Mena rehúsa reunirse con los trabajadores de Yamaha

El director de relaciones laborales, Ramon Bonastre, señala en una carta al comité de empresa que sin un ERE encima de la mesa su papel se limita a mediar y les insta a llamar a la puerta de los servicios territoriales del Vallès Occidental

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El conseller de Empresa i Ocupació, Francesc Xavier Mena, ha vuelto a hacer un feo a los trabajadores de Yamaha. Tras el cambio de rumbo que dio la multinacional japonesa para buscar una forma para irse de Palau-solità i Plegamans antes de final de año, el comité de empresa de la factoría pidió una reunión urgente con el político para analizar la situación y conocer si existe el plan industrial que llevan reclamando desde hace tiempo, de Yamaha u otro grupo interesado en su proyecto industrial. Pero Mena ha declinado reunirse con los trabajadores mediante una carta firmada por el director general de Relaciones Laborales, Ramon Bonastre.

“Pensábamos que [el conseller] actuaría de forma diferente tras las cagadas que hizo al principio”, reconoce el presidente de la organización sindical, Óscar Rivera. “Es una vergüenza que la Administración no nos quiera recibir”. Y es que esta reestructuración industrial se ha convertido en una piedra muy grande en el zapato de Mena. Fue la primera empresa que llamó a la puerta de su consejería para irse y su salida está enrocada. Incuso rechazaron el primer ERE que el grupo japonés les puso encima de la mesa.

En la misiva, Bonastre les recuerda que legalmente la Generalitat no puede actuar más allá de mediar en las reuniones entre los representantes de los trabajadores y la dirección de la empresa. La próxima tendrá lugar el lunes 26 de septiembre y, como es habitual, estará coordinada con la inspectora de trabajo Lourdes Barbal. Asimismo, les recomienda que llamen a la puerta de los servicios territoriales del Vallès Occidental.

Los trabajadores han recibido como un jarro de agua fría esta contestación. Sobre todo por que en junio se encontraron con el conseller y afirman que les explicó “que la Generalitat tenía a Yamaha acorralada y que no se podían ir de Catalunya”. Era la segunda vez que les hacía esta aseveración, a pesar de que los asesores recomendaron a Mena que no hiciera esta promesa.

Búsqueda de socios

Ahora, Alta Partners busca por encargo de Yamaha un socio industria interesado en quedarse con la factoría y como mínimo el 50% de la plantilla de Palau, que llega a las 417 personas. Por el momento la factoría sigue funcionando “con total normalidad”. No se ha relentizado el ritmo de producción.

Los representantes sindicales se mantienen firmes en su requerimiento a la dirección de Yamaha: quieren el plan industrial que les asegure la continuidad de la inmensa mayoría de los puestos de trabajo y, en el caso de subrogar los contratos a otra sociedad, que los japoneses les indemnicen en concepto de antigüedad.  

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