida “por ser una pintora realista”. De hecho, sostiene, “a muchas mujeres que no fueron pintoras y que fueron performers se las ha rescatado antes. Por eso, si damos un giro semántico a esta pintura, nos damos cuenta de que es mucho más que una pintura realista, ella tiene un proceso creativo mucho más complejo que está muy bien sacarlo a la luz ahora”, concluye.

Pasaje de La Alhambra, 1972. Colección BBVA © David Mecha Rodríguez.

Ciudades vacías, vidas anónimas y objetos encontrados

El recorrido por su obra, dividido en tres secciones: Vida cotidiana, Ciudades vaciadas y Objetos encontrados, está marcado en gran medida por los cuadros de muchos de los edificios y lugares de los barrios más emblemáticos de la capital como la Puerta de Alcalá, la Puerta del Sol, el Palacio de Cristal de El Retiro, Recoletos o San Bernardo.

En ellos, se retratan imágenes de puertas, fachadas y ventanas que, a través de pormenorizados detalles –grafitis, desconchones, etcétera-, nos recuerdan cómo fue aquel Madrid que la artista observaba, fotografiaba y pintaba.

Su producción artística incluye, además, cuadros que representan la vida cotidiana (las escaleras del metro, peluquerías, tabernas, una mañana de domingo) junto a otros que plasman los interiores de diferentes estancias de las casas en las que vivió con su marido, el pintor Lucio Muñoz, y sus cuatro hijos (un comedor, la cocina o los dormitorios) y algunos centrados en la reproducción de objetos comunes como una mecedora, una máquina de coser, camas, sillas, aparadores…

Mesillas, 1985. Colección particular. Foto: Jesús Madriñán Amalia Avia © VEGAP, Madrid 2022.

En ninguno de sus óleos aparecen retratadas personas, lo cual se vincula con ese sentir que Avia explicó en más de una ocasión: no buscaba la perfección técnica, sino reflejar la huella de lo humano, a través de vidas anónimas.

La muestra puede visitarse, de manera gratuita, de martes a domingo hasta el 15 de enero de 2023.

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