El coronavirus ya cuesta más de 500 millones a Abertis

La concesionaria de autopistas española se deja dos tercios de su beneficio por la caída del tráfico como consecuencia de la pandemia

Marcelino Fernandez Verdes, presidente de Abertis, y Florentino Pérez, presidente de ACS. EFE

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El estado de alarma y la caída del tráfico provocada por la pandemia de coronavirus y las restricciones a la movilidad en todo el mundo cuestan a Abertis ya más de 500 millones de euros. Y eso que la concesionaria controlada por los Benetton y Florentino Pérez ha recortado plantilla y gastos para amortiguar el golpe.

Abertis ganó 318 millones de euros entre enero y septiembre, periodo en el que se dejó prácticamente dos tercios de sus beneficios: el 63%. En los tres primeros trimestres de 2019, los números verdes fueron de 853 millones, 535 más que en este 2020 negro.

Según los datos ofrecidos por Hochtief, tercer mayor accionista de la concesionaria catalana con el 20% del capital, Abertis ingresó 2.989 millones en los nueve primeros meses del año, un 26% menos. Por el camino se ha dejado 1.000 millones, si bien una parte son culpa de la pérdida de concesiones en España.

En enero, la compañía dejó de operar los peajes de Aumar, que incluía la AP-4 y la AP-7 sur, lo que también recorta su facturación. Sin este efecto, y sin el de los tipos de cambio en Chile y Brasil, la bajada de los ingresos habría sido algo inferior: 19%. También la del ebitda, que cayó en 900 millones, hasta los 1.918, un 32% menos que habría sido un 25% de no ser por este efecto.

Tras Chile, España es el país en el que más cae el tráfico de Abertis durante 2020 por una crisis del coronavirus más grave

La empresa participada por Atlantia, ACS y Hochtief vivió unos dos primeros meses positivos en cuanto a tráfico, pero todo se torció en marzo por la llegada de la pandemia de coronavirus, que provocó un parón de la actividad y, por tanto, de la movilidad.

Según la información de la constructora alemana presidida por Marcelino Fernández Verdes, también presidente de Abertis y consejero delegado de ACS, la caída del tráfico en las autopistas gestionadas por la concesionaria fue del 24% de media en los nueve primeros meses del año.

Teniendo en cuenta que hasta principios de marzo, el tráfico presentaba subidas, el golpe de la Covid-19 es muy evidente. Y todavía más en España, el país que ha sufrido la mayor caída de entre todos los mercados en los que está presente Abertis tras Chile (36%). El tráfico en las autopistas españolas bajó un 31%, por un 28% de Italia y un 24% de Francia. México y Brasil presentan descensos inferiores.

La caída en España y las apuestas de Abertis

España sigue siendo, hoy en día, el país donde peor está el tráfico para Abertis: en la última semana, la bajada era del 16,5%, muy por encima de los países vecinos. Sin embargo, el descenso está muy lejos del 85% del peor momento de la pandemia, durante el estado de alarma, cuando estas caídas también se veían en Francia e Italia.

Hochtief destaca en su presentación de resultados el esfuerzo que está haciendo la concesionaria que dirige José Aljaro para alejarse de España, país que ahora mismo supone el mayor riesgo para Abertis y no por la caída del tráfico por la pandemia, sino por la pérdida de las concesiones. Tras Aumar, en 2021 perderá Acesa (AP-7 y AP-2), la más rentable del grupo, e Invicat.

“El plan estratégico de Abertis se centra en inversiones en nuevos activos con el objetivo de perpetuar la duración de los flujos de efectivo y diversificar geográficamente la cartera”, asegura Hochtief, que destaca la compra de la mexicana RCO a Goldman Sachs.

EREs y recortes en Abertis

En España, con el final de su mayor concesión en agosto de 2021, la compañía ha empezado ya a recortar, con un ERE justo antes del estado de alarma en España, firmado en marzo, y otro gusto al final, sellado en julio.

La salida de más de 260 personas entre ambos procesos provocó que, cuando en verano, el tráfico remontó hasta acercarse a cotas normales, el servicio se viera penalizado por la falta de personal en peajes como el de Martorell o los de la AP-2.

Xavier Alegret

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