Lo que hay que saber sobre los vinos más exclusivos del mundo

En España ya se puede comprar el sofisticado Château Lafite-Rothschild 2015 y hasta 13 añadas del vino más caro del mundo

Vinos de Château Lafite-Rothschild. Foto: Jordi Català.

Vinos de Château Lafite-Rothschild. Foto: Jordi Català.

Muchos han oído hablar de Rothschild, una de las marcas de vinos más exclusivos y antiguas del mundo, pero es muy difícil conocer a alguien que haya podido disfrutar o invertir en un Château Lafite-Rothschild.

Ahora una iniciativa de Primeras Marcas en España lo pone un poco más fácil. Pero antes hay que saber por qué tiene tanto prestigio ese vino francés.

Los orígenes de Château Lafite-Rothschild

El término Lafite aparece en 1234 en Pauillac, pueblo de la región vinícola de Médoc al noreste de Burdeos, y lo luce el abad Gombaud del cercano Monasterio de Vertheuil, de Lafite.

Lafite, las viñas más elegantes y unas de las más antiguas de Francia. Foto: Lafite-Rothschild.

La historia enológica empieza a brillar cuando una gran familia vitivinícola, los Ségur, compran la propiedad de Château Lafite, y convierten los viñedos en vinos de renombre.

El broche de oro es en 1695, cuando el heredero Ségur y la heredera del ya mítico Château Latour unen con su boda dos legendarias viñas: Lafite y Latour; que iniciarán una historia continua de vinos excepcionales que durará cinco siglos. Y sigue hasta hoy.

El vino de los aristócratas

A principios del siglo XVIII el marqués de Ségur Nicolas-Alexandre perfeccionó sus técnicas de vinificación e introdujo sus vinos entre la alta aristocracia europea.

En 1755 Louis François Armand de Vignerot du Plessis, al influyente duque de Richelieu -cortesano de Luis XIV y Luis XV- un médico de Burdeos le prescribió como “el mejor y más agradable tónico de salud” un Château Lafite en sus tiempos de gobernador de Guyena (Aquitania).

Infografía: Jordi Català.

El Château Lafite se convirtió en el favorito de Luis XV y fue llamado como ‘el vino del rey’

Ya en París, Luis XV le observa a Richelieu que había rejuvenecido 25 años; la respuesta del sobrino del cardenal fue: “he descubierto en el vino del Château Lafite un licor generoso y delicioso solo comparable a la ambrosía de los dioses del Olimpo”.

A continuación regaló unas botellas al penúltimo Borbón, que se entusiasma y lo elevó a vino favorito, al punto que llegó a conocerse como el ‘Vino del Rey’.

Como consecuencia, Lafite sube a un podio de vinos franceses que ya nunca abandonará y al marqués de Ségur se le apodara ‘Príncipe de las Viñas’.

Infografía: Jordi Català.

Los turbulentos años de la Revolución Francesa

A finales del siglo XVIII, la reputación de Lafite seguía creciendo e incluso Thomas Jefferson, futuro presidente de EEUU, visitó la finca y se convirtió en cliente de por vida.

Con la Revolución Francesa en 1794 Pierre de Pichard, propietario de Lafite y presidente del parlamento de Burdeos, moría guillotinado.

Infografía: Jordi Català.

Lafite fue confiscado y convertido en ‘Bien de la nación. Los próximos años la heredad cambiaría de amo, pero desde 1797 tuvo la fortuna de contar como administrador a Joseph Goudal que, al margen de los propietarios, conseguirá mantener el nivel del vino y el título de ‘premier cru del Médoc, mejor vino de Burdeos’.

Referencia mundial

En la Exposición Universal de París en 1855 el Lafite se consagró como el “primero entre los premiers crus”, lo que lo convertiría en la gran referencia de calidad sin precedentes en la historia del Médoc, y desde entonces, en uno de los tintos más caros del mundo.

El 8 de agosto de 1868 el Château fue comprado por el barón James Mayer Rothschild y la finca se convirtió en Château Lafite-Rothschild.

El final del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX trajeron consecuencias desastrosas para Burdeos como la filoxera y el oídio, los fraudes contra los “Grands Crus”, la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión del 1929.

Infografía: Jordi Català.

El ejército alemán saqueó impunemente las bodegas de la familia Rotschild de Burdeos

El período de entreguerras no fue mejor, y ya en 1940 durante la ocupación alemana, las propiedades de la familia Rothschild fueron usurpadas y el castillo fue cuartel de la Wehrmacht que saqueó impunemente sus bodegas.

La reconstrucción

Tras la guerra el barón Élie protagonizó la reconstrucción con una completa reorganización de la viña y de la administración de su propiedad.

Infografía: Jordi Català.

La llegada del barón Éric en 1974 significó un nuevo impulso en la búsqueda de la excelencia y la implementación de un nuevo equipo técnico.

En las viñas, los trabajos de replantación y restauración se vieron reforzados por grandes cambios y nuevos tratamientos fitosanitarios.

Grandes cosechas

Las cosechas extraordinarias de 2000, 2003, 2005, 2009 y 2010 imprimieron optimismo a un cambio de siglo marcado por la continua búsqueda de la excelencia, cuyo inmenso patrimonio proviene de 100 hectáreas de viñas sobre gravas, con muy buena exposición y gran drenaje, que permiten el óptimo crecimiento de un 70% de cepas de Cabernet Sauvignon, un 25% de Merlot, y las minoritarias Cabernet Franc, 3% y Petit Verdot, 2%.

Perspectiva circular de la bodega y la ubicación de las barricas que se fabrican en el mismo Château. Fotos: Lafite-Rothschild.

Cada parcela de una misma cepa, mismo año de plantación e igual tipo de suelo se vinifica por separado, se fermenta en tinas de roble, y en acero inoxidable, y la crianza es de 18 y 20 meses en roble francés nuevo para el primer vino, y de un año para “Les Carruades”.

Infografía: Jordi Català.

En 1990 se creó una tonelería propia, adaptando las barricas a las características de cada vino.

Y el arquitecto catalán Ricardo Bofill construyó una nueva y revolucionaria bodega circular de envejecimiento para 2.200 barricas.

Dicho esto aconsejamos, si se lo puede permitir, cinco vinos hors d’Oeuvre, marca de la casa, Château Lafite Rothschild (ver infografías): Château Lafite Rothschild 2015; Château l’evangile 2012; Château Duhart-Milon 2016; Moulin de Duhart 2018; y Carruades de Lafite 2016.

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