Gay de Montellà despliega el plan para controlar a los comerciantes

La patronal crea la comisión de comercio de Fepime y convierte a esta organización en su representante del sector a nivel catalán y español

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Los planes de Fepime, patronal de pequeñas y medianas empresas ligada a Foment del Treball, para conservar la fuerza de la Confederació de Comerç de Catalunya (CCC) en el sector comercial, avanzan lentos pero seguros. Este jueves volvieron a reunirse las antiguas territoriales de la CCC y los responsables de Fepime para empezar a organizarse.
 
Joaquim Gay de Montellà, Foment y Fepime, así como los ex socios de la CCC, son conscientes de los peligros de montar una Confederació de Comerç II. Y por si no lo eran, sus abogados se lo han advertido, por lo que no prevén tener estructura y evitarán ponerse un nombre. Eso sí, no renuncian a la representatividad ni a nivel catalán ni español, ni a lo que ello entraña: dinero público.  

Este jueves se volvieron a reunir las antiguas territoriales de la CCC, entre las que se encuentran la Fecom de Lleida, presidida por Rosa Eritja, y la Cecot, en representación de los comerciantes de Terrassa. También asistieron patronales como el Agrupament de Botiguers de Catalunya y el Consell de Gremis.  

En esta reunión, se tomaron varias decisiones. Una de ellas es cómo se organizarán: no crearán una patronal sino una comisión de comercio dentro de Fepime, según explicaron varias fuentes ligadas al proyecto. De hecho, ya firmaron su creación. Con esta comisión sin personalidad jurídica, pretenden esquivar las comparaciones con la desaparecida CCC.

La segunda decisión es sobre la representatividad. La Confederació de Comerç era quien negociaba el convenio colectivo del sector, con lo que su desaparición ha dejado a las empresas sin representante. Por ello, las organizaciones reunidas este jueves firmaron un documento en el que reconocían a Fepime como representante del comercio en dichas negociaciones.  

Otro sitio en el que han perdido representatividad es en Madrid. Concretamente, en la Confederación Española de Comercio (CEC). Este papel también lo jugará Fepime, aunque todavía no han dirimido quien será su representante, aseguraron fuentes de los comerciantes. Oficialmente, la filial de pymes de Foment evitó comentar dichos movimientos.  

Prudencia extrema  

Las organizaciones están llevando este asunto con mucho sigilo y una prudencia extrema para no ser consideradas herederas de la CCC. En este caso, los damnificados de su quiebra podrían pedirles cuentas y tendrían que responder de todas las deudas dejadas por Miquel Àngel Fraile, ex secretario general, y Rosa Eritja, su última presidenta.  

También por el mismo motivo, tanto el Agrupament de Botiguers de Catalunya como el Consell de Gremis prefieren permanecer por libre y no quieren asociarse ni siquiera a Fepime. Ambas participarán en las mesas de debate del comercio pero no se involucrarán más allá.  

De hecho, el Consell de Gremis es la única asociación que se ha atrevido a actuar contra Fraile, ya que también fue su secretario general. Esta organización, presidida por Miquel Donnay, asegura que una empresa vinculada a Fraile facturó trabajos no realizados al Consell para poder cobrar subvenciones. La denuncia ha sido admitida a trámite.

Xavier Alegret

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