Moreno entra en la batalla con Ayuso para ser el barón influyente en Génova

La rebaja fiscal con la que Andalucía busca copiar a Madrid también acarrea una competencia dentro del partido, donde ambos son los líderes regionales con más peso

El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla (d), junto al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en el Hotel Westin Palace en Madrid, este lunes, donde protagoniza una conferencia-coloquio organizada por el grupo Joly. EFE/ Juan Carlos Hidalgo

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El anuncio llegó a primera hora de la mañana de este lunes: aprovechando un desayuno informativo en Madrid, la capital española, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, quiso confirmar que llevaría a cabo “sexta” bajada de impuestos con “rebajas potentes muy vinculadas a la clase media y trabajadora”, recogiendo la bonificación al 100% del Impuesto sobre el Patrimonio y una deflactación del IRPF. Una declaración de intenciones en toda regla.

No es ninguna novedad, nada que no se haya hecho, por ejemplo, en Madrid desde hace años. El objetivo de Moreno está claro: quiere mirar de tú a tú a la Comunidad de Madrid, fiscalmente hablando, y también reivindicar una auctoritas clara. Porque, a nivel de influencia, por mucha mayoría absoluta que consiguiera en Andalucía, sabe que la influencia a nivel orgánico es otra cosa. Más allá del líder.

Como recuerdan en Génova, a nadie debe sorprenderle que una comunidad autónoma gobernada por el PP baje impuestos. Que compita fiscalmente con el resto de las regiones bajo el marco tributario común. Lo que no es tan habitual es que se haga cuerpo a cuerpo con otra autonomía gobernada por las mismas siglas, y con dos líderes que, aun representando dos estilos, dos ideas bien distintas, ansían lo mismo: ser el barón de barones, la representación territorial del partido más capilarizado de España.

El liderazgo

Este PP de Alberto Núñez Feijóo es mucho más práctico, mucho más tecnócrata, mucho más numérico que el anterior: ya no vale sólo dar «la batalla de las ideas», no. Aquí, al final del día, lo que cuenta es ganar. Y ambos líderes son eso, ganadores, según los avales electorales. Pero la sintonía de uno con el presidente es superior, a pesar de que la influencia orgánica, al menos a nivel discursivo, favorezca a la otra.

Este lunes se ejemplificó: el presidente popular elogió al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y le puso como «modelo» de «Gobierno de mayorías» y de la «nueva política» del PP, que opone a la «antigua nueva política» que prometía «paraísos artificiales que acaban en una gran frustración».

Feijóo cree que hay un «deseo de cambio entendido como la recuperación del sosiego en la política española», y así lo «han entendido los andaluces» con Moreno, de quien ha dicho que es tanto un «líder» porque «sabe qué se debe hacer» y también un «administrador» porque «sabe cómo hacerlo».

«Estimular» la competencia

Esa sintonía se percibe de distinto modo en la calle, y precisamente la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lo sabe. Le dio la bienvenida a Moreno este lunes tras su anuncio a «el paraíso». Fuentes del Gobierno autonómico reconocen en conversación con Economía Digital cómo «estimula» la competencia. Sobre todo, si, como en el caso de Andalucía, esos pasos fiscales vienen gestados desde Génova.

No es cuestión de tutelas: los hombres fuertes de Moreno -el ya exconsejero de Presidencia de la Junta, Elías Bendodo, y el exconsejero de Hacienda, Juan Bravo- ahora son parte de la presidencia del partido a nivel nacional. En Madrid lo reconocen. «Lo de Juanma ahora se gestó y pilotó desde Génova», aunque eso no se interpreta como una amenaza. De momento, es el pistoletazo de salida, entienden las fuentes consultadas, para ver quién de verdad logra la influencia real.

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