La subida de tipos aumentará en 20.000 millones la carga de intereses de la deuda hasta 2025

El endurecimiento de la política monetaria elevará la factura de intereses de la deuda de España en 20.000 millones de euros en los próximos cuatro años

MADRID, 02/03/2022.-La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, durante la rueda de prensa tras la la reunión de ministros de economía y finanzas europeos, en la que se han tratado las sanciones económicas y financieras a Rusia, este miércoles en el ministerio de asuntos economicos y transformacion digital en Madrid.- EFE/Rodrigo Jiménez

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El endurecimiento de la política monetaria ha empeorado las condiciones de financiación y el cada vez más próximo incremento de los tipos de interés de la deuda por parte del Banco Central Europeo (BCE) conllevará un importante coste para España: la carga financiera se elevará en 20.000 millones hasta 2025.

Esta es la estimación que realiza la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF) sobre el impacto que tendrá el significativo aumento de los tipos de interés de la deuda, que eleva en ese nivel el aumento de la carga financiera en su informe sobre el Programa de Estabilidad del Gobierno respecto al anterior.

Desde principios de año se observa un repunte de los tipos de interés soberanos de la eurozona y en las primas de riesgo periféricas, incluida la española, en un contexto en el que los mercados financieros han comenzado el año ajustándose al nuevo escenario de elevada inflación y subidas de tipos de interés favoreciendo una corrección en la renta variable y un ascenso de la rentabilidad en todos los tramos de la deuda soberana.

La Autoridad Fiscal señala que, en línea con la evolución registrada en el último año en las rentabilidades de los bonos soberanos, el escenario central de tipos de interés para el periodo 2022-2025 supondrá respecto a la anterior previsión un incremento de más de 100 puntos básicos para las nuevas emisiones, lo que implicará un incremento acumulado de la carga financiera de aproximadamente 20.000 millones de euros.

El gasto en intereses se contendrá en torno al 2% del PIB

Aun así, el gasto en intereses en porcentaje del PIB sigue contenido en torno al 2% para todo el periodo del Programa de Estabilidad (2022-2025), dadas las altas tasas de crecimiento esperadas del PIB nominal. El Gobierno recoge una senda de intereses que es ligeramente superior, en torno al 2,1%, del PIB, si bien AIReF señala que esta no parece estar alineada con los supuestos técnicos utilizados en la elaboración que situaban el tipo de interés de la deuda pública española a 10 años en el 0,8% en 2022 y en el 1,1% en 2025 (en la actualidad esta rentabilidad ha superado el 2%). 

La estimación del gasto en intereses recoge las expectativas de inflación y de normalización de la política monetaria que se han ido trasladando a las rentabilidades de la deuda soberana, impactando en las nuevas emisiones y en la cartera de bonos indexados. «La sensibilidad es muy elevada, dado un nivel de endeudamiento en máximos históricos que representa un 118,4% del PIB (en 2021)», avisa AIReF.

No obstante, matiza que la vida media de la deuda es igualmente muy elevada, lo que amortiguará el impacto, difiriendo 8 años la traslación completa de las subidas de tipos al tipo medio de la deuda.

En 2021, la vida media de la deuda pública española se situó por encima de los ocho años por primera vez, un registro que se debería estabilizar o que incluso podría aumentar ligeramente en 2022, según CaixaBank Research. El Tesoro ha aprovechado las favorables condiciones de financiación que prevalecen desde 2014 gracias a las políticas monetarias no convencionales del BCE para emitir en los tramos más largos de la curva a tipos muy bajos.

CaixaBank estima que en el escenario de normalización gradual de las condiciones financieras, la carga financiera de la deuda pública en porcentaje del PIB continuaría bajando hasta 2023 y se estabilizaría en 2024 por debajo del 2%. En el escenario estresado, la factura de intereses en porcentaje del PIB aumentaría de forma moderada y se situaría en torno al 2% en 2024, un nivel muy similar al de 2021 y por debajo claramente del 3% de 2012, cuando la deuda pública en porcentaje del PIB era mucho menor, aunque con una tendencia que dibujaría una pendiente elevada si se mantuviera en los años posteriores.

