Yolanda Díaz da por hecha la reforma del desempleo pese a las críticas de Calviño, patronal y sindicatos

La ministra de Trabajo ha propuesto un modelo para ampliar cuantías y colectivos que pueden pedir el subsidio al desempleo, pero que no ha gustado en Economía

Las vicepresidentas María Jesús Montero, Yolanda Díaz y Nadia Calviño. EFE/Mariscal

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La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha dado por ganada la primera batalla en el nuevo Gobierno de coalición, la del subsidio al desempleo, a pesar de no gustar en el Ministerio de Economía que dirige Nadia Calviño y de no convencer ni a empresarios ni a sindicatos.

En conversaciones informales con la prensa durante la celebración del 45 aniversario de la Constitución en el Congreso, la líder de Sumar dio por hecha la reforma con su modelo, el que se trasladó a la Mesa del Diálogo Social esta semana. De hecho, Díaz sostuvo que tenía el compromiso del presidente para sacar adelante la modificación.

La propuesta de Yolanda Díaz para reformar el subsidio por desempleo, la ayuda para aquellos parados que no pueden acceder a la prestación contributiva o a los que se les ha terminado, pasa por aumentar cuantías, ampliar colectivos que se pueden acoger a la misma y mantener la duración en 30 meses. La vicepresidenta segunda sabe que cuenta con el respaldo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que además apoyó la firma del acuerdo político entre PSOE y Sumar para reeditar la coalición.

Más subsidio a más colectivos

«Simplificaremos y mejoraremos el nivel asistencial por desempleo, facilitando el acceso, la compatibilidad con el trabajo, dotándolo de las prestaciones suficientes y reforzando los incentivos al empleo», detalla el acuerdo. La reforma del subsidio por desempleo forma parte, además, del acuerdo con Bruselas para recibir los fondos europeos del Next Generation EU.

El planteamiento de Yolanda Díaz es parte de una cuantía que será decreciente en el tiempo, pero con un incremento de las cuantías: durante los seis primeros meses se cobraría el 110% del IPREM, el 90% los seis meses siguientes, para terminar siendo el 80% hasta el final de la prestación, que seguiría durando 30 meses. Entonces se crearía una pasarela al Ingreso Mínimo Vital (IMV), ya que en el Ejecutivo entienden que los problemas no serían de empleabilidad, sino que tendrían otros condicionantes.

En la actualidad, durante los 30 meses de duración los desempleados reciben un 80% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), un índice clave para la concesión de ayudas. Esto son 480 euros. La propuesta esbozada por Economía parte de dos presupuestos: por un lado, una reducción a 12 meses del subsidio por desempleo, la ayuda que se recibe cuando se termina la prestación contributiva del paro o si no se cumplen los requisitos para acceder a la misma, que dura 30 meses. Por otro, una prestación que iría decreciendo con el paso del tiempo y que sería compatible con el empleo. Los tres primeros meses se recibiría el 100% del IPREM (600 euros), los tres siguientes el 80% (480%), el 65% durante el tercer trimestre y el 50% en la última parte del año. Pero esto incumpliría las bases firmadas con Bruselas, ya que establecen que ha de mantenerse el 80% del IPREM, y la media se reduciría hasta el 73%.

En Economía no convence el planteamiento ya que consideran que ha de priorizarse la pasarela desde el paro hasta el desempleo. En los sindicatos, consideran que el modelo de Díaz es «insuficiente». Y la patronal critica el haber carecido de tiempo para revisar la propuesta que se trasladó a la mesa del Diálogo Social este mismo lunes. Sobre esto último, Díaz le restó importancia, señalando que cuando criticas los tiempos, en realidad no difieres del fondo.

¿Reducir la duración eleva la probabilidad de encontrar trabajo?

La literatura académica ha estudiado con profundidad los subsidios al desempleo y cuál es su efecto, es decir, si incentivan o desincentivan el empleo. En un documento elaborado por Esade se recogen las principales referencias académicas al respecto. Si bien difieren en algunas cifras, quedan algunos aspectos bastante claros. En primer lugar, la reforma de 2012 del subsidio al desempleo, ya derogada y que recortó las cuantías y redujo los colectivos beneficiarios, habría favorecido el acceso al empleo.

Por un lado, la rebaja del 60% al 50% de la base de la prestación a partir del sexto mes aumentó un 41% la probabilidad de salir del desempleo. Los incrementos de edad para los receptores también favorecieron la reactivación de los parados, entre un 83% más en tres años siguientes hasta un 12% más durante el primer año. El problema: también aumentó el porcentaje de trabajadores que abandonaban el mercado de trabajo y redujo los salarios en un 8%.

En la actualidad, el sistema que paga el 80% del IPREM durante 30 meses y con un subsidio para mayores de 52 años, retrasaría la incorporación al mercado de trabajo de entre uno y cuatro puntos porcentuales.

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