España eleva (más) la tensión con Argelia: negocia vender gas a Marruecos

La relación entre España y Argelia vive un momento tenso, a raíz de los movimientos en Marruecos, y el problema está en las alianzas energéticas

Argelia

Pedro Sánchez. EFE

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El Gobierno español ha tensado la relación con Argelia, uno de los principales suministradores de gas a nuestro país, a raíz del entendimiento con Marruecos sobre la soberanía en el Sáhara. Una situación que ha provocado la reacción airada del gobierno argelino, que también tiene intereses en la zona. Por si fuera poco esta situación, el Ejecutivo de Pedro Sánchez maniobra junto a Rabat para suministrar gas a través del gasoducto del Magreb, algo que sus vecinos tampoco verán con buena cara.

El asunto trascendió de manera pública hace unas semanas cuando la ministra para la Transición Ecológica de Marruecos, Leila Belani, aseguró de forma pública que su gobierno estaba negociando con España el acceso a gas natural licuado (GNL) desde regasificadoras, y que llegaría por el gasoducto del Magreb, que actualmente se encuentra cerrado, después de que Argelia lo cerrase por un conflicto diplomático con Marruecos.

La cuestión es que Marruecos todavía no tiene regasificadoras propias y, por lo tanto, necesita que España le preste las suyas para traer GNL y, posteriormente, enchufarlo a la red y llevarlo hasta Marruecos. Esa situación será mirada con recelo desde Argelia, porque en su momento -cuando cerraron el gasoducto- ya advirtió a España de que no quería ver ni un solo átomo de gas surgido en su país, y que terminase en suelo marroquí.

En principio eso no sucederá, puesto que el encargado de gestionar su propio GNL será Marruecos, que conseguirá metaneros que le traigan este tecnología en estado líquido hasta los puertos españolas. No obstante, esta situación todavía está a falta de un último escollo, pero el más importante: que Madrid y Rabat sellen el acuerdo definitivo para la utilización de los slots españoles para atracar los metaneros y, más tarde, usar el gasoducto del magreb en sentido inverso y llevar el gas a Marruecos.

¿Y qué gana España con esto?

El principal beneficiado de esta situación es Marruecos. España, de hecho, solo puede terminar de enquistar su problema con Argelia. No obstante, fuentes del sector aseguran a ECONOMÍA DIGITAL que si el Gobierno hace esto es porque Rabat le debería un gran favor, algo que en los juegos geopolíticos termina pagándose.

En mitad del polvorín montado, ha tenido que ser la propia vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, la que haya salido a aclarar que la relación con Argelia, y por lo tanto con su gas, se mantiene sin problema. Considera que este país es un socio «muy importante» y ha asegurado que el país va a seguir proporcionando a España estabilidad en el suministro del gas, pese a que el Gobierno argelino haya expresado su «sorpresa» por el apoyo del Ejecutivo español al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental.

«Estamos trabajando constantemente en un diálogo permanente con nuestros vecinos argelinos, con el objetivo de seguir manteniendo una relación positiva que garantice el suministro de gas», ha afirmado la vicepresidenta.», ha remarcado la vicepresidenta tras la Conferencia Sectorial con las comunidades que ha tratado el ‘Plan de Respuesta’ al impacto económico de la guerra en Ucrania.

Calviño ha vuelto a incidir en que España está menos expuesta a este conflicto que otros países europeos porque no depende del gas ruso, sino que cuenta con un suministro energético «diversificado» y con un peso importante de las energías renovables. Pese a esto, la titular económica del Gobierno ha querido lanzar un mensaje de «tranquilidad y confianza». «Estamos trabajando intensamente con todos nuestros socios del norte de África para garantizar los suministros de gas», ha enfatizado.

Ante las críticas de Unidas Podemos, Calviño ha defendido que la política exterior es competencia del presidente y es él quien determina cuál tiene que ser la orientación de «todo el Gobierno». No obstante, la vicepresidenta ha asegurado que será el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quien comparezca públicamente para detallar las relaciones de España con el norte de África.

La vicepresidenta ha defendido así que las relaciones exteriores, como ha sucedido con Marruecos, se desarrollan de forma constante con una «enorme seriedad, intensidad y discreción» y ha destacado que las instituciones europeas hayan valorado positivamente este acuerdo.

Raúl Masa

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