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Un fideicomiso es un acuerdo en el que una persona entrega bienes a otra para el beneficio de una tercera. La persona que transfiere estos bienes se conoce como fideicomitente o causante, mientras que el que los gestiona es conocido como fiduciario. Quien recibe finalmente los bienes, después del plazo del fideicomiso, es el fideicomisario.

Este acuerdo se documenta en un contrato que explica cómo deben administrarse los bienes y qué derechos tienen los beneficiarios. En cuanto a su propósito, sirve para distintas cosas, como proteger el patrimonio, asegurarse de que los bienes se usen correctamente para menores o personas con necesidades especiales y planificar herencias.

En España, solo se reconoce esta figura legal en casos de herencia, la cual está regulada por el artículo 47 del Código Civil.

«Las sustituciones fideicomisarias en cuya virtud se encarga al heredero que conserve y transmita a un tercero el todo o parte de la herencia, serán válidas y surtirán efecto siempre que no pasen del segundo grado, o que se hagan en favor de personas que vivan al tiempo del fallecimiento del testador», indica el texto.

Ello se traduce en que un fideicomiso en España está permitido para los familiares de hasta segundo grado o entre ciudadanos que, aunque no tengan una relación familiar, se encuentren vivos tras la muerte de la persona que deja el testamento.

Características

Al asumir la herencia, el heredero fiduciario está obligado a seguir las instrucciones y entregar el bien al heredero fideicomisario, según lo dispuesto en el contrato. Esto implica primero una obligación de preservar el patrimonio, que luego se transforma en la obligación de transferirlo, según explica Conceptos jurídicos.

Esta estructura permite un mayor control sobre los bienes heredados. El testador puede designar herederos que de otro modo no podrían serlo, gracias a este sucesor intermedio.

Además, puede ser una forma de mantener el patrimonio dentro de la familia; por ejemplo, si se deja un inmueble a una hija con la condición de que, al morir ella, pase a un hermano, se evita que el inmueble pueda ser heredado por el cónyuge de ella.

¿Beneficios fiscales?

GM Legal Financer señala que la tributación de la sustitución fideicomisaria «no está contemplada», lo que significa que si alguien establece un fideicomiso para transferir una herencia a su nieto, el fiduciario deberá pagar impuestos sobre el usufructo de los bienes, si aplica.

Cuando el nieto reciba finalmente el fideicomiso, será él quien deba liquidar el resto de los impuestos con Hacienda, como lo establece la normativa del Reglamento del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (articulo 53.3).

Debido a la carencia de beneficios fiscales, el fideicomiso suele ser casi testimonial en España.

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