Colombia corta las alas a Enel

El gobierno colombiano aplaza la adjudicación de Electricaribe, a la que solo acudió Enel, y releva por sorpresa al interventor

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Golpe de Colombia a Enel. La compañía italiana es la única que ha acudido a la adjudicación de Electricaribe, la eléctrica expropiada a Naturgy –cuando todavía era Gas Natural–, pero el gobierno de Iván Duque no lo tiene claro y ha retrasado la decisión final a la espera de nuevas ofertas. Además, ha relevado por sorpresa a Javier Lastra, el hombre del gobierno en Electricaribe.

El ejecutivo colombiano informó de que ha decidido posponer la decisión, que debería haberse tomado ya, al menos hasta final de mes. La causa es que no ve con buenos ojos a la multinacional italiana, que ya cuenta con gran presencia en el país. El gobierno considera que tendría un impacto negativo en “el mercado de distribución y comercialización de energía”.

Con la ampliación del plazo para presentar ofertas, que terminó el 2 de noviembre, Colombia quiere que lleguen más ofertas “alternativas” para poder decidir… y esquivar a Enel.

Enel cuenta en Colombia con dos compañías: Codensa, de luz y servicios, y Emgesa, de gas y electricidad. En conjunto, factura más de 2.100 millones de euros y tiene un ebitda cercano a los 900 millones. De tomar Electricaribe, el grupo propietario de Endesa superaría el 25% del mercado, algo que contraviene las normas de competencia del país.

Colombia cambia de interventor en Electricaribe

El gobierno de Duque, que lleva a penas 100 días en el cargo, ha dado otro giro de guion. Ha destituido a Javier Lastra, quien, desde la primera intervención de Electricaribe hace dos años, se había hecho cargo de la supervisión de la empresa. En su puesto ha nombrado a Ángela Patricia Rojas.

Si bien es cierto que Lastra era un hombre del anterior presidente colombiano, Juan Manuel Santos, también lo es que el relevo no se esperaba, ya que se daba por prácticamente terminada la intervención y no se consideraba necesario.

La interpretación que hacen en el sector de este cambio es que la privatización no está tan cercana. Si Colombia no quiere a Enel, nadie más parece estar dispuesto a pujar: nadie lo ha hecho hasta ahora y menos alicientes tendrá ahora, tras una nueva muestra de intervencionismo público.

La administración del país argumentó que Rojas comandará “la última etapa para la búsqueda de una solución definitiva”. ¿Debemos entender, entonces, que el grupo italiano no es la solución definitiva? Enel presenta este martes su nuevo plan estratégico, en el que quizá explique si dobla la apuesta en Colombia y si sigue interesado en Electricaribe.

Electricaribe era propiedad de Unión Fenosa cuando Gas Natural compró la empresa. Hace dos años, el gobierno de Santos la intervino temporalmente con el argumento de que no estaba haciendo las inversiones necesarias en la red. Tras unos meses de tira y afloja y negociaciones, nacionalizó la compañía e inició la búsqueda de un nuevo operador.

Xavier Alegret

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