Cuatro ideas para descubrir otra cara de Salamanca

Ver la ciudad desde la catedral o las torres de la Clerecía, conocer un museo dedicado al art-decó o buscar comercios centenarios son algunos de los atractivos de una Salamanca diferente

La experiencia Ieronimus desde las torres de la catedral. Foto Turismo de Salamanca

Nadie discute las bellezas de la Plaza Mayor de Salamanca, su catedral, el edificio histórico de su universidad y el esplendor de palacios como la Casa de las Conchas o el de Monterrey.

Pero hay otros secretos de Salamanca que esperan a ser descubiertos. O que se pueden conocer por medio de actividades alternativas.

Subir a la torre de la catedral

Por ejemplo, la citada catedral y su combinación de estilos gótico tardío, renacentista y barroco es una de sus postales más conocidas.

Gracias a la experiencia Ieronimus es posible subir a una de sus torres, que pueden llegar hasta los 110 metros de altura, y capturar interesantes vistas de interior del templo. O cabría hablar en plural, porque Salamanca cuenta con dos catedrales, la Vieja y la Nueva.

Si hay que buscar una panorámica de Salamanca tiene que ser en los ascensos a la torre de la Catedral o de la Clerecía

Cuando se llega a la Sala del Alcaide se divisa con todo detalle el retablo del edificio más antiguo, y al acceder a una balaustrada, se despliega la catedral nueva en todo su esplendor.

Vistas de Salamanca desde la catedral. Turismo de Salamanca

Tras pasar muy cerca de feroces gárgolas y otros detalles decorativos que llevan siglos se llega al exterior del templo, junto a la Torre del Gallo.

En este recomendado atalaya urbano se divisan diversos edificios históricos de Salamanca, como la Univeridad, la Clerecía, el Palacio Episcopal, el de Anaya y la iglesia de San Sebastián.

Las Torres de la Real Clerecía

Pero para quien tenga piernas capaces de un nuevo ascenso, puede probar la experiencia Scala Coeli, por la Real Clerecía de San Marcos.

Aquí las panorámicas se combinan con el descubrimiento de la historia del Colegio Real de la Compañía de Jesús, o sea los jesuitas, actual sede de la Universidad Pontificia de Salamanca; edificio que destaca por el arte barroco de su escalera noble y su patio con el claustro de dos pisos.

Torres de la Clerecía. Turismo de Salamanca

Al pasar por las tribunas desde los balcones se ve el interior del edificio, y al llegar a la Escalera del Campanero, en una de las dos torres de la iglesia, el visitante es recibido por una interesante puesta en escena de luz y sonido.

Cuando se alcanza la parte superior se distinguen más palacios, iglesias como la de San Pablo o la de San Juan de Shagún y la forma cuadriculada de la Plaza Mayor.

Art-decó y art-nouveau en Salamanca

Es cierto que en Salamanca hay numerosos testimonios de la arquitectura barroca, gótica y renacentista, pero hay un importante rincón basado en dos estilos que brillaron entre fines del s.XIX y principios del s.XX.

Se trata del Museo Art Nouveau y Art Decó, que presenta numerosas obras decorativas y suntuarias, como joyas, abanicos, muebles, textiles, porcelanas, esmaltes y bronces divididas en 19 colecciones; muchas de ellas donadas por Manuel Ramos Andrade en 1995.

La colección de muñecas francesas de porcelana se presenta como la más importante del mundo

Además hay una colección de muñecas de porcelana francesas del s.XIX que se presentan como la más completa del mundo.

Las vidrieras de Casa Lis. Foto Turismo de Salamanca

Este centro, también conocido como la Casa Lis es un palacete modernista que despliega una de las vidrieras más fascinantes que se puedan ver, ya no solo en Salamanca, sino en buena parte de España.

Comercios históricos

Alrededor de la Plaza Mayor sobreviven varios comercios con décadas o un siglo de historia, y en una ciudad con un pasado tan rico hay que buscarlos con esmero.

Una ruta sugerida por Turismo de Salamanca sugiere empezar por este punto neurálgico de la ciudad y buscar debajo de los arcos a la confitería La Madrileña, la Farmacia de Urbina y los antiguos bazares Óscar y Segurado convertidos en restaurante.

En el Mercado Central de Abastos hay que conocer su fachada y el interior, donde hay 53 puestos de panaderías, productos avícolas, frutas y verduras, pescados, etc.

Fachada del mercado. Foto Mercado Central de Salamanca

A un lado, en los Soportales de San Antonio, hay bazares, afiladores, tascas y panaderías de larga data.

En la charcutería Curtidos Rodero de la calle Meléndez se sugiere entrar a ver los anaqueles y los mostradores de madera; mientras que en la calle San Pablo está Muebles Huebra, el comercio más antiguo de la ciudad. A pocos pasos se llega a la joyería del Edificio Cordón, con un gran reloj que la caracteriza desde 1930.

Al norte de la Plaza Mayor se encuentran más comercios con fachadas con pilastras de hierro fundido, con antiguos anuncios como el de Anís del Mono pintado por Ramon Casas.

Foto La Farmacia Urbina, en la Plaza Mayor. Mercé de las Muelas

Ver las tiendas Plus Ultra, La Cibeles y Electricidad Morocho son un verdadero viaje en el tiempo, como el local del Cuchillero y Vaciador Yañez en la calle del Pozo Amarillo, un auténtico sobreviviente de un oficio casi extinguido.

En la Plaza del Liceo atención al interior que esconde la tienda de Springfield y la antigua sede del Banco Español de Crédito.

Y esta breve ruta culmina en la droguería y farmacia de Escudero, en la Plaza del Mercado, con su fachada de pilastras y los interesantes detalles decorativos del interior, como la curiosa cabina de pago.

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