Garamendi inicia la desactivación de Cepyme en CEOE

Garamendi relega al presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, como número dos de CEOE tras crear una vicepresidencia primera, y abona los planes para suprimir Cepyme como la representante de las pymes en España

De izquierda a derecha, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva; de la CEOE, Antonio Garamendi; y de ATA , Lorenzo Amor, tras la firma de incorporación de esta federación de autónomos en la gran patronal española en enero pasado. /EFE/Emilio Naranjo

De izquierda a derecha, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva; de la CEOE, Antonio Garamendi; y de ATA , Lorenzo Amor, tras la firma de incorporación de esta federación de autónomos en la gran patronal española en enero pasado. /EFE/Emilio Naranjo

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Con los nombramientos en la nueva Junta Directiva de CEOE, un capítulo se cierra y otro se abre. Se cierra el conflicto que mantenían el reelegido presidente de la patronal, Antonio Garamendi, y la territorial catalana Foment del Treball, en manos de Josep Sánchez-Llibre, tras un acuerdo del que ambas partes dicen estar muy satisfechos. El capítulo que se abre, y que protagonizará buena parte del segundo mandato del dirigente vasco, son los planes para desactivar, si no desintegrar, la filial de pymes, Cepyme dentro de la organización.

La nueva composición de la cúpula de la CEOE anunciada este miércoles por Garamendi arroja las primeras señales. El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, era el vicepresidente de mayor rango, al ser el único vicepresidente nato, según los estatutos, en representación de la patronal de las pequeñas y medianas empresas. De facto, el número ‘dos’ de la patronal española. Pero Garamendi crea ahora la figura de vicepresidente primero, que recae en Miguel Garrido de la Cierva, presidente de CEIM, la territorial madrileña. Esto supone priorizar a Garrido sobre Cuerva en actos de representación, por ejemplo, cuando el presidente no pueda asistir.

Garamendi y los equilibrios de poder en CEOE

Además, no pasó desapercibido el redactado del comunicado de la Junta Directiva de CEOE sobre los nuevos nombramientos. Tras destacar la incorporación de dos vicepresidentas, como Alejandra Kindelán (muestra del incremento de poder de Ana Botín de Banco Santander) y María Helena Antolín, y subrayarse el ‘ascenso’ de Miguel Garrido, se empiezan a nombrar los vicepresidentes que continúan en sus puestos. El primero en aparecer es Lorenzo Amor (ATA), muy cercano a Garamendi. Y ya luego, se menciona a Gerardo Cuerva. Una rebaja importante tratándose del hasta ahora segundo al mando en la patronal.

Este el primer indicador de una corriente de opinión creciente en CEOE y en los círculos de Garamendi, según ha contrastado de distintas fuentes ECONOMÍA DIGITAL, que apuntan la posibilidad en este segundo mandato de suprimir Cepyme como una organización sectorial dentro de CEOE con rango de patronal y voz propia, y que pase a ser algo parecido a una dirección general, área ejecutiva o incluso un centro de estudios. Lo cierto es que Cepyme depende económicamente de CEOE porque no tiene afiliados propios que abonen cuotas.

A esto se añade que la relación entre Garamendi y Cuerva no ha sido la mejor de las mejores en los últimos meses. Aunque el presidente de Cepyme apoyó tenuemente a Garamendi para la reelección de la patronal, fue una de las voces más críticas cuando el dirigente pactó unilateralmente con el Gobierno la reforma laboral. También fueron críticos Sánchez Llibre (Foment) y Miguel Garrido, aunque éste último optó por ‘reconducir’ su relación con Garamendi hasta el punto de escalar ahora al virreinato de la patronal.

El antecedente catalán de Foment y Fepyme

Las mismas fuentes que defienden y apuntan a la disolución de Cepyme en CEOE ponen como ejemplo el caso catalán, donde ha ocurrido un proceso similar. Foment del Treball acaba de cerrar el proceso este verano por el cual se elimina Fepyme, la patronal catalana de pymes y se integra en Foment. Esta integración venía forzada por una crisis de representatividad en Cataluña, donde otra organización de pymes, Pimec, presidida por Antoni Cañete, había requerido judicialmente su derecho a representación patronal (para el diálogo social con la administración, por ejemplo). Foment terminó aceptando su presencia, cediendo el 47% de la representatividad en Cataluña y disolviendo Fepyme.

Y Garamendi tiene muy presente esta jugada. No en vano, el dirigente vasco considera que él representa ya, a través de la presidencia de CEOE, a todas las empresas en España, sean grandes, medianas o pequeñas, y que no hay necesidad de más voces.

Desafío de representatividad en España

Porque el mismo conflicto de representatividad se está abriendo en España. La organización Conpymes, promovida por Pimec, lucha ahora por su cuota de representatividad en el Diálogo Social en España. Y no lo hace sola. Esta organización, presentada en Madrid en su día por Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y cercana a la vicepresidenta Yolanda Díaz, cuenta con el apoyo de varios partidos políticos en su ofensiva en Madrid.

Una muestra son los últimos Presupuestos Generales del Estado, que estuvieron a punto de incorporar una enmienda de ERC para promover una mayor representatividad de organizaciones de pymes en el Diálogo Social, relajando las exigencias de representación y obligando a la incorporación de más organizaciones.

La enmienda presentada por el grupo de Gabriel Rufián no ha prosperado aún, pero es una muestra de la cercanía y colaboración de ERC con la propia Pimec. El número dos de Antoni Cañete en Pimec es Josep Ginesta, secretario general de Trabajo en la Generalitat por ERC, hasta que fue cesado en 2020 tras el fracaso de la puesta en marcha de un paquete de ayudas a autónomos. Se incorporó a Pimec semanas después y ahora ha sido ascendido a secretario general.

La amenaza de Garamendi

La entrada de nuevas organizaciones en las mesas de representación con la administración están sobre la mesa en Baleares, Comunidad Valenciana y ahora en España. Desde Conpymes apuntan que su aceptación en España sucederá en los próximos meses y es, al parecer, una operación que Yolanda Díaz querría dejar cerrada antes de que termine la legislatura en 2023. Antonio Garamendi ha mantenido hasta la fecha una pasividad total a la hora de cerrar el paso a la nueva organización, un posicionamiento que iría en la dirección de replicar sin mucho estruendo y a escala nacional la operación en Cataluña.

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