Los 5 destinos más cálidos para viajar en verano

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El verano es sinónimo de vacaciones y aventuras, pero no todos los destinos son ideales para esta época del año, especialmente cuando se trata de calor extremo. Algunas ciudades y regiones alrededor del mundo experimentan temperaturas tan elevadas que pueden resultar incómodas o incluso peligrosas para los turistas. Aquí te presentamos cinco destinos donde el termómetro se dispara en verano y que quizás deberías considerar visitar en otra estación.

1. Sevilla, España

Sevilla, la capital de Andalucía, es conocida por su rica historia, su impresionante arquitectura y su vibrante cultura. Sin embargo, durante el verano, la ciudad se convierte en uno de los lugares más calurosos de Europa. Las temperaturas suelen superar los 40 grados Celsius, y la sensación térmica puede hacer que el calor sea aún más sofocante.

Los sevillanos conocen bien este calor abrasador y tienden a evitar salir durante las horas pico del día. Las calles se vuelven casi desiertas, y quienes se aventuran suelen ser turistas que no están familiarizados con el clima extremo de la ciudad. Para quienes deseen explorar la «perla del Guadalquivir» y disfrutar de su belleza sin sufrir el calor, la primavera y el otoño son las estaciones ideales para visitarla. Durante estos meses, las temperaturas son más suaves y permiten disfrutar de paseos por el barrio de Santa Cruz o la visita a la majestuosa Plaza de España sin el agobio del calor veraniego.

2. Egipto

Egipto, con su rica historia y sus asombrosas maravillas antiguas, es un destino que fascina a viajeros de todo el mundo. Sin embargo, el verano en Egipto es sinónimo de temperaturas extremas que pueden sobrepasar los 40 grados Celsius, especialmente en ciudades como El Cairo y Luxor.

La mayoría de los sitios arqueológicos más emblemáticos, como las pirámides de Guiza y los templos de Luxor, están expuestos al sol sin apenas zonas de sombra, lo que hace que las visitas diurnas sean extenuantes. Además, el clima seco y el sol implacable pueden convertir un viaje de ensueño en una experiencia agotadora. Para disfrutar de Egipto sin el castigo del calor, lo mejor es planificar el viaje entre octubre y abril, cuando las temperaturas son más moderadas, incluso frescas por la noche, permitiendo explorar el Valle de los Reyes o navegar por el Nilo en condiciones mucho más agradables.

3. Marrakech, Marruecos

Marrakech, conocida como la «Ciudad Roja«, es un destino fascinante con sus vibrantes zocos, hermosos jardines y majestuosos palacios. Sin embargo, durante el verano, las temperaturas pueden alcanzar los 38 grados Celsius, lo que convierte las visitas turísticas en un reto.

El calor en Marrakech no solo es alto, sino que la intensidad del sol hace que actividades al aire libre, como recorrer los famosos zocos o pasear por la plaza Jemaa el-Fna, sean casi imposibles durante el día. Aunque Marruecos cuenta con atractivas playas donde refrescarse, la mejor época para visitar Marrakech es en primavera u otoño, cuando el clima es más templado y permite disfrutar plenamente de la cultura y la historia que ofrece esta ciudad sin sufrir las inclemencias del calor.

4. Nueva York, Estados Unidos

Nueva York es una de las ciudades más icónicas del mundo y un destino de ensueño para muchos turistas. Sin embargo, el verano en la Gran Manzana puede ser sofocante, con temperaturas que llegan a los 35 grados Celsius y una alta humedad que agrava la sensación de calor.

La combinación de calor y humedad puede hacer que actividades tan típicas como pasear por Central Park, recorrer la Quinta Avenida o visitar la Estatua de la Libertad se conviertan en una experiencia incómoda. Además, el calor se siente aún más en las calles estrechas y rodeadas de rascacielos, donde el aire caliente queda atrapado. Por ello, la primavera y el otoño son las mejores estaciones para explorar Nueva York. Durante estos meses, la ciudad ofrece un clima más agradable, con temperaturas suaves que invitan a disfrutar de todas las maravillas que tiene para ofrecer.

5. Las Vegas, Estados Unidos

Las Vegas es conocida por su vibrante vida nocturna, casinos y espectáculos, pero también por sus temperaturas extremas durante el verano. En esta ciudad del desierto de Nevada, los termómetros pueden marcar entre 30 y 40 grados Celsius, sin bajar demasiado ni siquiera durante la noche.

El calor es tan intenso que incluso caminar por la famosa Strip puede ser agotador, y visitar atracciones al aire libre como el Gran Cañón puede convertirse en una prueba de resistencia. El clima desértico hace que las temperaturas suban rápidamente durante el día y se mantengan elevadas, lo que puede ser difícil de soportar para los no acostumbrados. Para disfrutar de Las Vegas y sus alrededores sin derretirse bajo el sol, lo mejor es planificar el viaje para la primavera o el otoño, cuando el clima es más benigno y las noches en la ciudad son frescas y agradables.

Aunque estos destinos son fascinantes y llenos de encanto, el calor extremo del verano puede hacer que la experiencia sea menos placentera de lo esperado. Si planeas visitar alguno de estos lugares, considera hacerlo en épocas del año donde el clima sea más amable, permitiéndote disfrutar al máximo de todo lo que tienen para ofrecer sin que las altas temperaturas sean un impedimento.