Ana Botín, presidenta del Banco de Santander. EFE

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Prisa es un caramelo demasiado apetitoso como para dejarlo pasar. Pese a las pérdidas que ha causado, y causa, a sus accionistas, ninguno quiere descabalgarse de la batalla por el control –o al menos, por controlar la venta– del grupo propietario de medios tan influyentes como El País y La Ser.

Tras el golpe de mano de Amber, el fondo del empresario armenio Joseph Oughourlian, y Telefónica, que echaron a Javier Monzón de la presidencia del grupo mediático, ahora es Ana Botín quien quiere contraatacar. Banco Santander busca una operación de concentración con otro grupo mediático, preferentemente Vocento.

El pasado viernes, Oughourlian logró lo que hace meses que persigue: echar a Monzón, presidente impulsado por Botín, para liderar la venta del grupo. Amber, que es primer accionista de Prisa con casi el 30% de las acciones, quiere salir para recuperar parte de la inversión.

Joseph Oughourlian en una entrevista con Bloomberg. Fuente:Youtube

Joseph Oughourlian, presidente de Prisa

La novedad en la junta del viernes fue que convenció a Telefónica para cambiar de bando. José María Álvarez-Pallete siempre había apoyado al Santander pero decidió dar un giro, según contaron varias fuentes, para dejar de perder dinero en un grupo mediático que lleva años en números rojos.

Ana Botín se quedó sola entre los principales accionistas de Prisa, pero no tira la toalla. Fuentes cercanas al banco han explicado a Economía Digital que el Santander se mueve para buscar una fusión de prisa con otro grupo mediático. La entidad tiene influencia en varios de ellos y los estaría sondeando.

Vocento, grupo propietario de ‘Abc’, es el que más encajaría para la fusión con los medios de Prisa

Las mismas fuentes explican que el mejor posicionado es Vocento, pues por tamaño sería el que tendría mayor capacidad y, además, es de los que más han financiado desde el banco de origen cántabro. El Santander prefirió no hacer comentarios al respecto.

De hecho, Botín ya habría intentado esta maniobra antes de la junta del viernes, para evitar que Joseph Oughourlian se saliera con la suya y tomara la presidencia, que ocupaba Javier Monzón, un lugarteniente de la presidenta del mayor banco español.

Todo está abierto en el futuro de Prisa y la fusión con Vocento ha sonado en anteriores ocasiones. Se produciría tras la escisión del antiguo grupo de los Polanco en dos, y solo con la rama de medios, la que pierde dinero. La duda es qué pasaría con alguna de las cabeceras de un eventual grupo fusionado, que tendría El País y Abc, dos periódicos generalistas con públicos ideológicamente muy lejanos.

Contreras podría ser presidente de Prisa, aunque también se mueve Javier de Paz, en función de quién gane el pulso

Esta opción podría contar con el apoyo del Gobierno de Pedro Sánchez, necesario para el éxito de la misión. Uno de los nombres que apareció el viernes como posible presidente, José Miguel Contreras, podría entrar en la operación como socio y, de nuevo, suena para el cargo más alto.

En todo este entramado de movimientos por el control del futuro de Prisa e intereses cruzados, aparecen también los nombres de Miguel Barroso y Javier de Paz. El  primero fue secretario de Estado de Comunicación con José Luis Rodríguez Zapatero y concedió la licencia a La Sexta, de la que fue fundador Contreras. Ahora se habrían vuelto a asociar para tener influencia en Prisa de la mano del Santander y Vocento.

Telefónica, a la espera en Prisa

Javier de Paz, también muy cercano a Zapatero, es uno de los consejeros más longevos de Telefónica, y de los pocos de Alierta que siguen con Pallete. Este exmilitante socialista se estaría postulando para presidir Prisa como candidato de consenso si no triunfa la fusión y la teleco permanece.

La opción del gigante español de las telecomunicaciones pasa por buscar una salida a Amber y decidir si abandona el barco o sigue navegando. Fuentes financieras señalan a Fainé como interesado en la permanencia de Telefónica, de la que es vicepresidente, pero desde La Caixa han asegurado que se ha querido mantener al margen “deliberadamente”.

Fuentes de Telefónica han preferido no hacer comentarios. La opción de Javier de Paz sería la guinda para seducir al Gobierno de Sánchez, que, de momento, permitió el golpe de mano del pasado viernes. Tuvo poco margen para actuar, pero lo que es seguro es que tendrá influencia, y más que eso, en la venta, fusión o en la decisión que se tome en el futuro de Prisa.

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