La recuperación económica deja solos a los autónomos de vocación

El aumento de los contratos por cuenta ajena disminuye el interés por lanzar un proyecto propio

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La mejora en la economía en España y el aumento de los contratos por cuenta ajena –aunque sea temporal y por poco dinero- llevan a la caída del número de emprendedores. Según el Observatorio del Emprendimiento, la tasa de actividad emprendedora ha bajado dos puntos en la última década: del 7,6% que se había alcanzado en el 2007 –inicio de la crisis– actualmente se encuentra en el 5,5%. Esta tasa mide las iniciativas con hasta 3,5 años de vida en el mercado sobre la población de 18 a 64 años.

Pero todavía caen más las ganas de emprender: según un estudio realizado por Amway, un 62% de personas tienen una actitud positiva hacia el autoempleo, un 7% menos que el año pasado. Y sólo un 34% se verían montando su propio negocio, un 3% menos respecto a 2015. O sea, la actividad autónoma tiene una buena percepción social, pero sólo un tercio daría el paso de ser su propio jefe.

Esta caída evidencia que el grueso de los emprendedores se lanzan con un proyecto propio porque no tienen otra salida laboral y se presentan ante el mercado como autónomos porque no consiguen contratos por cuenta ajena. Esta situación desemboca en que centenares de empresas recurran a la figura del «falso autónomo», que son empleados que cumplen horarios y tienen funciones específicas, pero que no están en nómina y se ven obligados a emitir factura a la empresa.

Más razones

Otra de las razones de la caída es la inestabilidad política que atravesó España con el Gobierno en funciones. La vicedecana de la facultad de comercio y turismo de la Universidad Complutense, Ana María Romero, ha afirmado que esta situación hizo del país un lugar «menos favorable para el emprendimiento».

Además, según Romero, las instituciones deberían apoyar a las empresas que ya están creadas mediante ayudas económicas y reduciendo los tiempos de espera. Uno de los grandes frenos para lanzarse como emprendedor es la alta cuota del pago de autónomos a la Seguridad Social, cuyo valor básico se encuentra en torno a los 280 euros mensuales, monto fijo que es independiente de cuánto se haya facturado. 

Economía Digital

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