La era post-Jobs

Tras la muerte del fundador de Apple, todos los focos están puestos en el futuro inmediato de la compañía. Las miradas se centran en su sucesor, Tim Cook. El legado empresarial y bursátil de Jobs es prácticamente insuperable

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Todo lo hacía presagiar: su desmejorado aspecto, la extrema delgadez y, en particular, las retiradas provisionales en los últimos tiempos del que ha sido el alma mater de Apple durante 15 años, Steve Jobs. Los fervientes seguidores del gurú de la compañía de la manzana siguen intentando asimilar el golpe de su muerte, como los inversores que durante los últimos años han contribuido a crear una de las mayores historias de éxito.

Jobs creó Apple con la ayuda de su amigo de la infancia Stephen Wozniak. Tras sufrir los vaivenes propios de cualquier empresa tecnológica, incluido el despido de Jobs en 1985, la vuelta del hijo pródigo 12 años después supuso el despegue definitivo de la compañía. El éxito continuo de los lanzamientos del grupo llevaron a Apple hasta niveles insospechados: los beneficios se han disparado desde los 1.000 millones de dólares hasta los 13.000 en los seis últimos años y la bolsa ha reconocido punto por punto la excelencia de la gestión de Jobs.

Tanto es así que desde su vuelta a mediados de la década de los noventa, hoy es la mayor compañía por capitalización bursátil del grupo que ha saltado desde los 5.000 millones de dólares hasta los 350.000. Apple ha pasado de ser un valor más a convertirse en un mito de Wall Street. Una leyenda consolidada cuya cotización ha subido en apenas 15 años más de un 6.000%. Dicho de otra forma, el visionario Jobs ha convertido en multimillonarios a la mayoría de los tiburones de Wall Street.

Desaparecido el genio, la pregunta es si Apple está preparada para el cambio. La plena confianza de Jobs en su discípulo, Tim Cook, y la velocidad de crucero que la compañía ha mantenido durante los últimos años parecen dibujar un horizonte a corto plazo lo suficientemente sólido. Ahora Cook deberá sacar a la palestra toda su capacidad de liderazgo. Sabe que Jobs es difícilmente sustituible y su legado en forma de resultados y trayectoria bursátil inigualable, por lo que Cook tendrá que trasladar a la calle las líneas maestras que han llevado a Apple a la cima.

En manos de su sucesor

La primera aparición de Cook al mando de este buque, después de 13 años trabajando en la empresa, se produjo hace apenas unos días. Fue con motivo de la presentación del nuevo iPhone 4S, la última creación de Jobs antes de abandonar su puesto de consejero delegado.

El anuncio del nuevo teléfono móvil de Apple fue acogido con cierto escepticismo ante las escasas novedades que ofrecía en comparación a su predecesor. Una sensación que los mercados reflejaron con una fría acogida bursátil. La acción apenas se movió.  

Aunque Cook ha vivido tapado por la sombra de Jobs y está a años luz de su índice de popularidad, va a tener la oportunidad de demostrar que comparte un rasgo común: la adicción al trabajo. Jobs dedicaba multitud de horas a la compañía con el afán de superarse y conseguir los resultados más impactantes que revolucionasen verdaderamente el mercado tecnológico. Un esfuerzo que ha quedado calado en la sociedad donde los dispositivos como el iPod, el iPhone o el iPad forman parte de la vida cotidiana.

A la espera de los resultados trimestrales y su biografía

Ahora ya sólo queda esperar a conocer los datos trimestrales de la compañía con sede en Cupertino que se harán públicos el próximo 18 de octubre para asegurar o desmentir la estabilidad económica de Apple.

Unos datos que comparten expectación con el lanzamiento de la biografía de Jobs autorizada por el fundador de Apple. «Quería que mis hijos me conocieran», había explicado Jobs, tras vivir una vida discreta alejada de los medios de comunicación. Como consecuencia de su dedicación, casi exclusiva, al trabajo, «nunca estaba allí para ellos, y quería que supieran por qué y entendieran lo que hice», contó Jobs en una de las escasas entrevistas que ha autorizado al premio Pulitzer, Walter Isaacson, en su casa de Palo Alto, California.

Economía Digital

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp