Junqueras se lanza a la conquista de la Generalitat

El presidente de ERC invita a CDC y a la CUP a agotar el plazo de negociación y no se descarta como candidato en sustitución de Mas

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A Oriol Junqueras le ha puesto la CUP la presidencia de la Generalitat en bandeja de plata. El líder de ERC sabe que ha llegado su momento. Junqueras ha invitado en público a CDC y a la CUP a que agoten el plazo de negociaciones. Es decir, a que traten de llegar a un acuerdo en los seis días que quedan antes de que, por ley, se convoquen nuevas elecciones de forma automática.

Tal y como están las cosas tras el no de la CUP a Mas el pasado domingo, el único pacto posible es que Mas retire su candidatura y su coalición, Junts pel sí, que incluye a CDC y ERC, ponga otro nombre sobre la mesa para presidir la Generalitat. Y ese nombre, claro, sería el del propio Junqueras.

Cambiar de candidato

El líder de los republicanos no quiere pedir a Mas que dé un paso atrás de forma abierta, porque cuando se constituyó esa coalición de Junts pel sí, se comprometió a que Mas sería el presidente. Por eso, Junqueras habla ahora de «lealtad» y asegura que ERC «siempre ha cumplido sus compromisos». Por ahora.

Pero pese a los disimulos, el republicano no oculta de todo su ambición. Tras la reunión de la Ejecutiva de su partido, Junqueras aseguró este lunes que en esos seis días que quedan antes de que expire el plazo para negociar y se convoquen nuevas elecciones «se pueda hablar de todo». Y eso incluye la posibilidad de cambiar de candidato.

Mas, al pie del cañón

También secundó las palabras de otro de los miembros de su partido, Joan Tardà, el único que de momento ha expresado sin ambages la idea de que Mas debería «dar un paso atrás» y dejar el camino libre a otro candidato por el bien del proceso independentista.

Así la cosas, cabe la pequeña posibilidad de que las negociaciones se reemprendan, Mas se retire y Junqueras forme un Govern de Junts pel sí con el apoyo de la CUP. Pero es una posibilidad remota, ya que el presidente en funciones expresó este mismo lunes su voluntad de seguir al pie del cañón pese al desplante de los anticapitalistas.

Adiós a Junts pel sí

Si Mas se mantiene en su trece, habrá nuevas elecciones en marzo. Y ese escenario también es muy ventajoso para Junqueras. Es casi seguro que la coalición de Junts pel sí no se reeditará. Esta candidatura, que llegó a autodenominarse la lista conjunta del independentismo, incluía, además de a CDC y a ERC, a Demòcrates per Catalunya, una escisión de Unió; a Súmate, una plataforma de castellanohablantes secesionistas; a las ex presidentas de la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, Carme Forcadell y Muriel Casals, y a algunos artistas invitados como Lluís Llach.     

Si Junts pel sí no se renueva, cada uno de estos actores se irá por su lado. Súmate se podría incorporar a la candidatura de ERC lo mismo que algunos de esos independientes. Demòcrates per Catalunya se presentaría en solitario para rivalizar con Unió por el espacio electoral democristiano. Y con ese escenario, CDC, ahora convertida en Democràcia i LLibertat, vería reducidas sus posibilidades de ganar las elecciones.

Caída en picado

Incluso vería reducidas sus posibilidades de lograr un buen resultado. En 2012, CDC tenía 62 escaños en el Parlament. Mas adelantó las elecciones en busca de una mayoría aplastante y perdió 12 diputados. Ahora, tenía 50 parlamentarios, pero volvió a avanzar las elecciones para liderar el proceso de independencia y se ha quedado con unos 30, que son los que le corresponden en esa coalición de Junts pel sí.

Su resultado tras unos nuevos comicios podría ser aún peor. Junqueras es muy consciente de eso y está dispuesto a tomar el relevo y a convertir a ERC en la fuerza hegemónica del independentismo si, como parece, se repiten las elecciones el próximo marzo.

La amenaza de Colau

No obstante, los republicanos se encontrarán con dos rivales serios. La CUP, pese a la dimisión de su líder, Antonio Baños, tiene mucho que decir en unos nuevos comicios, puesto que al haber cumplido su promesa de no reelegir a Mas como presidente se ha granjeado el favor de su electorado.

Pero puede aparecer en este complejo escenario un rival mucho más peligroso: Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona consiguió ese puesto en mayo de la mano de Podemos. La alianza Colau-Podemos fue también la fuerza más votada en Cataluña en las elecciones generales del pasado mes de diciembre.

En cambio, Podemos no se asoció con Colau para las autonómicas del 27S y sacó un mal resultado: sólo 11 escaños. Ahora las cosas podrían cambiar. Podemos y Colau se plantean volver a aliarse para los nuevos comicios y no descartan que Colau sea la cabeza de cartel. Si esa posibilidad llega a materializarse, Junqueras no lo tendrá tan fácil como parece. Pero, en todo caso, también podría buscar un acuerdo de izquierdas, con una posible traslación en España. Todo, ahora, depende de Junqueras. 

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