7 ideas para esquivar al calor del verano en Berlín

Gracias a sus inmensas zonas verdes, sus lagos, sus cines a la fresca y los restaurantes y cervecerías al aire libre en Berlín hay formas de pasar un verano diferente

Restaurante frente al lago Müggelsee, una de las refrescantes opciones gastronómicas en Berlín. (c) visitBerlin. Foto: Dagmar Schwelle

Gracias a sus inmensas zonas verdes, sus lagos, sus cines a la fresca y los restaurantes y cervecerías al aire libre en Berlín hay formas de pasar un verano diferente

Hoy en Berlín hará 31 grados. Y mañana será peor, con máximas de 33. A pesar que por lo general la capital alemana no tiene temperaturas tan altas como España, en ocasiones el calor húmedo local puede ser un molesto compañero de viaje.

Pero los berlineses tienen varias cartas en la manga para esquivar esta ola de calor. Sus cervecerías al aire libre, una larga tradición de terrazas y bares en parques, la existencia de grandes espacios verdes y zonas de canales y lagos en las cercanías permiten vivir el verano de otra forma.

Probar la cerveza de los biertgarten

Según Visit Berlin la costumbre de socializar en la temporada estival se traslada a los biertgarten de la ciudad, donde imperan las variedades Berliner Weibe y las cervezas artesanales.

Un refrescante biertgarten junto al lago Wannsee. (c) Visit Berlin. Foto Dagmar Schwelle

Entre los más famosos está el Café am Neuen See (pero que los fines de semana está a reventar de gente), el Prater Biertgarten en Prenzlauer Berg o el emergente Eschenbräu, en Leopoldplatz.

También están el Biertgarten Golgatha, el Brauhaus Spandau y la sofisticada BRLO Brwhouse.

Para seguir la tradición alemana de tomar sus gigantescas cervezas hay que concurrir a los ‘biertgarten’ de la ciudad, con capacidad para cientos de personas

Incluso los clubes nocturnos, algunos famosos por estar las 24 horas abiertos, ofrecen zonas al aire libre para aliviarse ante las temperaturas, como el Berghain Panorama Garten, el Cassiopea o el Birgit & Bier.

Desconectar en chiringuitos urbanos

Como Madrid, Berlín lamenta no tener playas para poner los pies en la arena. Pero los lugareños le han encontrado la vuelta y han improvisado pequeñas zonas que imitan, aunque sea en parte, a los bares del Mediterráneo.

La playa del lago Friedrichshagen. (c) visitBerlin. Foto Philip Koschel

Por ejemplo está el Badeschiff an der Arena, una piscina flotante en el río Spree con tumbonas en la arena, o el inmenso campo de deportes Beachmitte, con 49 espacios para jugar vóley, fútbol y otros deportes, además de ofrecer clases de zumba y salsa y una gran variedad de cócteles en la arena.

También está Ku’damm Beach, el chiringuito más lujoso de Berlín, a orillas del lago Halensee, en el barrio de Grunewald.

Disfrutar del cine a la fresca

Ya sean los grandes éxitos de Hollywood como esas películas de los ’80 que invitan a la nostalgia, pasando por producciones independientes o clásicos emblemáticos, en varios parques de Berlín se ofrecen funciones de cine al aire libre.

Uno de los más antiguos es el de Kreuzberg, que el único que pasa películas en versión original.

Cine al aire libre en Berlín. Foto Freiluftkino Kreuzberg

En Berlín hay una docena de cines al aire libre que proponen ver desde clásicos subtitulados hasta grandes producciones de Hollywood

También está el autocine del aeropuerto de Schönefeld, el de Rosengarten, el del parque Hasenheide, el del Foro de las Culturas en la plaza de Potsdamer, o las propuestas culturales de teatro al aire libre de Friedrichshain, entre otros.

Bañarse y navegar en los lagos

Berlín está rodeado de varios lagos, donde se han montado auténticas playas con las pintorescas casetas de mimbre que son tan comunes en los balnearios del Mar del Norte.

El más grande es el de Müggelsee, a 22 km al sureste del centro, una masa de agua de 7,4 kilómetros cuadrados que es un popular punto turístico en los meses de calor.

Berlín está rodeado de numerosos lagos para realizar deportes náuticos. (c) Visit Berlin. Foto Dagmar Schwelle

Allí hay campos de vóley, chiringuitos y alquiler de embarcaciones.

En tanto a 8 km al norte, ya tocando el distrito rural de Barnim, está el lago Liepnitz, que se extiende por 117 hectáreas.

Otro lado popular para los berlineses es el de Weißer, en el distrito de Weissensee, que llega a superar los 10 metros de profundidad, y con una buena provisión de servicios como puestos de comida y bebida.

Pero quizás ninguno supere en convocatoria al balneario de Wannsee, que desde hace más de 100 años atrae a los locales con sus 1,2 km de playas con sillones, toboganes de agua, zonas deportivas y hasta espacios para hacer nudismo.

Pasar las horas en un aeropuerto

No se trata de sentarse horas para beneficiarse del aire acondicionado de un aeropuerto, sino de disfrutar de la amplia oferta de ocio y deportes que tiene el antiguo aeropuerto de Tempelhof, transformado en un gigantesco parque y polo cultural de 386 hectáreas.

El antiguo aeropuerto de Tempelhof es uno de los parques urbanos más grandes del mundo, con 386 hectáreas para desconectar y practicar deportes

El aeropuerto de Tempelhof convertido en parque. (c) visitBerlin. Foto: Dagmar Schwelle

Donde antes despegaban aviones y transitaban miles de personas ahora hay pistas de senderismo, ciclismo y patinaje que totalizan seis kilómetros de extensión, además de contar con zonas para jugar al fútbol, vóley o baloncesto, junto con espacios de picnic y barbacoas y hasta cuatro hectáreas reservadas solo para los que van con perros.

Los antiguos edificios administrativos y de las salas de embarque fueron convertidos en espacios culturales que organizan exposiciones.

Comer con vistas al agua

A la vera del río Spree, en los canales que cruzan la capital alemana y en las márgenes de los lagos que rodean la ciudad se encuentran numerosos restaurantes que ofrecen varias opciones gastronómicas con vistas al agua y la vegetación ribereña.

Pueden ser los pescados del restaurante SpreeArche -capturados en el mismo Spree-, las salchichas al curry en el chiringuito Gestrandet Mitte o los pasteles con té y café en la antigua residencia del artista Max Liebermann frente al lago Wannsee.

Comer mientras se contempla el lago de Wannsee. (c) Visit Berlin. Foto Dagmar Schwelle

Otras opciones son el restaurante flotante Alte Liebe que navega por el río Havel, la cocina del restaurante rústico Freischwimmer en el barrio de Kreuzberg o la elegante propuesta del RIVO Spreeterrassen, también en ese barrio y con vistas al Spree.

Probar las verduras de las granjas urbanas

En Berlín hay varios proyectos de huertos urbanos, cuyos vegetales se ofrecen en improvisados restaurantes que hay bajos zonas de gran arboleda.

Bar en el huerto urbano de Prinzessinnengärten. Foto Prinzessinnengärten

Entre ellos están los de los de Prinzessinnengärten, en Mortizplatz, en un espacio de 6.000 m2 donde se enseña a cultivar y cuidar hortalizas, además de contar con panales de abejas y espacios para crear compost de lombrices, y que en sus bares tienen platos vegetarianos e infusiones de tés cultivados en los huertos.

También hay un café jardín en el Himmelbeet, en el barrio de Wedding, con interesantes y refrescantes opciones para el café de la tarde.

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