Mas quiere doblegar a Junqueras con otra lista única del soberanismo

El ex presidente asegura que el independentismo ''no tirará ahora la toalla'', mientras el Govern señala que convocará el referéndum

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El guión vuelve a estar sobre la mesa. Artur Mas juega con otra lista única del soberanismo, y quiere doblegar con ella a Oriol Junqueras, que había descartado por completo esa posibilidad. Pero Mas considera que el gran objetivo del independentismo no debe ser tanto el ganar en un referéndum, como el hecho de lograr un acuerdo para poderlo realizar. Y eso sólo se puede obtener con una gran victoria en unas elecciones, con todo el soberanismo unido. ¿Lo aceptará esta vez Esquerra Republicana?

Los republicanos no quieren ni oír hablar de esa lista única. Sin embargo, tanto el PDECat como ERC son conscientes de una cosa: el referéndum será imposible. El Gobierno que preside Mariano Rajoy no está dispuesto a permitirlo, y, además, el propio Tribunal Constitucional anuló este martes por unanimidad las dos últimas resoluciones aprobadas en el Parlament para celebrar el referéndum.

Se cura en salud, y, aunque oficialmente nada ha cambiado –la portavoz del Govern, Neus Munté, aseguró este mismo martes que el ejecutivo catalán convocará el referéndum pase lo que pase— los dos partidos admiten que la única salida será la convocatoria de elecciones.

El PDECat, bajo mínimos

En el caso del PDECat las cosas se han complicado mucho. Los propios recursos económicos están bajo mínimos. La refundación del partido no acaba de cuajar, con Marta Pascal como coordinadora general, que ha tenido que asumir un cambio en el régimen de incompatibilidades en los cargos ante la presión de los miembros del Govern. A ello se añade que el valor con más proyección, el presidente Carles Puigdemont, no quiere ser candidato. Y los dos dirigentes que podrían sustituirle, con posiciones distintas respecto al proceso soberanista, la propia Neus Munté y el consejero Santi Vila, no están dispuestos a dar el paso.

Ante ese vacío de poder, y animado tras el juicio del 9N, Artur Mas ha cogido las riendas. Tiene una agenda llena de actividades. Y este mismo martes protagonizó una conferencia en la Universidad Pompeu Fabra, repleta de estudiantes.

A todos ellos les dijo que el soberanismo «no tirará ahora la toalla», y defendió una posición que es distinta a la que verbaliza el presidente Puigdemont. Mas consideró que es más importante «ganar la partida del derecho a decidir y poder votar», que ganar la propia votación. ¿Qué quiere decir? Que el independentismo debe ganarse, en las urnas, una mayoría que ahora no tiene –aunque sí en número de diputados– para forzar una negociación con el Gobierno español.

La idea de Mas

Eso lo defiende Mas desde hace meses. Lo explicitó en la Cambra de Comerç. Si el referéndum no se puede realizar, porque lo impide el Gobierno, se deberá ir a elecciones, y conseguir una «mayoría amplia», explicó ante una nutrida presencia de empresarios. Para lograr ese objetivo, Artur Mas es consciente de que el PDECat, diezmado, lo tendrá muy difícil para ganar las elecciones.

Todas las encuestas publicadas en los últimos meses dan la victoria a Esquerra Republicana. Y el PDECat sólo podría aspirar a completar una mayoría de gobierno, siempre que Oriol Junqueras no apostara por mirar a su izquierda y plantear un gobierno con Els Comuns, al que se podría añadir la CUP o el PSC. Por tanto, la salida, para Mas, es, de nuevo, una lista única del soberanismo. Otra cosa será quién debe liderarla, sin repetir la extraña opción de las elecciones de septiembre de 2015, con el ex eurodiputado de ICV, Raül Romeva, como cabeza de lista.

La negativa de Esquerra

Los republicanos esta vez no tienen intención de aceptar la propuesta, que, según distintas fuentes, se irá perfilando en los próximos meses. La cuestión que puede ser crucial es el calvario judicial que acecha a los dirigentes de la ex Convergència, y es que en marzo se abrirá el juicio del caso Palau de la Música, sobre la presunta financiación irregular del partido, en la etapa en la que Artur Mas dirigía la formación nacionalista.

Mas, en cualquier caso, sigue corriendo. A toda velocidad, ante la propia incomodidad de la dirección del PDECat, que pretendía pasar página cuanto antes, y que asume una etapa en el desierto, necesaria para redefinir ideológicamente la formación. Por ello, los dirigentes que arropan a Marta Pascal en el partido son partidarios de elecciones, antes del verano, para dirimir cuanto antes en qué situación queda el PDECat y que se puede hacer a partir de ese momento. La idea es que si pasa el tiempo, «el daño será peor, y el partido puede quedar en una situación muy precaria», según las mismas fuentes.

El último recurso

Claro que Mas necesita que el juez no le condene tras el juicio del 9N. «Una sentencia absolutoria sería un mensaje potente», aseguró en el foro de la UPF, porque, a su juicio, se podría abordar el conflicto con una negociación política.

El intento de Mas también es un salto hacia adelante, como último recurso, antes de que él mismo y su propio partido queden en un segundo plano, y sea Esquerra la que, tras unas elecciones, busque una salida política ante el embrollo en el que se ha situado el propio movimiento soberanista en los últimos años. Es lo que espera el propio Gobierno español para tener un único interlocutor válido, y, partir de ahí, tratar de recomponer las relaciones institucionales con acuerdos concretos. Eso sí, una vez aparcado –aunque sea de forma transitoria– el referéndum. Y eso también debe decidirlo la dirección de ERC.

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