Qué ver en Bath, la ciudad inglesa de las termas romanas
Una ciudad que merece la pena visitar: descubre todos los encantos de la ciudad inglesa de Bath, ¡tiene mucho que ofrecer!

La ciudad de Bath en Inglaterra. Foto: TripAdvisor
Ubicada en Europa, el suroeste de Inglaterra, Bath es un lugar donde la historia antigua y la elegancia georgiana se encuentran en perfecta armonía. Conocida por sus famosas termas romanas y su espectacular arquitectura georgiana, Bath ofrece una experiencia única que combina cultura, historia y belleza natural. Esta ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el destino ideal para los amantes de la historia, la literatura y la arquitectura, además de ser un refugio para aquellos que buscan relajación y sofisticación.
Uno de los mayores atractivos de Bath son sin duda sus termas romanas. Este complejo de baños, construido alrededor de las aguas termales naturales de la ciudad, es uno de los mejor conservados del mundo. Los visitantes pueden caminar por las mismas instalaciones donde, hace casi dos mil años, los romanos se relajaban y disfrutaban de la vida social. El corazón del complejo es la gran piscina de aguas termales, rodeada de columnas y estatuas de antiguos dioses romanos y emperadores. Para sumergirse aún más en la experiencia, es posible visitar el manantial sagrado y las saunas, mientras la iluminación con antorchas al caer la noche añade un toque místico al lugar.
Pero la experiencia romana no termina allí. Quienes deseen probar las propiedades de las aguas termales pueden dirigirse al Thermae Bath Spa, un moderno balneario que, además de ofrecer tratamientos, cuenta con una piscina en la azotea desde donde se pueden admirar vistas panorámicas de la ciudad. Este lugar combina la tradición romana con la comodidad moderna, siendo un perfecto refugio de bienestar.
La impresionante arquitectura de Bath
La arquitectura georgiana es otro de los tesoros que hacen única a Bath. Durante el siglo XVIII, la alta sociedad británica transformó la ciudad en un elegante refugio para la burguesía, dotándola de edificios neoclásicos construidos con la famosa piedra de Bath, un tipo de piedra local de color miel que otorga a la ciudad su aspecto uniforme y sofisticado. Uno de los ejemplos más destacados de esta arquitectura es el Royal Crescent, una impresionante curva de edificios que data de 1775. Este conjunto es una de las obras maestras del urbanismo georgiano, y sus amplias vistas al parque Royal Victoria lo convierten en un lugar perfecto para relajarse con un buen libro o simplemente disfrutar del paisaje.
Cerca del Royal Crescent, se encuentra otro icónico conjunto arquitectónico: The Circus, una rotonda compuesta por tres bloques curvados de casas que crean un círculo perfecto. Este lugar ha sido relacionado con símbolos antiguos, y es otro ejemplo de la destreza arquitectónica de la época. Ambos lugares ofrecen una ventana al pasado y son imprescindibles para cualquier visita a Bath.
El Puente Pulteney es otro hito inconfundible de la ciudad. Construido en el siglo XVIII, es uno de los pocos puentes en el mundo que alberga tiendas en su estructura, lo que lo convierte en un lugar ideal para pasear y explorar boutiques de artesanía local. Las vistas desde el puente, con el río Avon y sus cascadas, son una de las postales más emblemáticas de Bath.
Para los amantes de la literatura, Bath también tiene un significado especial como la ciudad donde vivió la icónica escritora Jane Austen. Austen residió en Bath entre 1801 y 1806, y gran parte de su obra refleja la vida social y los entornos de esta ciudad. En el Centro Jane Austen, los visitantes pueden explorar cómo la vida en Bath influyó en sus novelas, especialmente en «Northanger Abbey» y «Persuasión», ambas ambientadas en esta elegante ciudad. El museo está ubicado en una casa georgiana cuidadosamente decorada, que permite a los fanáticos de Austen imaginar cómo pudo haber sido la vida cotidiana de la autora en aquellos tiempos.
Para una inmersión completa en la época de Austen, el Jane Austen Festival es un evento anual que no puede perderse. Celebrado en septiembre, este festival revive el ambiente de la era Regency con charlas, talleres, desfiles y bailes tradicionales. Uno de los momentos más esperados es la Regency Promenade, una procesión donde cientos de personas vestidas con trajes de la época recorren los lugares más emblemáticos de Bath. Además, los participantes pueden disfrutar de «high tea» en el Regency Tea Room, donde el ambiente de la época se recrea con trajes de época y una exquisita selección de tés y pasteles.
Después de explorar los monumentos históricos y disfrutar de un paseo por las calles adoquinadas de la ciudad, no hay mejor forma de terminar el día que degustar uno de los famosos Sally Lunn buns. Estos deliciosos bollos, que se sirven en la Sally Lunn’s Historic Eating House, datan de 1680 y son una verdadera institución en Bath. El café, que es el edificio más antiguo de la ciudad, ofrece una experiencia culinaria única que combina historia y sabor.
En resumen, Bath es una ciudad que cautiva con su mezcla de historia romana, arquitectura georgiana y su legado literario. Con sus termas, monumentos y festivales, esta ciudad ofrece una experiencia completa, ya sea para los que buscan relajarse en un balneario o para los que desean viajar en el tiempo a través de sus calles y edificios históricos.