Villar-Mir va sobrado para evitar la presión brutal de sus acreedores

Si los 600 millones que espera lograr por Torre Espacio no son suficientes para enjugar deudas, hay de dónde tirar. Sus participaciones en OHL, Abertis y Colonial valen 3.900 millones

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A Juan Miguel Villar-Mir, el presidente del grupo que lleva su nombre, y a su consejero delegado, Josep Piqué, se les están acumulando los problemas a todos los niveles. Deudas y más de deudas que, hasta hace nada, no suponían excesivos problemas para ser refinanciadas, pero que, ahora, están siendo objeto de una presión brutal, con la petición de mayores garantías o la venta de activos por parte de sus acreedores. Ya no se fían.

No obstante, hay de dónde tirar. Además de la venta de activos no estratégicos como Torre Espacio, las participaciones de las empresas de Villar-Mir en Colonial, la concesionaria Abertis y la propia OHL capitalizan en bolsa por encima de los 3.900 millones de euros.

Lo más curioso de esta situación es lo vertiginosa que está resultando. En junio de 2014 todo eran alegrías. La cotización bursátil de OHL –la principal referencia con la que Villar-Mir se apoya para lograr más apoyo financiero, junto al 19% de su participación en la concesionaria Abertis– alcanzaba sus máximos históricos por encima de los 34 euros por acción, con una revalorización del 180% en los años más duros de la crisis. Todo un aval.

Los fondos se olieron la tostada

Pero a la vuelta de las vacaciones del pasado verano, la cosa empezó a desmoronarse con la sorprendente apuesta de los fondos de inversión en posiciones cortas. Algo se olían para entrar en esta operativa de la manera tan acelerada como lo hicieron, para plantarse en el entorno de un 9% del capital de la constructora confiando en su caída para hacer caja.

Y lo están consiguiendo. Actualmente, OHL ya ha perdido con creces aquellos 34 euros por acción, y ha perdido la referencia de los 16 euros, capitalizando por unos 1.550 millones de euros.

Pérdida progresiva de cotización en la que el informe de la agencia Moody’s de finales de noviembre de 2014 resultó definitivo. La calificadora estadounidense no dejó títere con cabeza. Rebajaba el rating de OHL porque, a su juicio,  existen dudas fundadas de que a corto plazo fueran a entrar en caja los 2.600 millones de euros de adeudas comerciales pendientes de cobro.

México, más leña al fuego

Por si esto fuera poco, la pasada primavera la crisis de la filial OHL México vino a echar más al fuego, con sospechas fundadas de irregularidades sobre los contratos logrados en el país centroamericano. Desde que el pasado 6 de mayo comenzaron a publicarse grabaciones de conversaciones entre ejecutivos de la compañía, que apuntan a una aparente trama de irregularidades en negociaciones con funcionarios públicos mexicanos, las acciones de esta filial se han desplomado por encima del 30%.

Con este panorama, y con las caídas de cotización tanto de OHL, como de su filial mexicana, y también de Abertis, los acreedores han advertido de la activación de los ‘margin call’ –esas ‘líneas rojas’ que se incorporan a los acuerdos de refinanciación de deuda para cubrirse las espaldas–. Advertencias que llevan implícitas la aportación de más garantías o, directamente, la venta de activos estratégicos.

Adiós a la ‘joya de la corona’

En línea con esta segunda alternativa se enmarca la puesta en el mercado de Torre Espacio, una de las ‘joyas de la corona’ del Grupo Vilar Mir. El edificio de 57 plantas que costó 400 millones, de los que se adeudan más de la mitad del crédito que sirvió para construirlo.

Canadian Pension Plan Investment Board, principal prestamista de ese crédito de 220 millones, junto el fondo alemán Deka y Amancio Ortega, a través de Pontegadea, parten como favoritos para quedarse con la torre por un precio que estaría más cerca de los 600 que de los 500 millones. En ambos casos, por encima de los 440 millones de su valor contable.

Similitudes con FCC

La venta de Torre Espacio se asemeja a la operación por la que FCC, otro gigante de la construcción española, se deshizo, en diciembre de 2011, de Torre Picasso, uno de sus inmuebles emblemáticos. Entonces, los 400 millones pagados por el propio Amancio Ortega sirvieron a la empresa de Esther Koplowitz para aliviar su situación financiera. Aunque solo fuera de manera puntual. Cuatro años después, y ya sin el control de la empresa, cedido a Carlos Slim, FCC vuelve a estar en las mismas.

En el caso de Villar-Mir, de momento el control de OHL no parece peligrar, con ese 58,4% del capital que atesora, y se hará todo lo posible para que no baje del 50%. Además, a través de un contrato de derivados (equity swap), Espacio Activos Financieros posee otros 4,9 % de OHL.

Un porcentaje que se ha diluyendo poco a poco al ir ejecutando estas participaciones. RBS, Société Générale, Natixis y Banco Santander son las entidades entre las cuales la filial de Villar-Mir tiene repartidos esos 4,86 millones de acciones de OHL en derivados.

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