El presidente de EE.UU., Joe Biden. EFE/EPA/JIM LO SCALZO

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Las campanas de recesión ya son una realidad en Estados Unidos. Las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania y la elevada inflación se aprecian en los datos del PIB de la primera economía del mundo: se ha contraído un 0,2% entre mayo y junio y encadena así dos trimestres de caídas, según los datos publicados este jueves por la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER).

La NBER determina que si el país disminuye su producto interior bruto más de dos trimestres entra en recesión. Esta es la teoría y un comité de ocho economistas de este organismo han determinado que así está ocurriendo. Sin embargo, el Gobierno de Joe Biden no está de acuerdo con este diagnóstico, según ha adelantado la prensa estadounidense.

La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha señalado recientemente en una entrevista en la NBC que dos trimestres de bajadas no implican una recesión.“Si estás creando casi 400.000 empleos al mes no se puede considerar que se ha entrado en recesión”, ha indicado. La Casa Blanca evita a toda costa la palabra recesión. «Una recesión es una debilidad de base amplia en la economía. No estamos viendo eso ahora», ha insistido Yellen.

Por lo tanto, los economistas se dividen entre los que creen que Estados Unidos ya está en recesión y los que creen que los datos no lo reflejan así y hay que tener en cuenta otras variantes como la creación de empleo, el gasto de los consumidores o la calidad crediticia, que según el Ejecutivo es positiva. Cabe destacar que las elecciones las elecciones al Senado serán en noviembre, por lo que al Gobierno de Biden no le interesa llegar después del verano con problemas financieros.

Este miércoles en declaraciones a Efe, Jared Bernstein, uno de los asesores económicos del presidente estadounidense insistió en defender que la recesión es un concepto que tiene en cuenta muchos factores. «La idea de recesión está definida por los economistas como una bajada de la actividad económica amplía y persistente. No es necesariamente dos trimestres de bajada del PIB, especialmente si esas bajadas son leves», aseveró Bernstein, quien, sin embargo, dijo no querer pintar una «imagen demasiado amable» de la situación.

Pero ya va tarde. Una encuesta reciente elaborada por Morning Consult revela que un 65% de los encuestados considera que su país ya ha entrado en recesión. En cualquier caso, lo que sí queda en evidencia es que la recuperación está siendo lenta, tanto por los precios disparados como por el aumento de las tipos de interés.

Y es que el dato del PIB se ha conocido un día después de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos subiera en 0,75 puntos el tipo de interés oficial por segundo mes consecutivo y no descartara otro aumento «inusualmente alto» en septiembre, si la inflación continúa al alza.

¿Qué indica que un país haya entrado en recesión?

Según explica el NBER, la definición de recesión es la siguiente: «Una disminución significativa en la actividad económica que se extiende por toda la economía y que dura más de unos pocos meses». En el cálculo se debe incluir también la situación del mercado laboral, y en el caso estadounidense está mostrando signos de solidez. Los datos de junio indican que la tasa de paro se mantuvo estable en el 3,6%, un porcentaje que se acerca a los mínimos que alcanzó antes de que estallara la pandemia de coronavirus.

Por otro lado, y en la línea opuesta, este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó sus previsiones y calculó que la economía estadounidense crecerá un 2,3 % este año y el 1 % el que viene. Estas estimaciones disminuyen en 1,4 y 1,3 puntos, respectivamente, las de abril, pero se alejan de la recesión.

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