Irán se prepara para el primer gran verano turístico

El país atrae inversiones desde la Península Ibérica mientras espera batir récords de visitantes occidentales durante la temporada alta, la primera desde el fin de las hostilidades con Estados Unidos.

Julio de 2015: Irán y Estados Unidos alcanzan un pacto para frenar el acceso del país asiático a la bomba nuclear a cambio de levantar las sanciones impuestas. El acuerdo entra en vigor en enero, pero desde ese mismo instante, empresas de todo el mundo se lanzan hacia el territorio virgen. España no es diferente y, bajo el liderazgo de petroleras y empresas del sector servicios, varias delegaciones visitan el país.

Las compañías del ámbito turístico se han movido rápido, interesadas por la región, algunas con mayor éxito que otras. Mientras Meliá ha anunciado la apertura un hotel en Salman Shahr y Paradores asesorará a la cadena pública iraní, Hotusa y NH no han concretado los sondeos realizados. Incluso Vueling ha analizado una conexión aérea entre Barcelona y Teherán que, al menos este verano, no verá la luz.

La que ha actuado con mayor decisión es Destinia. La agencia de viajes online se ha convertido en pionera a la hora de operar en el país. Como explicó el consejero delegado, Amuda Goueli, a 02B en su momento: «A nivel mundial competimos con multinacionales estadounidenses que todavía tienen dificultades para entrar en Irán».

No sólo empresas, también turistas

Sin embargo, la zona no sólo ha despertado el interés de los empresarios. «Desde la apertura comercial hemos trasladado a unas 500 personas al país», explica Mohammad Yousefi, director general de Irán Travel -de las pocas agencias especializadas en España-. El precio medio ronda los 2.000 euros por estancias de entre 10 y 12 días, las más habituales.

El ejecutivo explica que la demanda es claramente estacional, por eso es optimista de cara a la temporada de verano. «Para los meses de entre julio y septiembre esperamos batir récords», pronostica. Asegura, además, que la primavera ya ha sido mejor que la mayoría de años precedentes.

Turismo histórico

Además de la capital, las guías señalan cuatro ciudades imperdibles para el visitante: Yazd, Kashan, Shiraz e Isfahán. «Es el recorrido que acostumbran a hacer los visitantes que vienen con tiempo», ilustra Yousefi. Pese a que el país se baña en el mar Caspio y el mar Arábigo, la oferta de turismo histórico supera con creces al sol y playa.

A la tradicional oferta de mezquitas que copan los países musulmanes, se suma Persépolis, a menos de 70 kilómetros de Shiraz. «Una de las grandes conquistas de Alejandro Magno«, recomiendan desde Iran Travelling Center.

La conectividad aérea

El país asiático carece de rutas aéreas directas con España. «Uno de los principales problemas es lo difícil que puede resultar obtener el visado», explican desde el sector. Vueling solicitó los permisos para volar al país el pasado mes de septiembre, pero de cara a la inminente temporada de verano ya ha descartado el destino. 

El pasado mes de diciembre, Patrick Torrent, subdirector de la Agència Catalana de Turisme, reconoció la necesidad de «agilizar los visados». En cambio, tranquilizó: «Ya ha habido movimientos en torno a esta problemática en otros países». Mientras, los que necesiten el documento podrán acudir a agencias como Irán Travel, que también asesora sobre los trámites burocráticos en la zona. 

La aerolínea que mejor conectividad ofrece es Turkish Airlines. «Es la firma que utilizan la mayoría de los 4 millones de inmigrantes iranís que viven en Estados Unidos y Canadá«, explican las agencias.

a.
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