Duro Felguera congela la paga extra de verano por falta «puntual» de liquidez y desata la inquietud entre sus trabajadores

Archivo – Empresa Duro Felguera

La ingeniería asturiana Duro Felguera atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente. La compañía ha comunicado a su plantilla el aplazamiento del pago de la paga extra de verano, que tradicionalmente se abonaba junto a la nómina de junio, debido a una “falta puntual de liquidez”. 

La empresa asegura que confía en resolver el problema en los próximos días y se compromete a abonar la paga extra no más tarde del 15 de julio.

Este retraso, aunque presentado como una situación coyuntural, se produce en un momento de extrema dificultad financiera para la compañía, que suma años de pérdidas, litigios internacionales, tensiones con los accionistas y la amenaza de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que podría afectar a casi la mitad de su plantilla.

Una crisis financiera prolongada

Duro Felguera cerró 2024 con unas pérdidas netas de 98,3 millones de euros, un 36% más que los 72,2 millones del ejercicio anterior. 

El deterioro de su balance es tal que el patrimonio neto de la empresa se encuentra en números rojos por más de 269 millones de euros. 

La situación ha obligado a la compañía a solicitar el preconcurso de acreedores en diciembre de 2024, con la esperanza de negociar una reestructuración que garantice su viabilidad y la conservación del mayor número de empleos.

Empleados de Duro Felguera protestan en Gijón en noviembre de 2020. EFE
Empleados de Duro Felguera protestan en Gijón en noviembre de 2020. EFE

El preconcurso, que inicialmente vencía en junio, ha sido prorrogado hasta el 31 de julio de 2025, concediendo a la empresa un margen adicional para cerrar acuerdos clave con acreedores y buscar soluciones de futuro. 

Como parte de este proceso, el juzgado ha nombrado a un experto en reestructuración que deberá diseñar un plan para las diez sociedades del grupo.

Negociaciones con la SEPI y los accionistas

Uno de los elementos centrales para la supervivencia de Duro Felguera es el acuerdo alcanzado con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para la reestructuración de la deuda

El Estado, a través de la SEPI, prestó 120 millones de euros a la compañía durante la pandemia, y ahora se baraja la posibilidad de convertir buena parte de ese préstamo en acciones, lo que daría al Estado la mayoría del capital y aliviaría la presión financiera.

Sin embargo, la operación sigue pendiente de aprobación y está siendo analizada por el Ministerio de Hacienda, que evalúa las garantías jurídicas y económicas antes de dar el visto bueno definitivo

Mientras tanto, los socios mayoritarios, las mexicanas Prodi y Mota-Engil México, han mostrado su disposición a aportar más capital solo si el Estado materializa primero la conversión de deuda en acciones.

Tensión con los accionistas minoritarios y ERE en marcha

La situación financiera y la gestión de la compañía han generado un profundo malestar entre los accionistas minoritarios, agrupados en la Sindicatura de Accionistas Minoritarios (SAM). 

Este colectivo ha anunciado que votará en contra de todos los acuerdos propuestos en la junta general ordinaria del 27 de junio, denunciando promesas incumplidas, falta de transparencia y exclusión de la gestión social.

Paralelamente, Duro Felguera ha comunicado la apertura de un ERE que podría afectar a hasta 699 empleados, aproximadamente la mitad de la plantilla del grupo. 

El ajuste afectará a varias filiales y centros de trabajo en Asturias, Madrid, Cartagena, Huelva, Tarragona y Las Palmas, entre otros. La afectación concreta se determinará durante la negociación, que arranca la semana del 7 de julio y se prolongará durante un mes. 

El comité de empresa reclama un plan de viabilidad que garantice el futuro de la compañía y el mayor mantenimiento posible del empleo.

Duro Felguera, fundada en 1858 y símbolo de la industria asturiana, enfrenta ahora una de las pruebas más duras de su existencia. El retraso en la paga extra es solo el síntoma más visible de una crisis que amenaza la continuidad de la compañía y el empleo de más de 1.500 trabajadores. El desenlace dependerá de la capacidad de la empresa para cerrar acuerdos con la SEPI, los acreedores y los accionistas, así como de la resolución de los litigios internacionales y la gestión del ERE.

El sector industrial asturiano y la economía regional siguen con atención la evolución de Duro Felguera, cuya supervivencia se ha convertido en un asunto de interés estratégico para el Principado y para el Gobierno central.

Historias como esta, en su bandeja de entrada cada mañana.

O apúntese a nuestro  canal de Whatsapp

Deja una respuesta