Esta es la pensión de casi 7.000 para jubilados que no hayan cotizado

Hay que cotizar por lo menos 15 años a la Seguridad Social para poder recibir una pensión contributiva, pero es posible que por diferentes motivos un trabajador no haya podido llegar a ese período mínimo en su vida laboral.

Para que estas personas tengan algún tipo de respaldo económico cuando ya no pueden trabajar hay otro tipo de prestación, la pensión no contributiva.

Qué son las pensiones no contributivas

Esta se destina a las personas que no han cotizado el tiempo suficiente o que jamás han podido aportar a la Seguridad Social.

Estas pensiones son gestionadas por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), donde además de demostrar que no se ha cotizado lo suficiente hay que presentar otros requisitos.

Las pensiones no contributivas se destina a trabajadores que no han podido aportar un mínimo de 15 años

Uno de ellos es tener al menos 65 años, haber residido de manera legal en España por 10 años o más, y demostrar rentas anuales inferiores a los 5.899,60 euros.

Qué pasa si se convive con otras personas

Si se pertenece a una unidad familiar el Imserso toma en cuenta los ingresos de todo el grupo antes de conceder la pensión.

Si vive con un cónyuge o con parientes de segundo grado, los ingresos totales tienen que ser inferiores a 11.533,72 euros (si son dos convivientes) hasta 21.032,08 euros (si son cuatro).

Ahora bien, si los convivientes son padres o hijos, el límite marcado por el Imserso oscila entre los 28.834,30 y los 52.580,20 euros (depende si son dos o más personas en la unidad familiar).

El aumento para 2023

Para este año el Gobierno aprobó un aumento del 15% para las pensiones no contributivas, así como las de invalidez.

Esto representa una cuantía de 484,61 euros mensuales, que se percibe en 14 pagas; o sea, un total de 6,784,54 euros anuales.

Pero si se convive con dos beneficiarios, el aumento se reduce a 411,92 euros y si son tres o más desciende a los 387,69 euros mensuales.