Nissan analizó (y descartó) traer un coche de Sunderland a Barcelona

El fabricante japonés manejó durante meses la opción de cerrar una línea de su fábrica británica y mantener Zona Franca, pero lo rechazó por caro

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El futuro de la fábrica de Nissan en Barcelona pasó durante semanas por Sunderland. La multinacional japonesa confirmó a finales de mayo el cierre de su planta de la Zona Franca (Barcelona) y sus dos satélites en Montcada y Sant Andreu, pero la realidad podría haber sido muy distinta si el plan que se manejó a nivel interno hubiese visto la luz: retirar una línea de producción de la instalación británica para mantenerla en la capital catalana.

La multinacional estudió y descartó el movimiento en los últimos meses, según la documentación a la que ha tenido acceso Economía Digital. En la mente de la dirección europea, encabezada por Gianluca De Ficchy, estuvo el mantener los volúmenes actuales hasta 2024 y entonces traer un vehículo con vigencia hasta 2029. La sacrificada sería la producción en el Reino Unido, pues se eliminaría su segunda línea de producción.

Las fuentes consultadas señalan que el automóvil que podría haberse adjudicado era el Nissan Leaf, el cero emisiones más vendido del mundo solo por detrás del Tesla Model 3, u otro eléctrico pequeño. Como el Leaf se fabrica también en Yokosuka (Japón) y en Tennessee (Estados Unidos), la capacidad planta española hubiese sido suficiente, pues en 2019 las ventas rondaron las 31.000 unidades.

Con el mercado eléctrico en teórico crecimiento, el turismo podría haber convivido con modelos como la furgoneta eNV200 o las pick up sin topar el techo del centro, fijado en algo menos de 200.000 vehículos. Además, Barcelona ya tiene experiencia en la producción de utilitarios, pues ensambló el Nissan Pulsar hasta 2018, un coche que finalmente se desechó por su elevado coste.

La adjudicación, eso sí, no era un cheque en blanco. Los informes elaborados por la automovilística nipona advertían de que debían afrontar un recorte de plantilla –en su mayoría a través de prejubilaciones– para que la fábrica pudiese subsistir hasta 2024.

El Gobierno y la Generalitat ofrecían 70 millones a Nissan si traía un modelo eléctrico a Barcelona

Con el Excel de gastos en la mano, finalmente se descartó atraer el nuevo vehículo a Barcelona y debilitar Sunderland: a pesar de la incertidumbre del brexit, salía más barato, según la empresa, mantener la capacidad en el Reino Unido. 

No obstante, las voces consultadoas denuncian que el estudio de rentabilidades se hizo sin tener en cuenta las ayudas prometidas por el Gobierno español y la Generalitat de Catalunya, que podrían haber cambiado el rumbo de la decisión final. Ambas administraciones ofrecieron a la compañía más de 70 millones entre préstamos y subvenciones, la congelación del alquiler de la fábrica y «mejoras fiscales» si asignaba un coche eléctrico a la Zona Franca.

Pero Nissan ni contestó a la propuesta de las instituciones. El silencio de la multinacional provocó que la consellera d’Empresa, Àngels Chacón, calificase su actitud de “desleal”. Por ello, pidió hablar directamente con la cúpula de la cotizada en Japón y saltarse a la dirección europea. Según explican fuentes inmersas en el proceso, no ha conseguido sortear la barrera.

La llegada del eléctrico hubiera supuesto un rayo de luz para una planta que acumula un proyecto fallido tras otro. En la instalación se asume que su diseño la hace inadecuada para un coche de masas, pero ninguno de los modelos adjudicados funcionó y, como avanzó Economía Digital, las furgonetas NV200 y la pick up Navara proyectaba pérdidas de más de 1.000 millones de euros a lo largo de su vida útil.

A las cifras habría que sumar el fracaso del Pulsar, que llegó a Barcelona con la promesa de que vendría acompañado de 1.000 nuevos empleos y se fue por la puerta de atrás. El vehículo no triunfó por sus elevados costes –muchas de las piezas procedían del Reino Unido— y no caló entre los consumidores que ahora mismo prefieren modelos como los SUV, lo que encarecía todavía más el producto por su baja demanda.

Las dudas sobre el futuro de Nissan Sunderland

A pesar del matchball salvado por Nissan Sunderland, su supervivencia no está asegurada. ​En una entrevista concedida a la BBC, la responsable de las operaciones en el país, Ashwani Gupta, avisó que la planta británica era «insostenible» si el Reino Unido no alcanzaba un acuerdo comercial con la Unión Europea tras el brexit.

La directiva aseguró que Nissan no podrá mantener la instalación si no hay un pacto que permita el libre acceso de tarifas a la UE. Aquí residen las claves de la negociación para salvar la factoría, que pasan también por acuerdos relativos al medio ambiente y al ámbito laboral y de seguridad. 

«Sabéis que nosotros somos el fabricante de automóviles número uno en Reino Unido y queremos seguir. Estamos comprometidos», afirmó Gupta. «Dicho esto, si no tenemos las actuales tarifas, no es nuestra intención porque el negocio no será sostenible. Eso es lo que todo el mundo tiene que entender», insistió.

Carles Huguet

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