Catalunya: tierra de polígonos ‘fantasma’

Las promociones industriales con más futuro están cerca de Barcelona o de las principales arterias de comunicación

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Entre el 30% y el 40% de las naves industriales catalanas están desocupadas y con pocas perspectivas de futuro.

“Con los polígonos ha pasado lo mismo que con las piscinas y los polideportivos, todos los municipios querían tener uno”, afirma el director de la Unió de Polígons Industrials de Catalunya (UPIC), Francesc Ribera, en declaraciones a Economía Digital. Se trata de una entidad adscrita a la Cambra de Comerç de Barcelona y que, entre otras funciones, radiografía permanentemente el sector.

Las tasas que generaba la actividad, que llegaban al 20% de los ingresos de los municipios donde se ubican, y los empleos que creaban, propiciaron la proliferación de las áreas industriales. La mayoría maduraban con la ayuda de la entidad urbanística de la Generalitat, el Incasòl. Actualmente la empresa pública tiene más de 1.500 hectáreas de suelo y 1.500 de techo industrial en venta. La cartera más grande que se comercializa en Catalunya.

Cinco años después del inicio de la crisis, Ribera reconoce que prácticamente sólo son viables los polígonos que están cerca de Barcelona y de las principales arterias de comunicación del país. El puerto, el aeropuerto y las autopistas más transitadas.

Polígonos ‘fantasma’

Entre las naves industriales desocupadas que se construyeron “en años de bonanza económica” destacan las de Bell-lloc d’Urgell (Lleida) o Olvan (Berguedà). Verdaderos polígonos fantasma sin actividad real. El director de la UPIC también destaca la baja ocupación que tiene el polígono Catalunya Sud, situado entre las poblaciones tarraconenses de Tortosa y la Aldea.

Ribera explica que ahora el sector vive un momento “muy dinámico”. Ello no es sólo fruto de la destrucción de la actividad industrial catalana, comenta el directivo. La fuerte caída, tanto en la tasación del terreno como en el precio final de venta, que en algunos casos llega al 50%, propicia que las empresas que resisten “se trasladen a naves que ahora son más asequibles y están situadas en zonas con mejores servicios”.

Política industrial

El responsable de la UPIC critica “la falta de una política de suelo y techo industrial que tenga en cuenta la demanda”. Afirma que en Catalunya se autorizó la construcción de polígonos que no contemplaban las necesidades reales de la actividad. “¡Incluso algunos tienen accesos de tercera división, con caminos casi de tierra!”, afirma.

Las infraestructuras viarias no son el único obstáculo de ciertas promociones industriales. Ribera habla de fallos en los suministros eléctricos o de gas natural, básicos para el sector. Por todo ello, reclama que se analice la viabilidad de algunos proyectos que están en una fase inicial de ejecución o sólo se han planeado.

“Se tendría que estudiar si se le puede dar otro uso en el espacio que sea más favorable”. Asimismo, no descarta que algunas promociones corran la misma suerte que los pisos a medio construir y sean demolidos en un futuro no muy lejano.

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