Cuota en la comunidad de vecinos: en qué se invierte el dinero

Los gastos de una comunidad de vecinos pueden ser ordinarios o extraordinarios, y algunos de estos últimos no tienen la obligación de ser pagado por todos

En la comunidad de vecinos se deciden los gastos para el mantenimiento del edificio. Foto Canvas

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Los gastos de comunidad se destinan para afrontar la larga lista de dispensas comunes que hay en un bloque de vivienda, y según la Ley de Propiedad Horizontal, tienen que ser asumidos por todos los propietarios de los inmuebles.

Para saber cuánto tiene que abonar cada dueño se determina una cuota de participación, cuyo monto depende de la superficie de la vivienda, su situación dentro del edificio y el emplazamiento interior y exterior, entre otros factores.

También tiene en cuenta el uso de ciertos elementos comunes. Por ejemplo, si un vecino renuncia a usar la piscina puede quedar exonerado de pago.

La cuota en la comunidad de vecinos

Es posible que la comunidad pueda decidir modificar los valores de la cuota, pero eso se tiene que decidir por unanimidad en la Junta de Propietarios, y luego inscribirse en el Registro de la Propiedad en una escritura pública para que sea válido.

Cada bloque de viviendas tiene una comunidad de vecinos que velan por su mantenimiento. Imagen: Pixabay.

Asimismo, como la cuota representa la parte que le corresponde al propietario del valor total del edificio, también establece el peso de su voto en los acuerdos de las juntas generales, donde se debate la contribución de cada uno en los gastos generales.

El monto de la cuota determina el peso de cada propietario en las votaciones de las juntas generales

Los gastos ordinarios

Hay dos tipos de gastos: los ordinarios, que son los que cubren el mantenimiento rutinario y general del inmueble, y los extraordinarios, que no están previstos en el presupuesto anual.

Entre los ordinarios están los de mantenimiento de servicios habituales, como los de limpieza, garaje o jardinería, y la conservación de la infraestructura como tejados, calderas o tuberías; así como la recogida de la basura.

También incluyen las obras que sean necesarias para garantizar la habitabilidad del edificio, como pueden ser las reparaciones al ascensor.

Y luego están los fondos de reserva, que no pueden ser menores al 10% del último presupuesto y que sirven para cubrir gastos imprevistos.

Todos estos gastos son de pago obligatorio del propietario, use o no los servicios.

Las comunidades de vecinos tienen que afrontar gastos ordinarios y extraordinarios. Foto Wikipedia

Los gastos extraordinarios

En cuanto a los extraordinarios, como no figuran en el presupuesto anual su aprobación se tiene que hacer en una junta especial, donde además del monto también se decide el sistema de pago de cada propiedad.

Varios gastos extraordinarios también pueden ser obligatorios, como aquellos que se destinan a la conservación del edificio.

Pero si su finalidad es para obras que no necesariamente son para la seguridad, accesibilidad o la conservación del bloque de viviendas (como puede ser la construcción de un salón de usos múltiples), y si su monto excede a tres mensualidades ordinarias de gastos comunes, aquel propietario que haya votado en contra no tendrá obligación de pagarlos (aunque indirectamente vaya a beneficiarse con la mejora).

Economía Digital

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp