La patronal de las telecos tacha de «excesivo» la exigencia del catalán en la atención al cliente
Lejos de mejorar el servicio podría incluso "generar efectos contraproducentes"

La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, interviene durante una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, a 17 de septiembre de 2025, en Madrid (España). El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, responde hoy en la sesión de control del Congreso a dos preguntas centradas en la estabilidad y situación política de su Ejecutivo, después de que la Cámara tumbara la semana pasada la ley para la reducción a 37,5 horas de la jornada laboral. La sesión de control incluye también preguntas sobre el acuerdo comercial con EEUU y los Presupuestos de 2026, entre otros temas. Eduardo Parra / Europa Press 17 SEPTIEMBRE 2025;SANCHEZ;CONGRESO;ESTABILIDAD;GOBIENO 17/9/2025
La patronal de las telecos DigitalES ha remitido un comunicado en el que apoya las mejoras propuestas en el Proyecto de Ley de Servicios de Atención al Cliente, pero ven excesivas algunas enmiendas, en particular, la inclusión del catalán en el servicio de forma obligatoria.
Consideran que lejos de mejorar el servicio podría incluso «generar efectos contraproducentes» y afirman, que «las empresas ya garantizan los derechos lingüísticos de los ciudadanos a través de distintos canales de atención, sin que sea necesario formar a la totalidad del personal en todas las lenguas cooficiales».
Desde la patronal entienden que se trata de una medida desproporcionada; «especialmente en sectores con alta rotación y en regiones donde no existe suficiente disponibilidad de profesionales con ese perfil»
Empresarios se plantan con el catalán
La Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM) ha censurado la propuesta que ha pactado Junts y el Gobierno de España para que empresas de más de 250 trabajadores presten atención al cliente en catalán al considerar que «atenta contra la libertad empresarial».
En concreto, Junts ha anunciado este martes que ha pactado con el Ejecutivo central una reforma legal para que los servicios de atención al cliente tengan que ofrecer la posibilidad de hablar en catalán a los consumidores que hayan adquirido sus servicios en Cataluña, con independencia de que la sede de la empresa esté o no en esa comunidad autónoma.
«Los empresarios de Madrid exigimos al Gobierno respeto a la libertad de empresa, en una economía regida por el intercambio y los precios en condiciones de igualdad, y dejar de lado las imposiciones, que tanto dañan la competitividad empresarial. Es inaceptable que se introduzca la política en las iniciativas empresariales. Debe respetarse el margen de autonomía de dirección para el empresario, característica inherente a cualquier empresa privada, sino estaríamos hablando de una empresa pública», ha subrayado en un comunicado.
Desde la patronal madrileña han recalcado que las empresas que operan o mantienen relaciones comerciales con Cataluña ya ofrecen de forma mayoritaria esta posibilidad a sus clientes y proveedores, fruto de su propia estrategia empresarial y de negocio, «sin necesidad de imposiciones».
Precisamente, a este respecto, los empresarios han criticado que la medida no se haya debatido con las propias empresas, que son las afectadas directamente y han censurado que «se toman las decisiones en el ámbito político y se aplican al privado sin medir las consecuencias».
«Pese a que la medida puede ser comprensible desde una perspectiva nacionalista (Junts), sorprende que el Gobierno, que debería velar por el interés general, acepte intervenir en la libertad de empresa e imponga esta medida a empresas radicadas fuera de Cataluña. Obedece solamente a un acuerdo político ajeno al interés general, que implica contentar a los nacionalistas y seguir en el poder», remarcan los empresarios de Madrid», han acusado desde CEIM.
En un contexto marcado por «un incremento de la presión fiscal y de los costes sociales sobre las empresas», han alertado de que esta obligación supondría que las empresas de los sectores básicos de interés general «tuvieran que implementar un servicio de atención al cliente en catalán con el sobrecoste que ello implicaría y la merma de la productividad, que parece ser la última preocupación del Gobierno».
«Lejos de velar por el interés general, el Ejecutivo está aceptando intervenir en la libertad de empresa solo por contentar a los nacionalistas y seguir en el poder. Es intolerable introducir obligaciones, burocracia, costes y disfunciones por razones meramente políticas», han zanjado.