Cara y cruz del auge del turismo: el efecto champán persiste, pero la inflación obliga a recortar gastos

Los españoles reducirán la duración de sus viajes y minimizarán el dinero destinado al ocio y la cultura para ahorrar durante las vacaciones

Turistas por la Plaza Mayor de Madrid. EFE/J.J. Guillén

Turistas por la Plaza Mayor de Madrid. EFE/J.J. Guillén

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A las puertas de las vacaciones de verano, todo apunta a que el 2023 será un año de récord para el sector turístico. La persistencia del efecto champán tras dos años de restricciones permanentes a nivel global hace prever a aerolíneas, hoteleras y hasta al ministerio de Turismo una temporada de ocupación y reservas históricas. Sin embargo, el sector no es ajeno a los efectos de la inflación y es que, aunque las ganas de viajar no cesan, los turistas se van a apretar el cinturón y gastaran menos en sus vacaciones.

Según un informe elaborado por la consultora Kantar, los españoles esperan viajar un 10% más este 2023, en un incremento que alcanza un 25% en los viajes internacionales. En el caso de los destinos fuera de Europa, los desplazamientos crecerán en un 35%, después de la eliminación de todas las restricciones sanitarias, como los tests o el pasaporte Covid, lo que da pie aventurarse a visitar rumbos foráneos.

No obstante, uno de cada tres españoles considera que la coyuntura actual, marcada por el incremento de precios y la subida de los tipos de interés, va a influenciar sus vacaciones. La consultora especializada en consumo ha detectado una serie de estrategias mediante las cuales estos ciudadanos no renunciarán a sus viajes, pero podrán gastar menos dinero, entre las que se encuentran la reducción del número de días de viaje o la minimización del dinero destinado al ocio y la gastronomía.

En este sentido, las agencias de viajes también han notado estos cambios de tendencia. Durante la reciente presentación de resultados de la compañía, el CFO de Edrems, David Elízaga, ya apuntó que el interés por viajar sigue en el alza, pero que los turistas valoran mucho más a que destinan el dinero.

Menos gasto medio

Aparte de la disminución de los días de vacaciones, el directivo de la agencia catalana aseguró que muchos turistas se decantan por viajar a destinos más cercanos, sea porque los vuelos son más baratos o porque se pueden llegar con otros medios más económicos, como el coche. Otra opción es adaptar el tipo de viaje para que tenga un gasto medio más bajo, escogiendo alojarse, por ejemplo, en hoteles de menor categoría. “Antes del covid, el gasto medio era de 450 euros por persona, ahora es de 380 euros”, dijo.

Como es de esperar, el impacto de la inflación en la organización de un viaje afecta más a los jóvenes, por la menor renta disponible y por su menor poder adquisitivo. Según Kantar, las personas pertenecientes a la generación Z que viajaran este año bajan en casi dos puntos porcentuales respecto al año 2022. La tasa de paro puede alcanzar el 30% entre este colectivo, otro factor que incide en su capacidad de gastar dinero en viajes.

La intención de viajar este año es mayor entre los baby boomers o la generación X, cuyos ingresos son más estables y, además, es un segmento de la población que fue más reticente a viajar durante la pandemia, por lo que se encuentran con muchos viajes postergados. Según Kantar, los baby boomers viajarán un 14,7% mes con respecto al año pasado, mientras que la X y los milenials lo harán en un 10% más.

Los billetes de avión todavía no han alcanzado los niveles del año 2019, pero llevan meses consecutivos de subidas de precio, sobre todo en el caso de los vuelos de corto radio por el incremento de la demanda y del precio del combustible. Por su parte, el índice de precios hoteleros se ha situado en un 10% en los primeros tres meses del año, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), comparando con un 2022 con unas tarifas de por sí muy elevadas.

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