Alerta sobre el déficit y la deuda

El organismo encargado de fiscalizar las cuentas públicas ve factibles el escenario macroeconómico y fiscal pero avisa de «numerosas vulnerabilidades» y denuncia la ausencia de una estrategia fiscal por parte del Gobierno a medio plazo para reducir el déficit y la deuda, un plan reclamado tanto por la AIReF como por el Banco de España desde hace casi dos años.

La presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, alertó de que el déficit estructural se elevará seis décimas respecto al nivel prepandemia en el año 2025, hasta en torno al 4% del PIB, y no habrá apenas margen para reducir el déficit si no se adoptan medidas ya que el déficit se estabilizaría en torno al 3% en 2024 y 2025, conforme a las tasas de referencia comunicadas por el Gobierno a Bruselas, que AIReF ve «poco exigentes» ante las posibilidades, tras haberse reducido el déficit 1,5 puntos en 2021, hasta el 6,9%.

Este estancamiento en la reducción del déficit conllevará , si no se aumentan ingresos o disminuyen gastos, un freno en la disminución de la deuda pública y la vuelta a la senda ascendente desde 2025, cuando todavía permanecerá en un nivel elevado del 108,8% del PIB para ese año, de forma que podría llegar a alcanzar el 140% del PIB en el año 2040. Herrero ha avisado de nuevo de la posición «muy vulnerable» de España ante el probable endurecimiento de las condiciones monetarias.

El escenario de déficit público que estima AIReF se sitúa por debajo de lo que calcula el Gobierno en todos los ejercicios salvo en 2025, ya que el organismo estima que este año el desajuste será del 4,2% del PIB, bajará al 3,3% en 2023 y se estancará en el 3% en 2024 y 2025 , mientras que el Gobierno calculaba en el Programa de Estabilidad un 5% del PIB este año, 3,9% en 2023, 3,3% en 2024 y 2,9% en 2025).

En este sentido, avisa de un riesgo adicional por evolución positiva de ingresos por encima de lo presupuestado y un «margen ficticio» porque los niveles de déficit y deuda siguen situando a España en una posición vulnerable. Y es que la reducción del déficit se produce a lo largo del periodo gracias al crecimiento del PIB nominal no por un ajuste.

Mejora de ingresos públicos con aumento del gasto por encima del 41% del PIB

La AIReF, que constata una política expansiva este año, prácticamente neutral en 2023 y 2024 para comenzar la consolidación en 2024, apunta a una mejora estructural de los ingresos públicos, pero en paralelo se produce un incremento mayor del gasto público.

Con todo, se producirá una mejora estructural de los ingresos públicos aunque también un repunte mayor del gasto público, ya que los recursos se consolidarán por encima del 41% (42,2% este año, 42,3% en 2023, 41,7% en 2024 y 41,3% en 2025), gracias al aumento de las bases imponibles por la inflación, el empleo y el afloramiento de la economía sumergida., lo que impulsa la mayor recaudación tributaria sin necesidad de subir impuestos. Se logrará un récord recaudatorio con un alza del 6,8%, según AIReF, por debajo del repunte del 7,4% que prevé el Gobierno.

Por el lado de los gastos, también se consolidará también por encima del 41% del PIB, aunque bajará paulatinamente (del 42% de este año al 41,8%, 41,4% y 41,3% los tres siguientes ejercicios). El gasto se reduce este año por la reducción de las medidas Covid y el año que viene por el fin de las medidas de la crisis energética, pero el gasto en pensiones se elevará un 8,8% el año que viene al ligarse al IPC y por encima del 4% los dos siguientes ejercicios.

Ante esta estimación de ingresos y gastos, AIReF reclama destinar los ingresos que se materialicen por encima de lo previsto y aquellos de carácter temporal a acelerar la necesaria reducción del déficit estructural y evitar incrementos de gasto o reducciones de ingresos con carácter estructural que no cuenten con una financiación también estructural.

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