El sector nuclear reclama un mix más equilibrado para garantizar autonomía, estabilidad y competitividad
Expertos del sector nuclear, la consultoría y la industria alertan de que cerrar las centrales sin alternativas firmes compromete la soberanía energética, la descarbonización y la competitividad de España
De I a D: Juan Antonio Labat, director general de FEIQUE; Laureano Álvarez, socio de Deloitte España; Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear; y Juan García, CEO de Economía Digital. Foto: Economía Digital
En un momento de incertidumbre energética en España tras el apagón, el debate sobre el futuro del mix energético ha vuelto al primer plano. El foro ‘La energía nuclear, a debate‘, organizado por Economía Digital en Madrid el pasado lunes, reunió a representantes del sector nuclear, la consultoría estratégica y la industria química para debatir sobre los retos que enfrenta el país en términos de soberanía energética.
Bajo el título «Soberanía energética, autonomía estratégica y competitividad de la industria en España«, intervinieron Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear; Laureano Álvarez, socio de Deloitte España; y Juan Antonio Labat, director general de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE); y fue moderado por Juan García, CEO de Economía Digital.
La conclusión fue unánime: España necesita revisar de forma urgente su estrategia energética, y no puede permitirse prescindir de una fuente como la energía nuclear que, según defendieron, cumple con todos los requisitos clave para un sistema energético sólido: bajas emisiones, capacidad firme de generación, estabilidad en la red y competitividad de costes.
Los ponentes coincidieron en que el contexto geopolítico actual, marcado por la guerra en Ucrania y la crisis energética que generó en Europa, obligó a los países del entorno a replantear sus políticas energéticas.
Francia, Finlandia, Países Bajos o incluso Polonia optaron por extender la vida útil de sus centrales o construir nuevas, mientras que España se mantiene firme en su calendario de cierre, sin haber desplegado aún alternativas tecnológicas que aseguren el mismo nivel de fiabilidad y autonomía.
Ignacio Araluce, de Foro Nuclear, lamentó que España sea «el único en Europa que no apuesta por la nuclear» en un momento en que todos los indicadores apuntan a su necesidad.
También señaló que la lucha contra el cambio climático fue el punto de partida del debate energético, y que, sin embargo, se está dejando de lado una fuente que no emite CO₂ y que aporta estabilidad al sistema. «Queremos autonomía energética, precios competitivos, emisiones reducidas y seguridad de suministro. Curiosamente, la energía nuclear cumple con todo eso», afirmó.
Araluce también puso el foco en el trato fiscal que reciben las centrales nucleares, asegurando que están «acribilladas a impuestos» y que, a pesar de financiar completamente la gestión de sus residuos radiactivos, no reciben el mismo trato que otras tecnologías.
«No pedimos subvenciones, pedimos un trato igualitario», reclamó. Además, recordó que España tiene reservas de uranio, pero que actualmente su extracción está prohibida, lo que agrava aún más la dependencia del exterior.
Desde Deloitte, Laureano Álvarez subrayó que la invasión rusa de Ucrania ha alterado profundamente el orden energético internacional, obligando a revisar decisiones tomadas en otro contexto.
En ese sentido, cuestionó que el cierre progresivo de las nucleares españolas siga teniendo sentido si las condiciones técnicas y de desarrollo de las renovables no han alcanzado todavía el nivel necesario para garantizar el suministro. «La realidad es que la nuclear es una tecnología madura, disponible, y con una generación constante de electricidad sin grandes emisiones», argumentó.
Por su parte, Juan Antonio Labat, de FEIQUE, ofreció la visión de la industria, que se enfrenta a un escenario de costes energéticos elevados y una creciente exposición a factores externos.
En particular, alertó sobre la situación en Cataluña, donde se concentra el 40% de la industria química nacional. «Se consume muchísima energía y la industria está alarmada. Las renovables no se han desarrollado al ritmo necesario y estamos empezando a depender cada vez más del exterior. Eso nos hace vulnerables», apuntó.
Solo se cumple con el cierre de las nucleares
El debate también abordó la composición actual del mix energético en España. Aunque los ponentes reconocieron que el país ha logrado ciertos avances, advirtieron que el sistema sigue dependiendo del gas natural en momentos clave, lo que genera volatilidad en precios y mayores emisiones.
La expansión del ciclo combinado, en lugar de consolidar un sistema descarbonizado, refleja, según señalaron, una falta de planificación.
Una de las grandes críticas compartidas fue que lo único que se está cumpliendo de los planes energéticos actuales es el cierre escalonado de las centrales nucleares, mientras que los desarrollos tecnológicos que debían reemplazarlas aún no se han materializado.
Este desfase pone en cuestión, según los expertos, la viabilidad de seguir adelante con la clausura del parque nuclear sin alternativas sólidas.
El mensaje final fue claro: España debe diseñar un mix energético diversificado, sin prejuicios ideológicos y con criterios técnicos y estratégicos. En ese modelo, defendieron, la energía nuclear tiene un papel que cumplir. Excluirla de antemano, han concluido, puede ser un lujo que el país no se puede permitir.